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Luján observaba con atención la uniformidad de la piel que ahora cubría las heridas de Hyunjin cuyas habían sido creadas en el Matadero hace semanas.

Con sus ojos puestos en cada detalle asegurándose de que no quedaran rastros de infección o inflamación residual. Con una lupa, escrutaba minuciosamente cada área, buscando cualquier signo de complicación que pudiera haber pasado desapercibido.

— ¿Te sientes mejor al moverte? —Preguntaba Luján con calma, para ver cómo Hyunjin asentía.

Las cicatrices, antes profundas y dolorosas, ahora lucían más suaves, testigos del esfuerzo del cuerpo por sanar. Hyunjin expulsaba el humo de su cigarrillo, quería liberar un poco su estrés al sentirse expuesto sin camisa delante de la ahijada de su superior.

Luján, con su experiencia y conocimiento, confirmaba con alivio que las heridas estaban completamente cerradas y que la piel de Hyunjin había recuperado su integridad.

— Han cerrado muy bien —Informaba Luján, quitándole todas las gasas para proceder a ponerlas en un balde de metal y quemarlas —Tienes un proceso de curación muy rápida.

— Gracias —Dudaba Hyunjin intentando no parecer grosero pero dudoso en si responder con un agradecimiento —Supongo.

Con un gesto de satisfacción, Luján le aseguró a Hyunjin que las cicatrices estaban sanas y que ya no había riesgo de complicaciones. Con una sonrisa reconfortante, le recordó la importancia de cuidar su cuerpo y de seguir las indicaciones médicas para evitar futuras complicaciones.

Hyunjin, agradecido por el cuidado experto de Luján, respiró aliviado, sintiendo finalmente el peso de la preocupación disiparse. No estaba preocupado por el mismo, sino por el hecho de que tal vez Hikari aún no sabía sobre las heridas de su hijo las cuales debía mostrarles curadas sin ocasionarle preocupación.

Hyunjin observaba con fascinación las llamas danzar sobre las gasas que Luján quemaba.

El resplandor anaranjado iluminaba su rostro, reflejando su curiosidad mientras las fibras se consumían lentamente en el fuego. Sus ojos seguían cada movimiento hipnótico de las llamas, como si se estuviera preguntando el motivo detrás de este peculiar ritual de la enfermera de la organización.

— ¿Por qué quemarlas? —Preguntó Hyunjin intrigado.

— Elimino tu ácido desoxirribonucleico —Con voz calmada, ella respondió —ADN —Explicó mejor.

— Eso es ingenioso —Halagó Hyunjin tomando la botella de agua que Luján me había traído minutos atrás.

— Es importante —Empezó a explicar —La organización se encarga de proteger a hombres como tú; sería estúpido tirar estas gasas sabiendo que hay mucha gente buscándote.

— ¿Cómo sabes que mucha gente me está buscando? —Preguntó el mayor, levantando una ceja junto con una sonrisa incrédula.

— Intuición —Sonrió —Eres un sicario —Hyunjin asintió y poner su camiseta después.

Mientras Luján revisaba sus registros, Hyunjin se sentía relajado, su mirada se desviaba hacia Luján, cuya presencia le resultaba magnética.

Una vez terminando de quemar las gasas, Luján le indicó que podía vestirse, y Hyunjin aprovechó el momento para ponerse la camisa. Sin embargo, en lugar de desviar la mirada, mantuvo sus ojos fijos en los de ella, creando una tensión palpable en el aire.

Luján se sintió intrigada por la intensidad de la mirada de Hyunjin. La forma en que él la observaba mientras se ponía la camiseta despertó una chispa de curiosidad en su interior.

— ¿Estás libre esta noche? —Preguntó Luján impulsivamente, despertando sorpresa leve en el contrario.

La repentina pregunta flotaba en el aire, cargada de expectación y con algunas posibilidades. Luján no pudo evitar preguntarse qué podría suceder si aceptaba la invitación, se sentía vulnerable y nerviosa. Ella speraba con anticipación respuesta de Hyunjin, su corazón latía con fuerza en su pecho.

— ¿Esta noche? —Cuestionaba Hyunjin, arrugando un poco su nariz pensando en su agenda —¿Por qué lo preguntas?

— No lo sé —Sonreía tímida —Pensaba que podríamos salir o tal vez tomar algo en el patio.

— ¿En el patio? —Re formulaba Hyunjin humorístico haciéndola reír un poco —No creo que Duque te deje.

— Es mi padrino —Demandaba Luján, tomando un vaso de agua para asegurarse de que el balde de metal estuviera sin fuego —No mi padre.

— No quiero meterme en problemas con nadie —Respondió Hyunjin honesto —Eres ahijada de mi superior y tengo entendido que las relaciones íntimas no están permitidas en la organización.

— Estás todo el tiempo enfocado en las reglas que se te olvida que estás en Italia, Hyunjin —Susurraba, con su dedo índice en los labios del contrario —Hablas demasiado y te diviertes muy poco.

— No vuelvas a poner tus sucios dedos en mis labios —Demandó el mayor, quitándolo después para soltar una sonrisa. Quería hacerle saber que bromeaba —Pero si me estás invitando a salir, lo pensaré.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora