82

328 40 17
                                    

Bang Chan se regodeaba en la tensión palpable del cuarto, su mirada despectiva y cruel se movía de Jungkook a Karina, y luego a los hombres que empezaban a rodearla. Karina retrocedía, su cuerpo temblando con cada paso que daba hacia atrás, buscando desesperadamente una salida, cualquier salvación. Los hombres se levantaban, sus ojos brillando con una intención oscura, y se dirigían hacia ella con una calma inquietante.

Karina sentía las manos de aquellos hombres sobre su piel, la presión de sus dedos como garras que la arrastraban hacia una pesadilla. Sus gritos empezaron como murmullos ahogados y rápidamente se convirtieron en chillidos desesperados, su voz quebrándose con la angustia. Sus lágrimas caían mientras trataba de resistirse, pero su fuerza se desvanecía frente a la multitud que la rodeaba. Cada toque no deseado, cada intento de despojarla de su ropa, aumentaba su pánico. Sabía lo que vendría si no lograba escapar.

Jungkook, con los ojos abiertos de par en par, observaba la escena con una mezcla de horror y frustración. Quería intervenir, detener la atrocidad que se desarrollaba ante él, pero la amenaza de Bang Chan lo mantenía inmóvil. La pistola apuntada a su cabeza era una sentencia de muerte silenciosa. Bang Chan no necesitaba repetir su advertencia.

— Haces algo y te mueres —Había murmurado, su voz gélida cortando el aire. La impotencia de Jungkook se hacía evidente, su deseo de proteger a Karina luchaba contra la realidad brutal de su propia vulnerabilidad.

La habitación estaba cargada de un silencio aterrador, roto solo por los sollozos y gritos de Karina, mientras la amenaza de Bang Chan pendía sobre ellos como una sombra mortal.

— ¿Qué crees que estás haciendo, Bang Chan? —Preguntó Jungkook con una desesperación notable en su tono de voz pero el solo recibía monotonía de parte de Bang Chan.

Bang Chan mantenía su semblante frío e imperturbable mientras ordenaba a Jungkook salir del cuarto junto a él. La puerta se cerró con un sonido seco y final, y Bang Chan giró la llave, sellando la habitación y dejando a Karina atrapada con sus agresores.

Los gritos desgarradores de Karina resonaban, mezclándose con el eco en las cuatro paredes que presenciaban su sufrimiento.

Jungkook sentía cómo su corazón se encogía con cada alarido de Karina, su mente luchando contra la desesperación. No apartaba la mirada de Bang Chan, tratando de mantener su compostura, pero sus ojos ardían de impotencia y rabia.

Sus labios temblaban mientras lágrimas silenciosas rodaban por su rostro, traicionando la fachada de indiferencia que intentaba mantener. Bang Chan, con una sonrisa torcida, observaba la angustia de Jungkook, deleitándose en su tormento.

— Pensé que no te gustaba —Murmuró Bang Chan, con tono burlón, completamente ajeno a los gritos de ayuda de Karina que se filtraban a través de la puerta cerrada.

— No me gusta —Respondió Jungkook, su voz cortante y seca —Pero esto no estaba en los planes. Diles que se detengan.

Bang Chan no dijo nada al principio, su mirada seguía siendo monótona y desprovista de compasión. Finalmente, se inclinó ligeramente hacia Jungkook, sus ojos fijos en los suyos.

— No hasta que admitas que te gusta.

Jungkook sintió que su resistencia se desmoronaba lentamente. Cada segundo que pasaba era una eternidad de sufrimiento para Karina, y su mente se debatía entre su deber y sus sentimientos. La presión en su pecho se volvía insoportable mientras la crueldad de Bang Chan se desplegaba ante él.

Jungkook, con una furia descontrolada, agarró a Bang Chan por el cuello, empujándolo violentamente contra la puerta. Sus ojos, llenos de odio, se clavaron en los de Bang Chan con una intensidad que amenazaba con desatar la violencia. Cada fibra de su ser gritaba venganza, pero Jungkook sabía que no podía ceder, no ahora.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora