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Karina corría por la playa con entusiasmo, sus risas llenaban el aire mientras dejaba atrás a Jungkook, quien no estaba tan emocionado como ella y se quedaba rezagado, con las esposas dificultándole el movimiento y molestándolo por el roce del metal contra su piel. Karina no tenía intención de escapar en ese momento, su única preocupación era sumergirse en las aguas azules y refrescantes que se extendían frente a ella, bajo el cielo despejado.

— ¡Karina, mierda! —Se quejó Jungkook, intentando alcanzarla.

— ¡Vamos! —Gritaba ella, emocionada —¡Corre conmigo! ¡Tenemos toda una playa para nosotros!

Jungkook observó a Karina desde la orilla, manteniendo un semblante serio y frío. Las esposas le pesaban en las muñecas mientras la miraba con atención, calculando los posibles movimientos de la joven. A pesar de la distancia entre ellos, pudo notar cómo Karina miraba hacia arriba, buscando su mirada.

Karina se mantuvo parada en la orilla, sintiendo el suave roce del agua en sus pies. Su expresión estaba llena de alegría y emoción por estar finalmente al aire libre, lejos de las cuatro paredes opresivas de la celda. Su mirada se encontró con la de Jungkook, quien no mostraba signos de emoción o alegría. Su rostro seguía impasible, observándola con una mezcla de vigilancia y determinación.

— Quiero meterme al agua —Pidió ella, recibiendo un risa irónica de parte de su captor.

— No.

El viento soplaba ligeramente, moviendo el cabello de Karina y trayendo consigo el sonido calmante de las olas. Aunque estaba contenta de estar afuera, sabía que no estaba libre. Aun así, el simple hecho de estar en la playa le brindaba un respiro y un momento de paz, aunque fuera efímero.

— Por favor —Suplicó —Quiero meterme al agua.

— Si te metes tú, también tendré que hacerlo yo —Demandó —Así que la respuesta es no.

Jungkook se mantuvo firme en su negativa a dejar que Karina se metiera al agua. Aunque la mirada suplicante de Karina buscaba cualquier indicio de empatía en él, Jungkook no podía ceder. Estaba esposado a ella y si la dejaba ir sola, tendría que liberarla, algo que no estaba dispuesto a hacer por las órdenes que había recibido.

Karina, por su parte, no dejaba de mirarlo, esperando que él cambiara de opinión. Sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y frustración al comprender que no conseguiría lo que quería. A pesar de eso, no dejaba de intentar persuadirlo, con la esperanza de que Jungkook accediera, aunque fuera por un breve momento.

El sonido suave de las olas rompiendo en la orilla era lo único que interrumpía el silencio tenso entre ellos. Karina respiró hondo, aceptando la realidad de la situación. Sabía que no podía forzar a Jungkook a cambiar de opinión, por lo que se quedó en la orilla, mirando el agua que tanto ansiaba tocar, pero que seguía fuera de su alcance.

— Entonces métete conmigo —Dijo, con una pequeña sonrisa jalando de su brazo presionándolo emocionalmente.

— Tengo botas —Respondió seco.

— Entonces quítatelas —Provocó, poniéndose frente a él buscando su mirada —Quítatelas y ven conmigo. Tu superior no está aquí para darte órdenes, ya no tienes que fingir, Jungkook.

— Te dije que no —Dijo seco.

Karina se quedó mirando fijamente a Jungkook, desafiándolo con su mirada mientras se plantaba frente a él. Su determinación era evidente mientras le instaba a que se quitara las esposas y la acompañara al agua. Jungkook, por su parte, se mantuvo firme en su decisión, respondiendo secamente que no.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora