3

1.3K 114 9
                                    

Iluminado por luces de neón parpadeantes las cuales no se destacaban tanto por la luz del día, estaba envuelto en una atmósfera de misterio y seducción, también ofreciendo un escenario donde la sensualidad y el erotismo se encontraba en su máxima expresión.

Al entrar, se encontró con varias chicas limpiando algunas mesas con risas sonoras las cuales daban un ambiente amigable y divertido. En lugares como esos, los clientes eran recibidos por una música sugerente que resonaba en el aire, creando un ambiente de anticipación y excitación.

El interior estaba decorado con una combinación de colores oscuros y brillantes, con cómodos asientos dispuestos alrededor de un escenario central. En el enorme escenario, las bailarinas, ataviadas con trajes provocativos y sugerentes, se movían con gracia y sensualidad, cautivando a la audiencia imaginaria con cada movimiento.

La música acompañaba sus pasos mientras deslizan sus cuerpos con destreza, revelando poco a poco su piel a medida que avanzaba el espectáculo en el cual practicaban. Hyunjin contemplaba fascinado, absorto en un mundo de fantasía y deseo, mientras que Hitana era capaz de despertar emociones y pasiones con su actuación.

— Llegaste —Sonreía, saltando del escenario precediendo a ser tomada por los brazos del pálido.

Las risas eran sonoras, contagiándoselas a sus compañeras quienes los miraban con esperanza y alegría. Ellas sabían de la relación de Hyunjin e Hitana, llevaban poco juntos pero cualquiera que los viera por primera vez pensara que tenían una vida entera hecha.

El era feliz con ella, tanto que le aterraba la posibilidad que se la arrebataran. Tenía miedo ir a verla, pero a pesar de que era peligroso ya no podía decirle más que no.

— Pediste verme —Susurró, rodeando sus brazos por su cintura —Aquí estoy.

Entre los números principales en el escenario, los clientes iban llegando a beberse algunas cervezas a pesar de ser las tres de la tarde. Disfrutar de bebidas exóticas servidas por atractivos camareros y camareras, añadiendo un toque de glamour y sofisticación al ambiente era una especie de terapia para los señores que iban allí.

El strip club era un lugar donde las inhibiciones se desvanecían y los deseos más oscuros se liberaban, creando una experiencia única y estimulante para aquellos que buscaban un escape de la rutina diaria.

— ¿Quieres ir adentro? —Susurró Hitana, sintiéndose incómoda ya que no podía dejar que los jefes la vieran con otro hombre.

— ¿Por qué? —Preguntó Hyunjin, con el mismo tono de voz —¿Te avergüenza que te vean conmigo? —Ella rió.

— No —Demandaba, bajándose de la mesa en donde Hyunjin la había subido al cargarla —Solo quiero estar a solas contigo.

Hitana reía al sentir como Hyunjin se dejaba guiar por ella, quitando las cortinas las cuales hacían un lindo juego con el lugar.

Al saber que ya no estaban a la vista de todos, la mujer fue quitándose cada prenda a medida que se adentraban a su vestidor, la sonrisa juguetona de Hyunjin se hacía presente ampliándose por la cálida mirada que ella le daba cada vez que volteaba a verlo.

— ¿Qué esperas? —Susurró, echándose a un lado para que él entrara.

— No sé si esto sea correcto, Hitana —Demandaba con dulzura, y tomar su mano con suavidad.

— Estamos solas —Animaba, refiriéndose a sus amigas —Nadie más está aquí, solo nosotros. Y si viene Don Pedro, ellas me cubrirán.

— Me importa un carajo Don Pedro —Hyunjin reía, haciéndola reír a ella también al cargarla y llevarla a la cama —Es sólo que, este no es el lugar adecuado para hacerlo.

Pegó sus labios con los de ella, abriendo más sus piernas y meterse en el medio estando más cómodo. Sus manos se dirigían a los muslos de la morena, apretándolos cada vez que el beso se intensificaba. Hitana soltaba suspiros y jadeos ahogados por cada beso, y le hacía saber lo bien que la hacía sentir con tan solo besos a través de lo mojada que estaba.

— ¿Por qué paras? —Susurró temblorosa, disfrutando en tacto amable que Hyunjin le daba al llevar un mechón del cabello detrás de su oreja.

— Este no es el momento —Sonreía, haciéndole saber que ella no tenía la culpa de nada —Ni el lugar, Hitana.

— ¿Desde cuándo te preocupa? —Susurró Hitana, llegando sus manos a su pálido rostro, haciendo que el contacto sea mutuo.

Hyunjin se quedó callado, evadiendo su mirada ya que sabía que sería muy obvio si había contacto visual. Hitana se dio cuenta de la manera en la que su cuerpo se había tensado, y cómo su corazón latía con rapidez y fuerza.

— Hyunjin —Llamaba Hitana, tomándolo de su rostro para que la mirara —¿Estás bien?

— Si —Asentía, con una sonrisa —Es solo que —Buscaba la oración correcta, para que ella entendiera —Es solo que, es complicado; al igual que peligroso.

— ¿De qué hablas? —Reía, pero no era con gracia. Estaba nerviosa, porque la idea de que estaba metido en cosas ilegales era totalmente cierta.

— Mientras menos sepas —Sonrió, dándole un beso y proceder a levantarse —Mejor.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora