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La escena se desplegaba en un ambiente cargado de emociones entrecruzadas.

Las palabras cargadas de desafío y desilusión resuenan en el aire, tejiendo un tapiz de tensiones latentes. Sakura, desafiante y firme, expresaba su indiferencia hacia las palabras venenosas que se avecinan, desafiando a Izumi a revelar la verdad oculta tras sus mentiras.

Este desafío, lejos de revelar miedo, destilaba una fortaleza emergente, una negación de la intimidación que antes la paralizaba.

— ¿Qué dijiste? —Cuestionaba. Levantándose lentamente de ella, procediendo a quitarse el strap on.

— ¿Qué quieres decir? —Preguntaba Izumi levantándose de la cama, para ponerse su blusa.

En la habitación, se dibujaba una atmósfera íntima y sugerente. La elección deliberada de Sakura de dejar de lado la ropa interior añadía un matiz de anticipación y sensualidad al encuentro que estuvo a punto de terminar bien.

Izumi no necesitaba ponerse su ropa interior baja, ya que Sakura se había encargado de poner la tela de lado haciendo la situación pasada más placentera. Izumi no podía evitar querer llorar por el error que había cometido.

Sakura contuvo su risa mientras observaba a Izumi, cuyos puños se apretaban con ansiedad, revelando su incomodidad ante la situación. El suave murmullo de la música llenaba el espacio, proporcionando un telón de fondo tenso para el intercambio entre ellas. Provenía de la otra habitación, lo que anunciaba que el mencionado minutos antes se encontraba ahí.

Cada nota parecía ser un eco de las mil preguntas que giraban en la mente de Sakura, especialmente después de escuchar el nombre de Hyunjin escapar de los labios de Izumi en un gemido, en lugar del suyo propio.

— Está bien —Sonreía irónica —Ahora veo cómo funcionan las cosas aquí.

— ¿De qué hablas? —Preguntaba Izumi temblorosa, quería llorar pero era innecesario. Sakura en cuanto abriera la boca ella iba a tener la razón.

En la habitación contigua, Hyunjin ajeno a la turbulencia emocional que había desencadenado su mera presencia, se sumergía en sus propios pensamientos. Sakura, al darse cuenta de que Izumi no compartía sus sentimientos de la misma manera, sintió cómo su corazón se rompía. La realidad dolorosa de que Izumi no deseaba una conexión verdadera con ella se apoderaba de su ser, dejándola desolada y confundida en medio de la música que ahora parecía un eco distante de su dolor interno.

— Estuviste todo el tiempo queriendo que el escuchara como cogemos, ¿no es así, Izumi? —Sentía mucha ira, tanta que la golpearía si pudiera.

— Las cosas no son así, Sakura —Temblaba, sintiendo conos solos ardían apunto de llenarse de lágrimas.

— ¿Entonces cómo son? —Lloriqueaba la contraria —Gemiste su nombre con los ojos cerrados, no te dignaste en mirarme a los ojos como antes. 

La decepción se instaló en el corazón de Sakura como una pesada losa al descubrir la verdad que tanto temía: ella no era tan correspondida en sus fuertes sentimientos. Cada palabra, cada gesto, ahora adquiría un matiz de amargura al comprender el porqué de la falta de reciprocidad.

La claridad, aunque dolorosa, la golpeó como una ráfaga de viento gélido, dejándola aturdida y desorientada en un mar de emociones tumultuosas.

— Entiendo que está pasando aquí —Empezaba a hablar, como si fuera la última vez que se expresaría con ella —Primero lo primero, Hyunjin es un maldito sicario. Así que si de verdad piensas que puede sentir lo mismo que tú estás equivocada.

— El no es un sicario —Defendía Izumi, sintiendo como la primera lágrima bajaba.

Aunque Izumi sabía que Sakura tenía razón y estaba dispuesta a defenderlo, había una reticencia en revelar demasiada información sobre él a Sakura. Temía que ella pudiera utilizar cualquier detalle en contra de Hyunjin o para lastimarlo de alguna manera.

Sakura comprendía la intensidad de su propia determinación y estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para proteger lo que compartía con Izumi de cualquier amenaza externa.

— Trabaja para tu padre, Izumi —Exclamaba, evitando acercarse tanto a ella porque no quería que la discusión pasara a mayores —Está en la misma habitación en la que estuvo Jeongin.

— Hyunjin no se parece en nada en Jeongin, Sakura —Informaba, con un tono demandante —Jeongin no me trataría como el lo hace. Yo no le intereso, me odia.

— ¿Eso qué? Eso a ti no te importa, Izumi. Eres una maldita caprichosa y no vas a descansar hasta que se meta en tus piernas y te haga sentir como una puta.

— ¿Cómo te atreves a llamarme así? —Exclamó, acercándose para que supiera que no le tenía miedo —Sakura, no te tiene que importar con quién quiero acostarme y con quien no; tampoco tienes el derecho en llamarme puta. 

— Si me interesa —Justificó —Y no te llamé puta. Te gusta que todos con los que te acuestas te hagan sentir como una.

— ¡No es tu asunto! —Gritó Izumi, empujándola levemente. No quería seguir, se sentía atrapada.

— ¡Si es mi asunto! —Respondió con el mismo tono de voz, tomando su rostro y acunando las mejillas de Izumi en las palmas de sus manos.

— ¿Cómo? —Preguntó rompiendo en llantos. La situación se volvía cada vez más compleja.

— Porque no quiero que salgas lastimada de nuevo —Lloriqueaba, ni siquiera le importaba el suceso anterior, solo quería que Izumi no se adentrara en lo mismo de nuevo.

El peso de la realidad se hacía aún más opresivo al confrontar la verdad de que sus anhelos y esperanzas habían sido en vano. Las ilusiones que había tejido con tanto cuidado se desmoronaban ante sus ojos, dejando descubierto la cruda verdad de su situación.

Cada recuerdo compartido ahora se volvía punzante, cada momento compartido se teñía de un doloroso matiz de desilusión. Sakura no se sentía lista para aceptar que Izumi ya no le pertenecía, pero tenía que hacer algo antes de que fuera tarde. Sólo quería que la mirara a ella.

— Eres una rata —Sonreía Izumi, quitándose las manos de su ahora ex novia de su rostro —Te la pasas llamándome caprichosa sin tener la más mínima idea de lo maldita y manipuladora que eres. 

— ¿Yo soy la manipuladora? —Empujó su cuerpo gritándole, pero Izumi no permitió caer —Fingiste extrañarme, y me usaste.

— No sabía que hacer —Susurraba Izumi, sentándose en la cama con la mirada en Sakura —Me sentía sola y eres la única persona en la que puedo confiar.

— ¿Por qué carajo no le hablas a tu ahora mejor amiga? —Demandaba —Estás tan pegada a ella que puedo decir lo íntimas que son. 

— Karina no tiene nada que ver con cómo me siento, Sakura. No quiero meterla en mi mierda, es una buena persona —Lloraba.

En medio de la decepción y el dolor, Sakura se vio obligada a enfrentar una nueva realidad, una en la que sus sentimientos no eran correspondidos y el motivo estaba claro ante sus ojos. A pesar del desconsuelo que la embargaba, sabía que debía reunir la fuerza para seguir adelante, sanando las heridas de su corazón roto y encontrando la esperanza en un mañana que, aunque incierto, aún podría ofrecerle la posibilidad de un amor verdadero y correspondido.

— Estas muerta para mí —Demandaba Sakura sin una pizca de emoción en sus palabras.

Izumi negaba, absorbiendo su nariz para limpiar las lágrimas que salían sin permiso procediendo a levantar su cuerpo de la cama —No lo dices en serio. 

— Dije en serio cada puta palabra —Demandaba Sakura acercándose más al rostro de la menor, a pesar de que estaba sentada necesitaba hacerlo —Estás muerta para mí, Izumi.

— No te creo.

— Tu y yo —Sakura se apuntaba a ella y a Izumi ignorando lo que la menor dijo anteriormente —Terminamos.

— Deja de decir eso —Suplicaba Izumi, no quería perderla ni por Hyunjin, ni por nada en este mundo. 

— Ya no queda nada más. No queda —Pausaba —Ni una mierda. Me arrepiento de muchas cosas en mi vida, pero te diré algo, Izumi, conocerte tiene que ser lo peor de mi puta lista.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora