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Hyunjin se dirigió a la granja donde Bang Chan y sus hombres lo esperaban, acelerando el motor del auto con una mezcla de rabia y preocupación. Su respiración era rápida y entrecortada, y sus manos se aferraban al volante con tanta fuerza que sus nudillos se volvían blancos. Sus ojos, fijos en la carretera, se movían de vez en cuando hacia el retrovisor, asegurándose de que no lo seguían.

La tensión en su cuerpo era palpable mientras recordaba las últimas palabras de Bang Chan y la imagen de Izumi siendo secuestrada. Cada kilómetro recorrido aumentaba su determinación, pero también su ansiedad. Sentía una responsabilidad enorme sobre sus hombros, no solo por Izumi, sino también por la confianza que Duque había depositado en él. A pesar de su sorpresa inicial de que Duque le hubiese hecho caso al pedirle que se quedara atrás, comprendió que esto significaba que Duque realmente confiaba en él para salvar a su hija.

La carretera se extendía frente a él, desierta y lúgubre, como si reflejara la batalla interna que se libraba en su mente. A medida que se acercaba a la granja, la adrenalina aumentaba y sus pensamientos se centraban en el plan que debía ejecutar. No podía permitirse errores. Izumi dependía de él, y fallarle no era una opción.

Finalmente, divisó la silueta de la granja a lo lejos, rodeada de campos vacíos. Su corazón latía con fuerza mientras el auto avanzaba por el camino de tierra que conducía al lugar. Hyunjin tomó un último respiro profundo, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir. Frenó el auto y bajó con determinación, dispuesto a enfrentar a Bang Chan y rescatar a Izumi, sin importar el costo.

Hyunjin avanzaba con paso firme, su arma lista en la mano, preparado para cualquier eventualidad. Sus ojos recorrían el entorno con atención, buscando cualquier señal de peligro. Sabía que estaba relativamente seguro, ya que no había edificios altos cerca donde un francotirador pudiera esconderse. El paisaje rural, con la granja a la vista, parecía casi tranquilo si no fuera por la tensión que lo embargaba.

Al llegar a la entrada de la granja, vio a dos hombres haciendo guardia. Sin perder tiempo, levantó su arma y les disparó dos veces a cada uno en la cabeza. Los cuerpos cayeron inmóviles al suelo, dejando un rastro de sangre en la tierra. Hyunjin se adentró más en la granja, el olor a marihuana fresca impregnaba el aire, aunque no estaba siendo fumada sino cosechada. La atmósfera era densa y cargada, aumentando su sensación de urgencia.

Avanzó hasta ver a unos hombres entrando en un ascensor, la única vía que llevaba al nivel subterráneo. Sin pensarlo dos veces, metió su arma en el medio de las puertas antes de que se cerraran por completo, obligándolas a abrirse de nuevo. Entró al ascensor con calma, observando a los dos hombres que ahora lo miraban con desconcierto.

Los hombres intentaron reaccionar, sacando navajas, pero Hyunjin fue más rápido. Con movimientos precisos y letales, desarmó a uno y utilizó la navaja para degollar a ambos, la sangre salpicándole el rostro mientras el ascensor descendía. La brutalidad de sus acciones era necesaria, y su mente permanecía fría y enfocada.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el nivel subterráneo, Hyunjin se encontró en una amplia sala donde varios hombres trabajaban recolectando las plantas de marihuana. Sin perder el ritmo, evaluó rápidamente la situación, buscando cualquier signo de Izumi o de Bang Chan.

Hyunjin soltó un suspiro profundo, atrayendo la atención de los hombres que trabajaban en la recolección de marihuana. Golpeó su arma contra una de las barandillas de metal cinco veces, el ruido resonando en la sala y obligando a todos a dirigir sus miradas hacia él. Su presencia era inquietante: su respiración agitada, el rostro pálido manchado de sangre, y la furia palpable en sus ojos desconcertaban a todos los presentes.

Lamiéndose los labios, Hyunjin intentó calmarse lo suficiente para hablar. Cada palabra era un esfuerzo por controlar la marea de emociones que lo embargaba.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora