44

560 51 6
                                    

— ¿Quieres que me vaya tan temprano? —Izumi se levantaba de la cama, haciéndole caso.

— Si, eres irritante —Sonrió Hyunjin haciéndole saber que bromeaba. Le recordaba a su hermana.

— Grosero —Hizo un puchero, tomando el pómulo de la puerta para abrirla.

La mirada de Hyunjin se deslizó suavemente hacia Izumi, y en ese instante, todo se desdibujó a su alrededor excepto ella. A medida que la luz de la luna acariciaba su rostro, él podía verla con una claridad asombrosa, como si finalmente se hubiera disipado la niebla que los separaba.

Siempre había sentido una atracción hacia ella, pero se había obligado a negar sus sentimientos por el bien de los dos, consciente de los peligros que implicaba tener que involucrarse con sentimientos en su mundo peligroso y turbio.

Sin embargo, en ese momento, la visión de Izumi bajo la luz plateada de la luna lo dejó sin aliento. La suavidad de su mirada contrastaba con la determinación que siempre había exhibido, y Hyunjin se encontró luchando contra las emociones que amenazaban con desbordarse.

— ¿No me vas a desear las buenas noches? —Preguntaba coqueta, viendo como el mayor le sonreía irónicamente acercándose.

Su pijama ajustada acentuaba las curvas de su cuerpo, recordándole la atracción física que siempre había existido entre ellos. A pesar de sus esfuerzos por resistirse, Hyunjin no pudo evitar sentir que el mundo entero se reducía a esa única conexión intensa y prohibida que sólo ellos dos sabían.

— Eso es para niñas, me dijste que no eras una —Susurraba Hyunjin, soltando una pequeña risa.

Izumi se contagió de su humor, procediendo a abrir la puerta pero el contrario la detuvo.

— ¿Qué tanto lo quieres? —Susurró Hyunjin, evitando la puerta ser abierta con la palma de su mano. Izumi lo miró seria, ella sabía de lo que hablaba.

— Estás aturdido por la nicotina —Calmaba Izumi, no quería parecer una desesperada. Intentó abrir la puerta de nuevo, pero la palma de su mano la bloqueaba —Déjame salir.

El corazón de Izumi amenazaba con salirse de su pecho mientras que sus ojos buscaban una señal en el rostro imperturbable de Hyunjin. Cada latido resonaba en sus oídos, sincronizándose con su respiración entrecortada y nerviosa.

Había arrojado la declaración con la esperanza de que él se riera y desmintiera sus palabras, pero la expresión de Hyunjin permanecía inmutable, sin dar indicación de que se tratara de una broma.

— Estoy más cuerdo que tu justo ahora —Susurraba, acortándola en la puerta llevando sus brazos a los costados de su cintura.

La tensión en el aire se volvía palpable mientras Izumi esperaba una respuesta, su mente luchando por comprender la falta de reacción por parte de Hyunjin. Sus ojos, llenos de una mezcla de ansiedad y expectación, buscaban cualquier indicio de emoción en el rostro del hombre frente an ella, pero solo encontraban una calma fría que la desconcertaba aún más.

— Me estás asustando —Comunicaba la menor, sintiendo sus narices rozar de lo cerca que estaba.

— ¿Por qué? —Preguntó —¿Porque estoy dándote lo que tanto quieres? Desde que llegué aquí lo único que has hecho es insinuarte.

— No quiero que te burles de mí —Escupió seria, encarándolo con una expresión fría —Porque sé que cuanto vaya a besarte lo evitarás y te reirás en mi cara.

— ¿Por qué me burlaría de ti? —Preguntó riéndose, procediendo a ser empujado por ella.

— Porque te gusta, Hyunjin —Exclamó en susurros —Te gusta que esté detrás de ti rogando porque me dejes saltarte encima una y otra vez. Te alimentas tanto de las ganas que te tengo, que eres capaz de hacer que me humille a mí misma para obtener lo que tanto quiero.

— Desperdicias tu oportunidad —Provocaba.

— Me quiero y me valoro más que un polvo ingrato, Hyunjin —Demandó.

Hyunjin soltó una sonrisa sutil, dejando que la puerta se abriera mientras daba la espalda a Izumi, quien permanecía allí, sin moverse. Esperaba que ella se lanzara sobre él con pasión, pero en lugar de eso, se encontró con una muestra de respeto inesperada.

Izumi se había mantenido firme como una señorita, demostrando una integridad que sorprendió a Hyunjin y lo llenó de un profundo orgullo. En ese instante, Hyunjin comprendió que Izumi era mucho más que una simple niñata que quería añadir a Hyunjin a uno más de sus conquistas.

Había descubierto la verdadera esencia de la joven, que había estado oculta bajo una capa de aparente desdén y seguridad. Reconoció en ella una fragilidad que había pasado desapercibida, así como una amabilidad, ternura y sensibilidad que lo conmovieron profundamente. Esta revelación le hizo apreciar aún más a Izumi, transformando su atracción física en un respeto genuino y un deseo de protegerla.

La tensa situación le había mostrado a Hyunjin un lado de Izumi cual nunca antes se había dado el lujo de ver, revelándole una profundidad emocional que lo había impactado de manera significativa. Ahora, comprendía que detrás de la máscara de indiferencia se encontraba una mujer de gran corazón y valor, y estaba determinado a no subestimarla nuevamente.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora