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En una madrugada oscura y lúgubre en las calles de Colombia, el sonido ensordecedor de todas las motocicletas los motores resonaba en medio del silencio, mientras las luces parpadeaban sobre el gran pavimento mojado por la lluvia reciente.

Hyunjin, cuyo rostro estaba envuelto en sombras, corría en su auto desesperadamente por las estrechas calles empedradas, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras el frío aire de la noche le cortaba la respiración.

Mientras se aseguraba en mirar hacia atrás constantemente, sacaba su celular para llamar a la tarjeta que el mensajero le había dado hace días. Detrás de él, las calles aún se encontraban solas, y al parecer había perdido al grupo de hombres armados con armas relucientes y rostros implacables, quienes estaban persiguiéndolo con determinación mortal.

El celular no estaba siendo contestado, haciendo que maldijera tantas veces por no llamarlo antes. Llamó a otro número, el mismo que su padre le había dicho que llamara si su familia se encontraba en serios problemas.

Los destellos de los faros de los automóviles estaban iluminando brevemente su camino, revelando su figura fugaz mientras se deslizaba entre los rincones de la ciudad.

Necesitaba un lugar seguro para hablar. Los latidos de su corazón resonaban en sus oídos, mezclándose con el rugido distante de la ciudad que nunca dormía.

Cada esquina representaba una nueva posibilidad de escape o un callejón sin salida mortal. Y con cada paso, la sensación de peligro se intensificaba, envolviéndolo en una nube de paranoia y adrenalina. Sabía que su vida dependía de cada decisión que tomara en ese momento.

— Contesta —Mordiéndose el labio, tomaba su mochila sacando todo lo importante del auto ya que lo iba a dejar ahí.

Con manos seguras, había sacado su arma del compartimento de la guantera de su auto, sintiendo el frío metal contra sus dedos cada vez que verificaba si estaba cargada.

Con un suspiro de seguridad al confirmar que lo estaba, la deslizó cuidadosamente por debajo de su camiseta, ocultándola a la vista de cualquier transeúnte o posible enemigo que pudiera cruzarse en su camino.

Mientras se aseguraba de que el arma estuviera bien oculta, su teléfono finalmente sonó con la llamada que había estado esperando ansiosamente.

Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, contestó de inmediato preparándose para lo que fuera que el interlocutor tuviera que decirle.

Sin rodeos, una pregunta crucial resonó a través del auricular, agudizando su sentido de urgencia y elevando aún más la intensidad de la situación.

— ¿Dónde estás?

— ¿Qué quieres decir con eso? —Cuestionaba Hyunjin a medida que caminaba con rapidez.

Su respiración era notoria, mirando a sus alrededores esperando a que uno de esos hombres aparecieran. Estaba decido a matar a cualquiera que se interpusiera en su camino si su vida dependía de un hilo.

— En general, Hyunjin —Contestaba el mayor, con una voz severa y preocupada.

— ¿Cómo sabes quién soy? —Preguntó luego de quedarse por segundos pensando —¿Cómo eras consiente de que era yo? Si según mi padre, nunca me conociste.

Hyunjin se encontraba atrapado en un torbellino de desconfianza y paranoia, sus experiencias pasadas tejiendo una red de temor a su alrededor.

Cada vez que intentaba abrir su corazón a alguien o cerrar sus ojos ante alguien, un recuerdo doloroso emergía, recordándole las veces en las que había estado al borde del abismo, al borde de la muerte.

Los fantasmas del pasado acechaban en las sombras de su mente, recordándole las traiciones y los engaños que había enfrentado en el pasado.

— Eres el único que tiene este número —Empezaba a hablar, con un tono nostálgico —Tu padre te dio ese número para que lo usaras si estabas en aprietos. Tu padre me ayudó mucho antes de desparecer, así que es mi turno hacerlo por su hijo.

— Si haces una te mataré —Amenazó, procediendo a enviarle la ubicación sacándole un suspiro al señor —Estoy en Cali, Colombia. Vine aquí hace años con mi madre y mi hermana pero por alguna razón fui localizado por Bang Chan.

— Carajo —Maldijo el mayor, mientras que Hyunjin escuchaba cómo éste movía papeles.

— Bang Chan me está buscando justo ahora —Procedió a seguir informándole —Mató a mi novia —Su voz temblaba, cada vez que se acordaba de todo tenía ganas de llorar —Y se que si le doy más tiempo encontrará a mi madre y a mi hermana.

Cada vez que alguien se acercaba demasiado, sentía el eco de las amenazas pasadas resonando en su interior, recordándole las veces en las que había confiado y casi había pagado con su vida.

La cicatriz de la traición era profunda, erosionando su capacidad de creer en la bondad inherente de las personas y sembrando la semilla de la desconfianza en su corazón.

Aunque anhelaba desesperadamente la conexión humana y la camaradería, el miedo arraigado en su ser lo mantenía a distancia, envolviéndolo en una armadura de desconfianza y cautela.

— Búscalas —Empezaba a dar indicaciones —En cuanto estén en un lugar seguro quiero que confíes en mí y me envíes tu ubicación. No estaré presente, pero iré a buscarte.

— No voy a exponer a mi familia así —Demandaba Hyunjin —No confío en ti.

— Es un contacto de confianza —Empezaba a informar —Prometo que al amanecer estarán muy lejos de allí, Hyunjin.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora