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Ya entrada la noche, Hyunjin se encontraba encima de Izumi, sus labios sellados en un profundo beso mientras sus ojos permanecían cerrados, disfrutando cada momento de su cercanía. Las manos de Izumi jugaban con su cabello, que ella misma había soltado, sabiendo lo mucho que le atraía verlo así, libre y desordenado.

Sus lenguas se enredaban en una danza de pasión, y entre suspiros y respiraciones entrecortadas, ambos se entregaban al momento.

Los pequeños toques inocentes que empezaron con timidez se intensificaban a medida que la pasión aumentaba. Izumi, sin dejar de besar a Hyunjin, se movió con elegancia y lentitud, volteándose para subirse encima de él.

Con un movimiento lento y sin prisa, mientras sus ojos seguían cerrados, Hyunjin tomó a Izumi en sus brazos para asegurarse de que no se cayera de encima de él. Se sentó en la cama, separándose un poco de ella para poder respirar correctamente. La intensidad del momento requería una pausa, pero sus miradas cargadas de deseo no rompieron el encanto de la intimidad compartida.

Volvieron a besarse, esta vez con una agresividad animal. Hyunjin daba leves besos a Izumi, que se transformaban en caricias mientras sus labios descendían lentamente hasta su cuello. Lamía, chupaba y mordía cada centímetro de su piel, arrancándole respiraciones entrecortadas a Izumi.

A medida que sus labios aterrizaban en su pálida piel, Izumi sentía cómo se le erizaba la piel, rendida completamente al toque y besos de Hyunjin. Cada beso y mordida enviaban oleadas de placer por su cuerpo, aumentando su deseo con cada contacto.

Incapaz de contenerse, Izumi empezó a moverse, deseando sentirlo más allá de la ropa de pijama que ambos aún llevaban puestas. Sus manos recorrían la espalda de Hyunjin, buscando una mayor cercanía, mientras su respiración se volvía más pesada y rápida.

— Hyunjin —Llamaba Izumi sumisa.

— ¿Qué pasa? —Respondía llevando sus besos a los pechos descubiertos de Izumi por la delicada blusa de pijama que tenía.

— ¿Qué tanto esperas? —Suplicaba, tomándolo de sus mejillas para volver a besarlo moviéndose encima y juraba que se sentía tan bien por lo fina que era la tela de sus pijamas.

— ¿De qué? —Contestó cortando el beso, viendo a Izumi quien aún se movía acariciando el cuello de Hyunjin con amor.

— ¿Harás que lo diga en voz alta? —Preguntó tímida, dejando de moverse para sacarle una sonrisa dulce al mayor.

— Si no sé a qué te refieres, entonces sí —Contestó dejando leve besos en los labios de Izumi aún con sus manos en la cintura de la menor.

— Creí que fui lo suficientemente clara dejándote saber que te deseo —Susurró en sus labios, procediendo a morder el superior con fuerza sacándole un jadeo de satisfacción.

— Y yo pensé que había sido claro cuando te dije que aún no es el momento para hacerlo —Sonrió amable, sacándole una mueca de decepción a Izumi.

— Si no te gusto de esa forma, solo dilo —Lloriqueó Izumi, bajándose de él para sentarse a su lado sacándole otra risa suave a Hyunjin.

— Izumi —Llamaba suave —Me gustas mucho, te lo he dicho. Pero... —Aclaró su garganta intentando no sonar muy cursi —Pero quiero que sea especial.

Izumi amplió una sonrisa, suavizando su mirada de insegura a dulce.

— Che carino —Halagó Izumi en italiano, lo que significaba "tan lindo". Soltó una carcajada al ver a Hyunjin sonrojarse un poco mientras intentaba ocultar su rostro.

Hyunjin se acostó boca arriba, llevando una de las almohadas a su rostro para esconder su rubor. Izumi, divertida por su reacción, se inclinó hacia él con una sonrisa tierna, quitándole la almohada de la cara.

WALLS┃HYUNJIN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora