Sempiterno

Capítulo 11.

Anneliese

—¿Estás bien? — pregunta Anastasia.

Estamos en el patio trasero bajo el techo y sentadas alrededor del fuego. Estamos a 3 de octubre y pronto será mi cumpleaños, estoy ansiosa y nerviosa por conocer a mi loba.

La loba de mamá es hermosa, es blanca pura. Sombra, el lobo de papá es negro como la noche al igual que el de Zack, también es negro incluso más oscuro que papá. Igual que sus ojos. Realmente su lobito es muy lindo.

—¿Anne? — parpadeo mirando a mi prima Adha — Te estamos hablando.

—Lo siento, estaba pensando en que dentro de poco es el cumpleaños de mi hermano junto al mío. Estoy nerviosa.

—Es normal — me sonríe Kath apoyando su mano en la mía y le doy un apretón.

—Os veo bien, chicas — llega mi hermano que solo mira a su dulce Kathi, como él la llama, y ella se sonroja —. ¿Qué hacéis?

—Nada importante, solo hablamos mientras estamos calentitas por el fuego, ya se nota el frío cuando cae la noche — responde Adha —. Oye, primo, quería preguntarte algo.

Mi hermano se sienta al lado de Kath rozando su pierna con la suya.

—Te escucho — apoya los codos en sus rodillas mirándola —, pero os advierto, nada de novios para ninguna y mucho menos te voy a presentar a ninguno de mis amigos.

—No es justo, Ethan — Adhara patalea y se tumba de forma dramática —. Quiero saber de ese tal Joshua, es muy guapo y alto.

Se sonroja mientras habla sin mirar a mi hermano, atenta a sus uñas.

—Adhara — la llama y lo mira de reojo —, no vas a estar con Joshua, es un mujeriego y te va a romper tu corazoncito de pollo antes de que te des cuenta.

—Mientras no le rompa otra cosa — murmura Anastasia detrás de su vaso y comenzamos a reír.

—¡Anastasia! — grita Adha con las mejillas rojas — No he dicho que quiera hacer esas cosas, si mi papá se entera me encierra en la habitación. Por la Diosa...

—Te lo digo enserio, pequeña, Joshua no es para ti.

A mi prima se le bajan los ánimos, pero se niega a mostrarlo y mi hermano deja caer la espalda en el sillón pasando su brazo por el hombro de Kath.

—Por la Diosa, Ethan, eres más obvio que las películas clichés — me río de él cuando hace una mueca.

—Eres muy obvio, primito — secunda An.

—Solo quería estirarme, no he dormido bien en días.

Seguimos hablando de cosas sin sentido hasta que Adhara sale con una de sus ideas locas. Nada nuevo.

—Este fin de semana podríamos acampar en el bosque, ¿qué dicen, se apuntan? — habla con una sonrisa.

—Podríamos hacerlo, llevar tiendas de campaña y comida — la apoyo, ya que me gusta la idea, aunque algunas veces suelta cada locura...

Bueno, a quién voy a engañar, en todas la sigo.

—Eso estaría genial, así pasamos todo el fin de semana juntas, pero nada de teléfonos ni redes sociales si no es para alguna llamada — propone Kath.

Todas asentimos y mi hermano habla.

—Me apunto — dice sin pensarlo y lo miro alzando una ceja, haciendo que él me imite.

—¿Y podemos saber por qué te apuntas a nuestros planes, querido hermano?

Él me da una sonrisa lobuna antes de apartar la vista.

—Me apetece estar en el bosque, conectar con la naturaleza y admirar su belleza — dice mirando al cielo que ya está más oscuro.

Sí, claro, en el bosque. Lo que quiere es dormir con Katherine, pero no digo nada. Mi hermano la ama, desde que recuerdo, siempre ha estado detrás de ella y ella detrás de él, siempre han querido pasar tiempo juntos.

—¿Es esto una reunión de brujas y elfos? — escucho la voz de Zack detrás nuestra y no me giro.

—¿Disculpa? — se ofende An.

—Disculpas aceptadas — se sienta a mi lado y veo que solo lleva un pantalón de chándal junto a una camisa de manga larga. Huele a limpio, se acaba de duchar.

Ha desaparecido todo el día y creo que ha ido a la ciudad.

—Sí, solo faltaba el Troll, tú — responde Adha con su sonrisa más dulce mientras lo señala.

—Mocosa descarada — murmura negando con la cabeza y se cruza de brazos.

—Hace frío — le digo cuando le pongo la manta por encima y me mira —. Solo tienes una camisa y ese pantalón.

Solo asiente sin apartar la vista de mí y me aclaro la garganta al volver la vista al frente.

—Estoy deseando que llegue la cena — habla mi hermano, siempre está tragando —. Abuela Rosi está haciendo costillas a la barbacoa con patatas al horno y verduras.

—Dioses, yo ceno aquí — declara An y Adha asiente con firmeza.

—Yo también, no puedo dejar pasar esta cena. Hace mucho que no como costillas.

—¿Acaso pensabais que os ibais a ir sin cenar, niñas mal educadas? — dice mi abuela por la ventana de la cocina, está claro que nos escucha perfectamente.

Todos reímos y ellas niegan diciendo que no se van a ir son probar un bocado.

Bostezo sintiendo la mirada de Zack quemarme la mejilla y sigo hablando con los demás hasta que pasan las horas y nos avisan para la cena.

—Esto huele delicioso — exclama Kath mientras mi hermano le abre la silla, ganándose la mirada de mi padre, que lo mira alzando una ceja e intenta reprimir la sonrisa con un atisbo de orgullo.

—Pues espero que te comas dos platos porque hay comida suficiente, y ustedes niñas, estáis muy delgadas — niega con la cabeza llenando nuestros platos.

—Abuela, voy a rodar — me quejo.

—Tonterías, mi niño Zack te quiere igual.

Mi madre se ahoga con el agua que estaba tomando mientras los demás estallan en risas menos Zack y yo.

—Por la Diosa — susurra mamá sin dejar de reír y mirarnos.

Yo miro a Zack que veo como traga saliva. Espera, ¿se está sonrojando?

Ay, Diosa...

—No es gracioso y tú — señalo a mi hermano que está aplaudiendo como foca epiléptica —, deja de reírte y admite que te mueres por Kath.

Se lo borra la sonrisa y me mira con los ojos desorbitados.

—Traidora, eso no se hace — murmura.

—Bueno... nos haremos los sorprendidos por haber escuchado eso — se mofa abuela Sinnia —. Venga pequeño Ethan, todos sabemos que te mueres por Kath.

Comienzo a reír porque nuestra abuela es "nuestra peor enemiga" y siempre nos deja en evidencia.

Cuando todos los platos están llenos comenzamos a cenar, tienendo una noche tranquila con la familia entre risas y chismes, porque sí, a mi familia le encanta el chisme.