Capítulo 78.

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Anneliese

Me levanto cuando siento ganas de orinar. Estoy muy cansada y veo el reloj que marcan las dos de la tarde. Realmente Zack cumplió cuando dijo que me iba a hacer suya toda la noche. Él no está en la cama y huelo la comida.

Cuando termino de hacer mis cosas me pongo el bikini. Realmente hace calor y prefiero ir cómoda, los demás también se quedaron ayer en bañador. Al bajar las escaleras noto que hay más voces que ayer y creo que mi familia está aquí. Los veo cuando doblo la esquina.

—Buenos días mi dulce niña — mamá me abraza y me aferro a ella.

—Buenos días, mamá — saludo a los demás y en la piscina veo que están todos los pequeños. Iryna también está y sonrío cuando Elliot la ayuda a ponerse el flotador.

—Iryna se ha ganado la atención de Elliot — habla mamá y asiento con una sonrisa.

—Por los Dioses — suspiro al ver a Oliver cocinar espaguetis a la carbonara. He soñado con ellos.

—Espero que tengas hambre porque estoy haciendo pasta para una manada entera — me avisa y asiento con lágrimas en los ojos. Realmente le agradezco que haga mis comidas favoritas.

Mis tías me felicitan por la casa diciendo lo bonita que es y les digo que pueden venir cuando quieran. Mi familia es bienvenida siempre.

Salgo a la piscina para saludar a los pequeños y me acerco a Iryna.

—Hola, Iryna.

—Hola, Anneliese — sale del agua para acercarse y Elliot nos mira fijamente —. Mi mamá me dió algo para ti. Dijo que cuando estaba embarazada de mí le gustaba mucho. A mí también, pero no me deja comerlo todos los días porque dice que le hace daño a mis dientes.

Sujeta mi mano llevándome al salón donde está su mochila de mariposas lila. La abre y saca una caja de bombones de todo tipo.

Madre mía. Una quiere dejar la comida, pero no ayudan.

—¿Esto es para mí? — le pregunto y ella asiente con una sonrisa.

—Sí, mamá dijo que no los comas todos en un día — suelta una risita —, pero también dijo que si lo hacías no pasa nada porque el bebé también quiere.

Le doy un abrazo y un beso en su cabeza agradeciéndole y vuelvo a salir después de guardar la caja en la nevera.

—¿Cómo se va a llamar tu bebé?

—Odette.

—Oh — abre su boca y me mira —, como la princesa o como Barbie en el lago de los cisnes.

Asiento con una sonrisa y me meto con ella en el agua. Juego con los demás y escucho un grito. Ese es Valentino y lo veo en brazos de mi tía que viene hacia mí con una sonrisa.

—Todo tuyo — me lo entrega y lo meto en el agua mojando sus piernas gorditas.

—Que hermoso eres — le doy un beso haciendo que ría más fuerte.

Mi hermano Ian está durmiendo, no entiendo como no se despierta con tanto ruido.

Los demás están jugando a lanzar la pelota en el agua. Tratan a Iryna como a una más de la familia y eso me alegra. Algunos niños no dejan que las niñas se unan a ellos, pero mis primos no son así, saben que todos somos iguales.

Me despido de ellos para ir dentro y sentarme al lado de papá dejando mi cabeza en su hombro a la vez que se me escapa un bostezo.

—¿Cómo estás, princesa?

—Bien, un poco cansada, pero normal.

Deja un beso en mi cabeza y Valentino refunfuña poniendo mala cara.

—Es mi hija, mocoso — lo mira atento y el pequeño no baja la mirada —. Lo que me faltaba, otro como Zack.

—Suegro, vamos... — No le da tiempo a seguir hablando cuando mi padre se levanta dándole un puñetazo en el estómago.

—Esto es lo que hacen los suegros que te han estado aguantando años — se lo sube al hombro como si no pesara nada y lo lanza a la piscina.

Todos se ríen cuando sale refunfuñando del agua.

—Me debes una — lo señala y mi padre se burla.

Oliver nos avisa que la comida ya está lista y todos nos sentamos en la gran mesa de piedra que está en el jardín. Elliot se sienta al lado de Iryna, como ayer, y mi tía intenta llevarse a Valentino que se queja y solo cede cuando escucha la palabra comer.

Mi plato está lleno hasta arriba y lo devoro en menos de diez minutos. Aunque me queme en el proceso. Esto está muy bueno, Oliver de verdad quiere ganarse el puesto de tío favorito.

Abuela Rosi me llena el plato otra vez y me hago la interesante.

—No creo que pueda.

Zack resopla y los demás se ríen.

Me como el segundo plato y me siento llena. El postre es un helado de chocolate y almendras que termino en tres minutos y cuando creo que no me ve nadie agarro un bombón de los que la madre de Iryna me regaló. Diosa, están buenísimos.

Pasamos la tarde juntos, juego con los pequeños un rato y cuando me canso me siento en el escalón de la piscina. Valentino está en un flotador con mi tía y mi hermano Ian con mamá. Zack se mete entre mis piernas para dejar besos en mi barriga.

—Estás muy cerca de mi hermana — escucho a Elliot decirle a Luca y Adha se sonroja.

—Alomejor son novios — susurra Iryna y Elliot la mira mal, haciendo que abra mucho los ojos.

—Elliot — lo llama mi tío Andreus —. Disfruta del día, mocoso — le pellizca la nariz y él intenta esconder la sonrisa —, y no vuelvas a mirar así a la pequeña, puedes asustarla.

Asiente y escucho como le pide perdón. Alan vuelve a intentar vender a su hermana por un coche y Adha lo hunde en el agua diciéndole que se calle.

Amo los días en familia y los amo a ellos.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora