Capítulo 13.

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Zack

¿Esa mocosa ha tenido el valor de decir que mi amigo Luca le parece guapo? No lo puedo creer.

Noto a los hombres de Kenzo en los alrededores, pero no se dejan ver, ya que así lo dispuso él. Ellas querían esto y lo que pidan se les da. Son las niñas mimadas de la manada.

—¡Primer colchón listo! — grita Ethan. No tiene necesidad de hacerlo ya que lo oímos perfectamente, pero a él le gusta molestar, y me lo confirma cuando me sonríe.

—Dámelo — me mira con odio la pequeña Adhara —. Esta me las pagas.

La miro fingiendo miedo y frunce las cejas.

—El segundo también — llega An y se lo lleva.

Ya solo queda el tercero, en total son tres, hay suficiente espacio para ponerlos dentro, pero no sé cómo vamos a dormir.

—Nosotros al lado de nuestra dulce Anneliese — murmura Sirius con ansia.

—Contrólate, joder.

Entro a "casita temporal" para ver qué hacen las otras dos y veo que ya han puesto algunas mantas en el suelo para no dañar los colchones, le han puesto sábanas y han dejado todo organizado.

—Ahora vuelvo — sale Katherine dejándome a solas con Anne.

Ella me sonríe sentándose en el suelo a ordenar los últimos bolsos que quedan que son el de su hermano y el mío.

—Ya está todo organizado, la comida está en ese rincón — señala una esquina donde hay más de cinco bolsos.

Joder, ¿tanto comemos?

—Tú el que más.

—Cierra el hocico.

—Bien, nana ha metido carne fresca ahí para que la hagamos esta noche, así que en un rato haré el fuego.

Asiente y me quedo mirando como guarda su teléfono y demás.

—Luca — no puedo callarme.

—¿Qué? — pregunta sin saber a qué me refiero.

—Te parece guapo.

—Sí, aunque no es para mí. No me gusta.

—Hmmm — tenso la mandíbula y asiento —. ¿Cómo vamos a dormir?

—Pues todos juntitos, como una familia — llega Adhara con el último colchón —. Por supuesto, no vas a dormir con mi prima — dice muy seria.

—¿Quieres dormir en el suelo?

—No me amenaces, porque no sabes con quién te metes — se tira al colchón suspirando —. Estoy cansada.

Salgo resoplando para buscar piedras y poder hacer el fuego sin dañar mucho el bosque.

—Espérame — giro y veo a Anne viniendo. Volvemos a andar cuando está a mi lado —. ¿Qué buscamos?

—Algunas piedras grandes para poder hacer el fuego y cocinar.

Asiente mientras seguimos buscando hasta que vemos unas cuantas que nos servirán. Le doy la que menos pesa y llevo las demás.

Las pongo un poco alejadas de nuestro lugar, por si saltan algunas chispas que no salga ardiendo, y me dirijo al coche para sacar el carbón y demás.

La tarde se ha pasado volando y el atardecer ya se está poniendo para darle paso a la oscuridad.

—Podríamos empezar a hacer el fuego — dice Adhara —. Estoy muerta de hambre.

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