Capítulo 51.

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Zack

Me levanto a las siete de la madrugada para llegar a tiempo a la ciudad. Mi dulce mate sigue dormida y me levanto sin hacer ruido para ir al vestidor a ponerme un traje negro.

—No sirves para nada.

—¿Nos levantamos de mal humor, lobo? — me burlo de Sirius.

—Todavía no está embarazada.

Otra vez con lo mismo. Lleva reprochándome que no está embarazada unas semanas. No se entera, o no quiere entender, que no va a ser fácil. Acaba de dejar el tratamiento de los anticonceptivos, su cuerpo tiene que expulsar todas las hormonas que eso conlleva.

—Es temprano para que me amargues el día. Adiós, perro — gruñe y corto el link.

No tengo ganas de escucharlo. Cuando termino de vestirme salgo de la habitación para ver a Anne abrazada a mi almohada buscando mi olor y me despido dejando un beso en su frente.

Estoy en el auto cuando mi teléfono suena y veo el nombre de Kenzo.

—Buenos días, hombre.

—¿Ya vas a la reunión?

—Vaya, hoy todos están de mal humor — ni un buenos días me ha dicho el cabrón —. Sí, ya voy en camino.

—Recuerda firmar los documentos para que puedan hacer el pedido de los muebles para los hoteles.

Le doy una respuesta corta y cuelga. Sigo conduciendo hasta que llego al garaje de la empresa y dejo el auto en mi sitio.

—Buenos días, señor Knight — me saludan los guardias y la recepcionista cuando me ven entrar. Respondo igual y me dirijo al ascensor privado para llegar a mi oficina.

Joder, con lo bien que podría estar con mi mujer en la cama.

—Señor Knight — me llama Enrique, uno de nuestros abogados. Le digo que tome asiento y habla —. Solo será un minuto, necesito que lea los documentos, su firma para poder seguir con la orden de los muebles y lo necesario para el nuevo hotel en Galicia.

Miro todo y pongo mi firma al final de la hoja.

—Gracias, Enrique — se despide y enciendo el ordenador para revisar que todo esté en orden.

Tampoco tengo que hacer mucho trabajo. Kenzo se ocupa de casi todo, pero cada día nos deja más trabajo a Ethan y a mí, diciendo que la mitad de todo esto es nuestro, ya que la otra mitad es de Andreus. Juntos iniciaron todos los negocios que gracias a ellos, tenemos.

Un recuerdo viene a mí de cuando tenía ocho años.

—Todo esto será tuyo y de Ethan algún día — me dice Kenzo —. Tenéis que trabajar duro si queréis mantener lo de siempre.

—¿Mío? — pregunto sin saber por qué me daría esto a mí.

—Sí, porque tú también eres parte de mí.

Suspiro con una sonrisa y un nudo en la garganta. Siempre me trataron como a uno más de sus cachorros y Jade demostró que merece el título de madre más que nadie en el planeta.

Tengo que ir a la sala de reuniones para hablar con los gerentes y demás. Nada importante, solo será un pequeño informe sobre como van las empresas, restaurantes y hoteles.

—Buenos días, señor Knight — se levantan una vez que entro a la sala.

—Buenos días.

—Señor Knight, el hotel de Galicia ya está por concluir. El señor Parker me informó que su hijo Ethan y usted se harían cargo del siguiente — comienza a hablar Iván y asiento.

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