Sempiterno

Capítulo 26.

Anneliese

No sé en qué momento llegamos a casa, pero todos estamos aquí mientras mi madre está en su habitación con algunos doctores. Ha perdido mucha sangre y la están revisando.

—Todo va a ir bien — susurra Ethan besando mi frente y no sé si me lo dice a mí o a él.

Lo abrazo fuerte, sintiendo mi labio temblar. Quiero llorar, gritar y destrozar con mis propias manos a los hijos de puta que se han atrevido a traicionar nuestra manada.

—Alfa — entra sin aliento uno de los hombres de mi padre.

—¿Qué ocurre?

—Tenemos… — Toma aire, lo vuelve a hacer y a la tercera bocanada de aire, se endereza — Tenemos al traidor.

Me da una mirada fugaz y Zack gruñe haciendo que levante las manos.

—Es Malek — dice antes de que Zack lo ataque —, lo encontramos a unos kilómetros de la primera frontera hablando con unos pícaros. Lo tenemos a él y a los otros dos.

¿Qué ha dicho? El mundo bajo mis pies tiembla. ¿Ha dicho Malek?

—Llévalos a las mazmorras — gruñe mi padre y el hombre asiente.

Malek. Malek. Malek.

Solo puedo escuchar su nombre en mi cabeza. ¿Es por eso que insistía en vernos? ¿Me quería entregar a alguien?

Esto es culpa mía, yo dejé que él se acercara a mí. Él ha hecho esto, él nos ha traicionado. Mi madre ha perdido a mi hermanito por su culpa. Necesito... necesito descargar mi ira con él, debe pagar por esto. Tengo una diana puesta sobre mi cabeza, ese Alfa quiere vengarse de mi padre a través de mí.

—Princesa — me llama papá y parpadeo en su dirección —, no es tu culpa, olvida lo que estás pensando.

—Quiero hacerlo pagar — respondo sin rodeos y su rostro muestra orgullo.

—Eso haremos, tranquila.

La doctora Astrid baja y no sé qué esperar. Su cara no refleja nada.

—Alfa — le da una sonrisa pequeña y luego nos mira a mi hermano y a mí —. Luna sigue embarazada. Tiene un riesgo muy alto de sufrir un aborto, ha perdido sangre, pero ya la hemos estabilizado. Al darle paso a su loba, ha hecho que el sangrando sea más abundante. Pero puedo decir que ahora mismo, todo está bien, este embarazo requiere reposo, el pequeño cachorro sólo tiene nueve semanas y puedo decir que se aferra a su mamá.

Dejo de escuchar lo que dice. Mi mente solo se queda con que mamá está embarazada, no hay ninguna pérdida.

Me aferro a Zack llorando como una niña pequeña. Lloro mucho por el susto, por la pelea y por lo que voy a hacer a continuación, porque nadie se mete con mi familia y vive para contarlo.

—Todo está bien — me alza en brazos y dejo mi cabeza en su hombro —. Todo está bien, Anne.

—Tenemos que hacerles pagar — alzo mi cabeza y lo miro —. Yo no sabía nada. Yo no creía que Malek fuese a traicionar nuestra manada.

Mi labio tiembla y tengo el corazón encogido. Duele cada vez que late y Zack pasa una mano por mi espalda.

—Sabemos que tú no sabías nada — deja un beso en mi frente y me mira —. Vamos a cobrarnos esto.

Mi padre carraspea y me mira alzando una ceja mientras le doy mi mejor sonrisa. Al bajarme voy a abrazar a mi padre.

—Seremos tíos otra vez — murmura tía Aleska llorando y todos nos damos un abrazo familiar, también incluimos a Astrid.