Sempiterno

Capítulo 16.

Anneliese

Estamos a miércoles y eso significa que solo queda una semana y media para mi transformación. Decir que estoy ansiosa es poco para lo que siento en mi interior.

Llevo dos días sin poder concentrarme en clases, me han llamado la atención tres veces a lo largo del día, menos mal que ya estamos a última hora

—Deja de pensar tanto, tu cabeza suelta humo — susurra Adha haciendo que las demás giren para verme.

—Estoy bien, chicas.

No tengo ni idea de cómo será mi transformación. ¿Dolerá? Mi madre dijo una vez que son unos segundos que se hacen eternos donde sientes que todos los huesos de tu cuerpo se rompen para dar paso a tu loba. Mierda, estoy asustada y el corazón me late a mil.

El timbre suena haciéndome saltar del susto y recogemos todo rápido para poder salir ya.

—Sé que estás ansiosa, también nerviosa, pero solo piensa en que una semana y media pasa volando, no le des más vueltas — Adha me pasa una mano por la espalda mientras habla y asiento.

Al salir veo a mi padre fuera de su coche esperando por mí, podría irme con mi hermano en su moto, pero muchas veces él no va directo a casa así que prefiero irme con él.

—Chicas, no os olvidéis que hemos quedado en mi casa para hacer la tarea — dice Kath y negamos con la cabeza —. Adiós, tío Kenzo.

—Adiós, mocosa.

Las demás también se van y abrazo a mi padre sintiendo como deja un beso en mi cabeza.

—¿Qué ocurre, princesa?

—Estoy nerviosa por mi cumpleaños. Sé que ya hablamos de esto, pero no puedo apagar mi cerebro y desconectar — hablo mientras subimos al coche —. Es que... papá, creo que... Diosa.

—Habla conmigo, cuéntame.

—Yo creo que me gusta alguien, desde que tengo memoria, y creo que siempre lo he sabido y lo he negado infinidad de veces.

Asiente cruzado de brazos.

—Te gusta Zack desde que era una bebé y no me mires así que yo lo he visto con mis propios ojos.

Me ahogo con mi propia saliva. ¿Tan obvia soy?

—Es que es muy raro lo que siento — respondo después de varios minutos en silencio —. Me gustan algunas cosas de él, por ejemplo, me trata bien y conoce todo de mí, nunca se ha intentado sobrepasar conmigo.

—Entiendo, pero te voy a pedir que pienses las cosas hasta el día de tu transformación. Diosa Luna sabe como hace las cosas

Llegamos a casa y después de comer veo algunos capítulos de una serie hasta que me llama mi prima diciendo que ya es hora.

—¡Vuelvo luego, voy a casa de Kath para hacer las tareas! — grito para que me escuchen antes de salir y caminar. No vive muy lejos, solo son quince minutos.

Saludo a varias personas en el camino.

—Hola, cariño — mi tía Sara abre la puerta y me da la bienvenida con ese vientre enorme, pronto nacerá su tercer hijo.

—Hola, estás hermosa — paso una mano por su vientre sabiendo que no le molesta —, y tú estás muy grande, sal ya, enano.

Ella se ríe mientras me dirijo al salón.

—¡Prima! — Antón junior viene corriendo y lo abrazo.

Tiene siete años y es casi tan alto como yo.