Capítulo 72.

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Anneliese

Hoy es nuestra graduación, debo decir que todas estamos nerviosas. Yo al menos he dormido como un bebé gracias a mi hombre que me dejó agotada.

Estoy con las chicas en casa de mis padres, justo en mi habitación, que sigue igual que cuando me fui. Nos estamos preparando aquí para salir juntas hacia el instituto. Los vestidos están colgados para que no se arrugen, los tacones justo al lado, el maquillaje tirado en la cama y el suelo, y ni hablar de cada una. Yo estoy sentada en mi tocador y las otras se están haciendo los peinados mientras yo termino mi maquillaje.

Oliver y Luca están invitados, en cualquier momento tienen que llegar.

—Chicas — canturrea mi tía Sara y escucho el grito del pequeño Valentino —, vamos a llegar tarde.

—Mira que hermoso bebé — me levanto para cogerlo en brazos y él mueve sus bracitos.

Estamos todas desnudas, solo llevamos la ropa interior. No tengo de qué avergonzarme con ellas, todas tenemos lo mismo.

—Te está creciendo una barriga muy bonita — habla mi tía pasando su mano por un lado y sonrío —. Tenéis veinte minutos para terminar.

Solo nos queda darnos un retoque y vestirnos. Juego un poco con el bebé que está inquieto y cada día quiere más libertad.

—Pronto tendremos nuestra bebé.

—¡Estoy ansiosa por conocerla! — grita Freya.

Mamá entra con Ian en brazos y le digo que lo ponga en la cama para que esté con Valentino.

—Y pensar que hace nada estaban babeando — suspira mi tía Aleska cuando entra con mi tía Marie detrás.

—Bueno... ahora babean por otras cosas

—¡Mamá! — se queja An mirando a mi tía que se burla de nosotras.

—Solo dice la verdad — señala tía Sara.

—A vestirse — nos regaña mamá y cada una va a su vestido.

Nos ayudan a subir el cierre y doy gracias a los Dioses por haber encontrado uno porque estoy segura de que me hubiese vuelto loca.

Suelto un suspiro pasando las manos por la tela, pensando y asimilando que vamos a cerrar otra etapa juntas. Gracias a los Dioses ninguna se va a otra ciudad a estudiar, no sabría vivir sin ellas, son mi familia, mis hermanas. Y ahora serán las tías de mi bebé.

—¿Ya estás sentimental? — pregunta Freya.

—Son las hormonas — respondo y se ríe antes de cortar el link.

—Sois tan hermosas — susurra tía Marie y sonreímos.

Mi madre está con los ojos llenos de lágrimas y la abrazo fuerte. Todo lo que tengo y soy se lo debo a ella y a mi padre. Ellos han hecho un gran trabajo por nosotros, nos han cuidado de la mejor manera y siempre nos han apoyado en lo que hemos querido. Nunca nos han pedido nada que no sean buenas notas.

—Mi dulce niña se hace grande — habla con voz temblorosa y beso su mejilla.

—Pero siempre seré tu niña — ella asiente abrazándome fuerte.

—Estos vestidos nos quedan geniales — salta Adha emocionada dando vueltas para verse en el espejo.

Se escucha un sonido en la puerta cuando se abre y vemos a los más pequeños entrar con sus trajes hechos a medida y con pajaritas. Se ven tan lindos.

—¡Parecéis unas princesas! — grita Dylan mirándonos a todas con asombro y reímos.

—Os vamos a acompañar para bajar — habla Elliot. Tiene el mismo porte serio que mi tío Andreus, aunque en el fondo es un amor que le encantan los abrazos.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora