Zack
Observo a mi mujer dormir con el pelo suelto sobre la almohada y la pequeña barriga que tiene. Nuestra bebé está creciendo rápido, los días pasan volando y aún sigo sin creer que Anne lleve a mi cachorra en su vientre. Cada día está más hermosa, más feliz y el brillo en sus ojos la delata.
Es temprano y por eso no hago ruido al levantarme. Tengo que ir a la empresa para firmar algunas cosas y hablar sobre los planos del nuevo hotel. Ethan y yo hablamos y esperamos que todo salga bien.
—Acércate a ella, necesito olerla y sentirla antes de irnos — gruñe Sirius.
—No me iba a ir sin darle un beso.
Me acerco a ella cuando termino de ponerme los zapatos, inhalando su dulce aroma y me arrodillo para frotar mi nariz en su barriga. Mi mujer está ya de 16 semanas y se le nota, cada día escucho más fuerte el latido de mi bebé. Por último, dejo un beso en su nariz y otro en su mejilla cuando me levanto.
—Ya quiero jugar con mi cachorra, la llevaremos a muchos lugares y cazaremos para ella — siento a Sirius aullar y reprimo la sonrisa.
—Lobo, es un bebé, no va a poder comerse un conejo o una ardilla.
Sirius resopla cortando el link.
De camino a la ciudad escucho música, preparándome para un día lejos de mi mujer. Ya se nota el verano, la gente de vacaciones, turistas en nuestra manada y el tráfico por la gente que sale a disfrutar sus días.
Dejo el coche en el parking de la empresa y subo por el ascensor hasta mi despacho. Ethan tiene que estar por llegar.
—Adelante — digo cuando escucho unos pequeños toques en mi puerta.
—Hola, Zack — el hijo de Enrique, uno de nuestros abogados, entra en mi despacho con unos pantalones cortos y una camiseta de los Vengadores.
Suelto una risa diciéndole que pase. Enrique es un hombre divorciado que dejó a su mujer porque lo engañó, y se quedó la custodia de su hijo a tiempo completo cuando su madre no quiso hacerse cargo. Kenzo deja que lo traiga siempre, el niño es muy educado y tiene seis años. Le encanta venir a mi despacho para hablar sobre las películas de los Vengadores. Soy tan fan de ellos como este niño.
—Hola, grandullón. Me gusta esa camiseta — señalo su camiseta gris con el escudo del Capitán América.
Él sonríe dejándome ver que se le han caído las dos paletas.
—Mi papá me la compró ayer. Fuimos juntos al centro comercial y comimos helados — responde alegre pero baja la cabeza y noto que su olor cambia —, pero vimos a mami y ella me habló mal.
Tengo una conexión con este niño. Sé cómo se siente y lo que ha tenido que pasar por culpa de esa mujer. Enrique me contó que lo maltrataba física y psicológicamente. Recuerdo que con cuatro años estuvo internado en el hospital por un golpe que le dió esa mujer en la cabeza.
Esa no es la única razón por la que quiero a este niño. Lo quiero porque se merece todo el amor del mundo, es hijo único y ahora que la escuela ha terminado debe estar aburrido.
—Ven aquí, cuéntame que más hiciste con tu padre. Recuerda lo que dijo...
—Mamá no merece mi amor — termina él y sonrío orgulloso.
—Por Dios — escucho a Enrique que entra corriendo —. Muchacho, no puedes irte así sin decir nada — regaña a Teo y él de la una sonrisa inocente.
—Estaba diciéndole a Zack que ayer me compraste esta camiseta — señala con una sonrisa y asiento.
—Está todo bien — calmo a Enrique que siempre se preocupa y piensa que nos puede molestar.
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Sempiterno
WerewolfAnneliese es una chica curiosa, risueña, amable y humilde, pero también muy caprichosa y mimada, como lo era su madre. Amada por todos y deseada por otros. Zack es un chico que tuvo una infancia difícil, oscura y triste, pero una adolescencia hermos...