Capítulo 33.

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Zack

Cuando Anne termina sus clases ya es medio día y nos dirigimos a la cocina a hacernos algo de comer. Los estantes están llenos al igual que la nevera. Lo ha planeado todo perfectamente.

No he dejado de pensar en el gran paso que hemos dado juntos. Estaba segura de sí misma, juro que en mi vida sentí tanto placer como el de esta mañana. Sin duda, ha sido una buena bienvenida para ambos. Y lo que más me ha gustado es que ella misma ha dado el paso.

—¿Qué podemos hacer? — pregunta en voz baja. Siempre habla con ella misma cuando piensa.

—Hagamos algo ligero.

—Una ensalada y unos filetes.

Asiento y comenzamos a sacar lo necesario. Mientras yo me encargo de la ensalada, ella se encarga de la carne. No me defiendo muy bien en la cocina, pero sí puedo cortar las verduras y demás.

—Un trabajo pesado sin duda — se burla Sirius.

—Zack — me llama distraída viendo como el filete se dora y me giro para verla bien —, ¿qué planes tienes para el futuro?

¿Para el futuro? Tengo pensado estar con ella siempre. Es la única mujer con la que quiero despertar todos los días.

—¿A qué te refieres, cariño?

Saca los filetes para poner otros y se da la vuelta suspirando para mirarme con inseguridad mientras se cubre con los brazos.

—¿Qué coño le has hecho? — me gruñe Sirius.

—Nada, pedazo de mierda.

—Anne, ¿qué ocurre?

—Quiero saber tus planes — levanta la vista mirándome fijamente —. Necesito saber.

—Mi futuro es contigo. No hay más, tener nuestra vida, nuestra casa, también quiero hijos si tú los quieres. Viajar, vivir nuestra vida como queramos, pero solo lo quiero contigo. ¿Por qué preguntas?

Escucho como traga saliva y se da la vuelta para mirar la carne. La escucho suspirar girando un poco la cabeza.

—Yo también quiero todo eso contigo, pero debemos hablar de algo.

—Te escucho.

—Después de comer.

Asiento. Ponemos la mesa, las bebidas y comenzamos a comer. No hablamos, nos miramos a ratos y no es un silencio incómodo, porque con ella todo es fácil.

—¿Qué nos dirá? Freya no me responde — me dice Sirius y noto un poco de tensión en los hombros.

Nos vamos a la piscina, donde nos sentamos en el borde después de recoger la cocina.

—¿Pasa algo? Háblame, Anne.

—¿Tú quieres tener hijos?

—Solo si los dos queremos, ¿no quieres? Pues no los tenemos, no vamos a hacer algo con lo que alguno de los dos nos podamos sentir incómodos. ¿Es por eso que estás así? Somos jóvenes, aún te quedan unos meses para terminar el instituto, quieres seguir estudiando y no vamos a interferir en tus planes — respondo siendo sincero mientras me meto en la piscina y ella envuelve sus piernas sobre mi torso.

—Yo sí quiero tener hijos, quiero tener muchos — su voz se vuelve un poco débil y noto que le cuesta hablar —, pero sabes que tomo anticonceptivos, ¿verdad?

Asiento. Desde que tenía catorce años ha estado con esas pastillas. Tengo entendido que es un método hormonal para regular las hormonas y la menstruación o algo así. No lo sé.

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