Anneliese
Estamos de vuelta en casa. Mis padres han venido a por nosotros y le voy contando todo con lujo de detalle todo lo que hemos hecho en ese lugar. Claro está que no le he contado que he empezado mi vida sexual, mi padre se volvería loco. Con mamá sí he tenido algunas charlas, me ha explicado algunas cosas como lo que es el nudo, la marca y demás.
Oh, Diosa... Zack metió un dedo en mi interior, aunque debo decir que no me dolió, solo fue algo incómodo.
—Tendremos que irnos nosotros también — habla mamá animada.
Aún tiene que seguir en reposo, pero nos ha venido a recoger en el coche, y su vientre sigue plano.
—Lo haremos — le asegura papá.
Al bajar del coche veo a mis abuelas junto a mi hermano y voy hacia ellos para poder abrazarlos.
—Mi dulce niña — dicen mis abuelas.
—Mocosa — mi hermano deja un beso en mi cabeza mientras me abraza y luego van hacia Zack.
—Vamos dentro, la cena ya está casi lista y puedes resfriarte por el cambio — mamá me abraza mientras la sigo.
Zack me ayuda a subir las maletas. Mañana les daré los regalos, hoy solo quiero cenar, ducharme y dormir para mañana estar como nueva.
—Vamos — le digo a Zack y salimos.
Al bajar vemos que ya están todos en la mesa y me siento al lado de mamá. Abuela Rosi ha hecho mi comida favorita, espaguetis a la carbonara.
—Cuéntanos — pide abuela Sinnia con una sonrisa pícara.
Por la Diosa... esta mujer nunca cambia.
—Hemos corrido todas las noches con nuestros lobos. Mi loba está más fuerte y ya no se cansa tanto, aunque Sirius es muy veloz.
—Freya es muy floja — me acusa Zack y lo miro mal.
—No te recomiendo tener a Anneliese de enemiga — lo señala mi hermano fingiendo miedo.
Ruedo los ojos terminando mi plato y me sirvo otro.
—¿Estás embarazada? — pregunta abuela Sinnia como si nada.
Mi padre se ahoga con el vino. Zack está blanco y yo me muero de la vergüenza.
—¡Abuela!
—¡Mamá! — gritamos mi padre y yo al mismo tiempo que mi abuela se parte de la risa.
—Perdón, perdón. ¿Lo estás?
—No — bajo la voz porque me da mucha vergüenza hablar de esto con mi familia —. No hemos llegado a ese nivel.
—Me largo — mi padre hace el intento de levantarse y mamá señala su plato que apenas ha tocado.
—Sinnia, no seas mala — me ayuda abuela Rosi con una sonrisa.
—Solo tengo hambre — les aclaro a todos.
Subimos a mi habitación cuando terminamos de cenar y nos despedimos de todos.
—¿Nos damos una ducha juntos?
Zack asiente y cuando terminamos, nos vamos a la cama a descansar. El cambio climático y el horario me tienen muerta de sueño. Me duermo al minuto de tocar la almohada y siento a Zack taparme con las mantas y dejar un beso en mi cabeza. Después de eso, bueno, solo ronco.
****
—Vamos, cariño, llegarás tarde — escucho a Zack en mi espalda y me pego más a él.
—Cinco minutos.

ESTÁS LEYENDO
Sempiterno
Hombres LoboAnneliese es una chica curiosa, risueña, amable y humilde, pero también muy caprichosa y mimada, como lo era su madre. Amada por todos y deseada por otros. Zack es un chico que tuvo una infancia difícil, oscura y triste, pero una adolescencia hermos...