Capítulo 50.

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Anneliese

—Feliz cumpleaños, papá — lo abrazo, dejando un beso en su mejilla, y me estruja fuerte.

Hoy es 27 de diciembre y estamos celebrando el cumpleaños de papá. Mamá ha preparado una fiesta, lleva un vestido y su vientre está muy redondito. Le quedan unos días para estar de veintidós semanas y el embarazo le ha sentado de maravilla. Está más hermosa que nunca.

—Felicidades, tío Kenzo — Adha lo abraza, pero yo no lo suelto.

Mi hombre está con mi hermano junto a mis tíos y yo me voy con Adha y las demás al patio trasero.

—Le he dado una oportunidad a Oliver — suelta de repente nuestra querida An y me quedo a medio camino de sentarme.

—Oh, por la Diosa, ¿te lo pidió o cómo pasó? — pregunta la cotilla de Adha.

Kath la observa atenta al igual que yo, esperando una respuesta.

—Me gusta, de verdad lo hace. Es tan atento, me tiene paciencia y jamás lo he visto hablar mal a nadie. Siempre pregunta si necesito o quiero algo — comienza a hablar y noto la ilusión —. Sabéis que no tiene que ser así conmigo y aún así lo es. Tampoco quiero ilusionarme mucho porque quizás, él pueda encontrar a su mate. Hablé con él y llegamos a un acuerdo. Tampoco me hace sentir incómoda.

—Os vais a dar una oportunidad —aplaude Adha y sonreímos.

An asiente y seguimos hablando de nuestras cosas. Hacía días que no tenía una tarde como esta. Pronto comenzarán las clases otra vez y en cuanto termine el instituto, haré mi tan ansiada carrera de diseño de moda. Por suerte, no voy a tener que viajar a ningún otro país o ciudad, la mejor universidad está justo aquí, en la ciudad.

—Chicas — las llamo cuando algo ronda mi mente —, ¿vais a estudiar aquí o vais a salir?

—Aquí — responden todas mirándome como si estuviese loca.

—¿Piensas que Ethan sería capaz de estár lejos de su querida Kathi? — se burla Adha y Kath se sonroja.

Suelto un suspiro de alivio al saber que no voy a tener que estar lejos de ellas. Son mi vida, mi familia. No soportaría tenerlas lejos, aunque si eso pasa, lo más probable es que yo también me vaya con ellas.

—¿Y tú de verdad serías capaz de dejar a Luca solo? — responde Kath con una sonrisa traviesa.

Adha se lleva una mano al pecho, haciéndose la ofendida, y mamá aparece cuando va a soltar una de sus respuestas brillantes. Nos avisa para partir la tarta y cuando entramos, veo a Valentino despierto en su carrito. Alza sus bracitos en cuanto me ve y miro a mi tía para ver si puedo cogerlo y ella asiente con una sonrisa.

—Hola, bebé — lo alzo viendo su hermosa carita y él se esconde en mi cuello. Huele tan bien.

En ese momento se acerca Zack y Valentino lo mira mal con sus pequeñas cejas juntas, como si algo lo molestase. Escucho una risa fuerte, risa que viene de mi padre y señala a Zack.

—Ahí lo tienes — se ríe mientras asiente con la cabeza —, tu karma. Ese niño no quiere que la toques.

—Es mi mujer — replica Zack.

—Y Valentino no quiere que la toques — señala con la cabeza al bebé que lo sigue mirando con las cejas juntas y está formando un puchero con sus labios. Creo que va a llorar.

Zack lo mira con el ceño fruncido y se cruza de brazos mirando al bebé. Valentino vuelve a poner su cabecita en mi cuello y suelta un pequeño sollozo. Oh, mi bebé.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora