Capítulo 20.

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Anneliese

A la mañana siguiente me despierto de golpe al escuchar un ruido.

—Mierda — se queja An y miro qué ha pasado para verla en el suelo tirada.

Suelto a reír mientras ella refunfuña y vuelve a la cama.

—¿Te has caído? — habla Kath en sueños.

—No, estaba puliendo el suelo.

Las cuatro nos reímos mientras nos levantamos para ir al baño.

—Vamos a desayunar, estoy muerta de hambre — les digo y todas salimos para bajar.

Son las diez de la mañana y nos preparamos unos crepes con fruta y chocolate.

—Está delicioso — gime Anastasia con la boca llena.

Cuando termino de hacer toda la masa lo pongo en un plato en la mesa con la Nutella, mermelada y varias cosas más, ya que a cada una le gusta diferente.

—Buenos días — escucho esa voz ronca.

—Buenos días — le digo, viendo que se sienta a mi lado —, ¿quieres?

Él asiente y le preparo uno con bastante Nutella y fresas, tal y como le gusta. Me guiña un ojo cuando se lo entrego y vuelvo la vista al frente para que no vea como mis mejillas se encienden.

—Buenos días — ese es mi hermano que aprovecha para abrazar a Kath por detrás dejando varios besos en su cabeza.

—Ya — susurra ella y la veo roja como un tomate.

Él solo se ríe y se prepara unas tostadas con mermelada de fresa.

Desayunamos tranquilos en la isla de la cocina y entre todos recogemos lo que hemos ensuciado.

—¿Qué podemos hacer hoy? — pregunta Adha y alzo los hombros.

—Ya veremos.

****

Ese ya veremos se resume a estar todo el día tiradas en la cama después de recoger toda la ropa sucia y ordenar mi habitación. Y ahora estamos viendo una serie cuando Zack abre la puerta y se apoya en el marco mirándome.

—¿Qué pasa?

—¿Qué hacéis? — pregunta al mismo tiempo que yo.

—Viendo la tele — responde Adha —. No sabemos qué hacer y hace mal día.

—Son las cinco de la tarde y lleváis todo el día encerradas, es raro en vosotras.

—No sabemos qué hacer — le respondo.

—Nana Rosi os llama.

Todas nos levantamos después de poner en pausa la serie y bajamos para ver qué necesita.

—Mis niñas, os voy a pedir ayuda en el jardín con unas flores.

—Yo, yo te ayudo — habla Adha. Nosotras siempre acompañamos a mi abuela cada vez que planta alguna o quiere traspasar otra.

Llevamos desde pequeñas plantando árboles y flores con mis abuelas.

—Pues será tarde de plantas — se anima An y salimos al jardín.

Mi casa es realmente hermosa, es grande y bonita, pero nuestro jardín es lo más bello que hay. Todo está bien cuidado y hay miles de flores, es donde más tiempo paso con mi abuela Rosi. Ella nos ha enseñado muchas cosas, a cuidar cada detalle y a mimar cada flor.

—Las rosas azules salen pronto — me dice y dirijo la vista al rosal donde veo los capullos floreciendo.

—Estoy ansiosa por ver esa pared llena de rosas.

—Con tiempo y cuidado todo florece — me guiña un ojo y nos ponemos en acción.

A las horas escucho unos pasos que se dirigen a nosotras y veo a mi madre.

—Mamá — me levanto mirando su vientre, pero sigue plano.

—Veo que nana os ha puesto a trabajar — se burla.

—Estábamos aburridas y hemos decidido ayudarla — se ríe Adha.

—Ya está cayendo la tarde, ¿por qué no vais a daros una ducha?

Miro a mis primas y las veo llenas de tierra, debo estar igual, así que nos despedimos de mi abuela y subimos. Ellas se van a otras habitaciones para terminar antes.

—Tengo que hacerme el relleno de las uñas y las pestañas — habla Adha mientras bajamos las escaleras después de la ducha.

Ya están haciendo la cena, hoy toca mimar a Anastasia, por eso están haciendo su comida favorita. Puré de patatas con filetes de ternera y verduras salteadas.

—Yo también — respondo a Adha mirando mis uñas que ya están todas mal.

—Podríamos ir el lunes o el martes — dice Kath y les digo que sí.

Nos tumbamos en el sofá viendo la tele esperando por la cena.

—La comida ya va a salir — nos informa mi abuela después de un rato y nos levantamos para preparar la mesa.

Mi padre se sienta en la cabeza, a su derecha, mi madre. La sigo yo y luego Zack. Mi hermano se pone frente a mi padre con Kath a su derecha y los demás se reparten como siempre

Ojalá la Diosa haga mates a mi hermano y a Kath, sería una Luna estupenda, es buena, comprensiva y siempre está atenta a todo.

—Abuela Rosi, muchas gracias — le dice Anastasia llevando el tenedor a su boca.

—Que aproveche.

Noto que la rodilla de Zack toca la mía, sin embargo, no la quito porque no me molesta y lo observo de reojo.

¿Podría ser verdad lo que dijo mi padre? Dijo que desde pequeña he tenido una conexión con él, pero no sé si se refiere a la misma conexión que pienso yo. Como sea, lo sabré el día de mi transformación.

—Tío, pronto nos darán las vacaciones de Navidad — comienza a hablar Adha —, hemos pensado que nosotras podríamos irnos de vacaciones, alquilar alguna casa temporal en las montañas de la ciudad con la nieve.

Mi padre la escucha atento.

—¿Pensáis ir solas?

—Claro que no, Zack va a venir con sus amigos y mi primo Ethan, no estaríamos solas, aunque tampoco deberías asustarte, somos fuertes.

—¿Sí? Creo que oí un grito el sábado pasado que venía de las montañas — se burla y no oculta la sonrisa haciendo que mi prima junte sus cejas.

—No sé de qué grito hablas, solo avisé a mi prima de que tenía un animal en la pierna.

Abro la boca sin poder creerlo, la muy mentirosa pegó un grito al cielo. Todos nos reímos y seguimos hablando, pasando una cena agradable.

—Cuando tengáis organizado el viaje y los días de vacaciones hablamos. Tendréis que llevar ropa, comida y muchas cosas más — nos dice mamá y todas asentimos.

Zack no ha despegado su rodilla de mi pierna y yo no la he movido.

Cuando terminamos la cena, nos subimos a mi habitación para seguir viendo la serie y una a una vamos quedando dormidas.

—Buenas noches, cielito — escucho a Adha y la abrazo fuerte. No sé qué sería de mí sin ella, es esa hermana que nunca tuve.

—Buenas noches, Adha.

Todas dormimos en mi cama ya que es bastante grande.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora