Capítulo 76.

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Anneliese

Me levanto al día siguiente sintiendo las manos de mi hombre en mi barriga y su pecho en mi espalda. Menos mal que el aire está encendido o estaría muerta de calor.

Estoy ansiosa por ver nuestra casa terminada. Por dentro no la hemos visto, solo vimos la estructura y también pedí la piscina, no sé cómo habrá quedado al final.

—Aún es temprano, duerme — escucho su voz ronca y la piel se me eriza.

—Buenos días mi amor — doy la vuelta dejando un beso en su pecho.

Me pongo de rodillas pasando mis manos por su pecho hasta llegar al borde de sus calzoncillos y abre los ojos con una ceja alzada. Le doy una sonrisa inocente y meto la mano agarrando lo que tanto quiero, notando lo duro que está. Trago saliva al imaginar como se siente en mi boca cada vez que me deja tomarlo.

—Quiero complacer a mi hombre — me inclino hacia adelante besando su cuerpo hasta llegar a su vientre esculpido e inhalo su aroma —, al padre de mi bebé — dejo un beso en su muslo llevando mi mano a sus huevos.

Gruñe dándome una palmada en la nalga derecha y saco su polla dejándola libre. Paso mi lengua por toda su longitud hasta llegar a la cabeza rosada, donde dejo un besito y lo escucho gemir.

—No seas así — gruñe dándome otra palmada.

—A ti también te gusta jugar — respondo pasando otra vez la lengua hasta llegar a sus huevos y me meto uno en la boca.

Gimo gustosa sintiendo como sujeta mi cabello en una coleta. Su otra mano la pasa por la parte trasera de mis muslos y siento toda mi piel erizada.

Vuelvo a su cabeza que suelta un líquido preseminal y lo recojo con mi lengua, la rodeo y la llevo al fondo de mi garganta. Respiro por la nariz para acostumbrarme y muevo mi cabeza de arriba a abajo, escuchando sus gruñidos y algunas maldiciones.

—Maldita descarada — habla y siento como mueve mis bragas a un lado pasando su dedo por mi hendidura.

No hace falta que me diga lo que sé. Estoy húmeda, con ganas de follar y tener un orgasmo, pero quiero probar su semilla. La necesito.

Uso mi mano en lo que no llego a meter en mi boca y sigo chupando como si fuese un helado. Me encanta, me pasaría la vida tomando de él. Gimo cuando mete dos de sus dedos y los curva tocando ese punto que tanto me gusta. Zack tensa las piernas al sentir la vibración de mi gemido y gruñe.

La saco de mi boca succionando la punta y lo miro.

—Quiero que termines en mi boca y lo quiero ahora — vuelvo a llenarme la boca llevando mis manos a sus huevos, apretando suavemente y siento como sus piernas y vientre se tensan.

Toca mi clítoris y gimo. Entonces siento que se descarga en mi boca y lo trago gustosa. No me da tiempo a sentarme cuando me mete un tercer dedo y me sujeto a su polla.

—Zack — gimo al sentir el orgasmo en la punta de mis dedos y entonces exploto.

Mis piernas tiemblan, mi barriga se encoge y siento mis pechos más pesados que antes. Alarga mis orgasmo y no puedo más, me aparto dejándome caer en la cama y cierro las piernas.

Diosa... eso ha sido tan placentero.

—Ven aquí — me agarra por los tobillos y mete los brazos por mi espalda para levantarme —. Monta a tu hombre.

Lo beso a la vez que muevo mis caderas sobre su longitud, llenándola de mis jugos. Muerde mi labio y entonces siento como entra muy despacio, haciéndome notar las venas y como me abre.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora