Capítulo 64

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Anneliese

Llevo despierta desde las seis de la madrugada haciendo la comida para el medio día. Me he vuelto loca, lo sé, estoy haciendo comida para alimentar a una manada entera. Hay de todo, carne, verduras, pasta, pescado, marisco. De todo.

—Creo que le tienes que bajar un poquito a la ansiedad.

—Y yo creo que tienes que cerrar el hocico, descarada. No necesito que también me estés distrayendo — le pido a mi hermosa loba.

Ya son la una de la tarde y en una hora aproximadamente estarán aquí. Lo más bonito es el postre, espero que de verdad se coman todo o tendré que salir a repartir comida.

—Anne — escucho a Zack —, cariño, tienes que descansar. Llevas en pie desde muy temprano.

—Estoy bien — le hago saber cuando me doy la vuelta y lo veo de brazos cruzados sin camisa —. Por la Diosa. Zack, ponte algo, necesito terminar la comida.

Se va riendo. Es un maldito que sabe que no puedo resistirme.

—¿Podemos ir ya? — escucho la voz de Kath a través del link — Tu hermano y yo estamos listos.

—Claro, aquí os espero.

Me lavo las manos después de meter el pollo al horno para que se termine de hacer y subo a darme una ducha rápido. Huelo a comida.

—Kath y mi hermano ya vienen — le informo a mi hombre —, ¿puedes abrir cuando lleguen? Voy a darme una ducha.

Asiente dándome un beso antes de irse.

Estoy muy nerviosa, no sé cómo se vayan a tomar la noticia. Mis padres y mi tía Aleska son los únicos que saben y estoy segura de que mis abuelas se volverán locas.

Suena el timbre cuando estoy terminando de enjuagar mi cabello y sé que son ellos por sus voces. Me quedo frente al espejo desnuda viendo mi cuerpo y esperando ver algún cambio. No veo ninguno porque solo tengo cinco semanas y esa barriguita es mía, de comida. Suspiro con una sonrisa mientras seco mi cuerpo. Me pongo un vaquero y una camisa de manga larga básica, será un almuerzo tranquilo y no tengo ganas de arreglarme.

—La casa huele muy bien — escucho a Kath —. Creo que Anne se ha vuelto loca cocinando.

—Lleva desde las seis en pie — responde Zack.

Se dan la vuelta cuando bajo el último escalón y les sonrío. Abrazo a Kath y luego a mi hermano que deja un beso en mi cabeza.

—Aviso que tu hermano viene con hambre, no ha desayunado — señala a Ethan que le sonríe de lado y sé que va a soltar uno de sus comentarios.

—Bueno, estaba comiéndome otra cosa — responde con sorna mirando a Kath y escucho como Zack se ahoga con el zumo.

—Eso no nos interesaba, Ethan — dice Zack riendo.

El timbre vuelve a sonar y Zack abre dándole paso a Luca y Oliver que entran con una sonrisa.

—Anneliese — me saludan.

Nos sentamos en el sofá y Zack vuelve cuando deja el vaso. Veo que va a posar su mano en mi barriga y la aparto con cuidado para que ellos no lo noten.

—Recuerda que aún no lo saben — le digo a través del link y gruñe en desacuerdo.

—Hacía tiempo que no hacíamos una comida todos juntos — habla Oliver.

Hablamos entre todos hasta que vuelve a sonar el timbre y llegan mis padres junto a mis abuelas y mi pequeño hermano.

Me levanto para tomarlo en brazos y mi madre me guiña un ojo.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora