¿De verdad había funcionado para algo el tener que besar a ese idiota frente a todo el mundo? Porque la respuesta parecía ser negativa.
La gente me había visto besando al hombre que más detestaba en el mundo, y aún así nada pasaba, todo estaba tranquilo. Esto debía ser una broma, se estaban demorando mucho, y eso solo podía significar una de mis dos hipótesis.
O se habían asustado y aún estaban planeando el ataque, o se nos habían adelantado y se estaban riendo de nosotros.
Mierda, que difícil.
Suspiro con molestia sin poder concentrarme en el trabajo que me había dado mi padre. Dejo mi espalda reposar sobre el respaldo de la silla de su despacho en el casino y llevo mis ojos hacia las enormes ventanas.
Ya se estaba yendo el sol, y era un día más sin saber nada, sin que diéramos un solo paso hacia esa gente.
Era desesperante.
¿Como lo estaría llevando Jungkook? ¿Estaría tan frustrado como yo? Tal vez incluso más, porque él tenía que seguir con el asunto del incendio, y al parecer aquello iba muy mal; o eso decían la gente de por aquí.
No me gustaba pensar en Jungkook, me molestaba, pero ahora que había un supuesto matrimonio, y que prácticamente le había comido la boca delante de dos pandillas que se odiaban, ahora sí que no había escapatoria para esto.
Aunque no podía negarme a que era un loco que al menos besaba bien, seguramente tendría contenta a su próxima novia.
Pero tal vez yo estuviera siendo un impedimento hacia alguna mujer que gustara de él, era una lástima.
Miro hacia la puerta al escuchar como pedían permiso para entrar. Cuando se abre y visualizo a un consejero, tomo mis gafas que llevaba puestas ahora, y las quito para dejarlas sobre la mesa.
— Ah, _____________ —él entra, y veo a un hombre a su espalda— ¿No está tu padre aquí?
— Ha salido —me levanto— ¿Pasa algo?
— No, solo venía a presentarle al nuevo fichaje —señala al hombre— Ven, chico, ella es la hija mayor del jefe —se acercan.
Miro a ese hombre. Alto, con buena figura y atractivo, podría venir bien para misiones o incluso escolta.
En realidad era bastante guapo.
— Yo soy Shin —habla.
— _____________ —le respondo sosteniéndole la mirada.
— Necesitamos hacerle una ficha de inscripción —asiento. Abro uno de los cajones del escritorio para buscar la carpeta con todas las fichas de la pandilla— ¿Puedes ocuparte tú?
— Sí, para eso estoy, ¿no? —le hablo con frialdad.
Realmente me molestaba. Yo estaba para esta clase de trabajos, yo era la encargada de toda la administración y llamadas, a no ser que se me encomendara alguna misión física.
Pero estos idiotas nunca me daban directamente el trabajo a mí, no confiaban en que lo hiciera bien.
— Bien, entonces te dejo aquí, Shin —el más joven asiente mientras yo sacaba una ficha de identificación nueva— Suerte, esta es la peor parte —le miro mientras se iba.
¿Lo decía por mí? Hijo de puta.
— Siéntate —le ofrezco mientras yo tomaba asiento de nuevo. Llevo mis gafas de nuevo a mis ojos— Habías dicho que tu nombre es Shin...
— Sí —le entrego un bolígrafo y la parte de los datos fáciles.
— Acaba de rellenar eso —lo toma.
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Tortura +18 ©JJK
Fanfiction"La verdadera tortura era mantener en silencio lo que sentían el uno por el otro" En un mundo donde la rivalidad entre dos familias dedicadas al narcotráfico, apuestas y saqueos, los Jeon y Ryeo, se mantenía constante un odio marcado por la competit...