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Y cuando yo pensaba que una noche llorando por pensamientos negativos era lo peor que podía experimentar, me encuentro con una noche llorando pero por el dolor de esa herida que habían tenido que coserme.

El camino hacia el hotel fue tan largo, joder, que prácticamente sentía que iba a acabar muriéndome. Había perdido mucha sangre, y ahora estaba como volando por el espacio. Me pude mantener despierta a base de escuchar a Jungkook hablarme de cualquier cosa desde una cercana posición, y cuando su voz comenzaba a escucharse lejana, me movía un poco y el olor de su perfume me hacía recobrar un poco el sentido.

Sino hubiera sido por eso, me hubiera desmayado o dormido, y eso hubiera sido muy difícil de solucionar.

Aunque no recordaba bien que pasó cuando llegamos, sólo recordaba escuchar voces preocupadas, tener cerca a Jungkook todo el tiempo, y un hombre que al parecer me cosió la herida y me trató el mal estado.

Cuando desperté en mitad de la noche muerta de dolor, estaba en la cama, con tan solo una camiseta y mi ropa interior, mientras las mantas me cubrían.

Ahora que ya me había despertado al completo y era casi al medio día, podía ver que el doctor dejó escritas indicaciones para mí.

Mastico el desayuno que había pedido que me subieran a esta hora tan inusual mientras leía aquellas palabras del doctor. Me recomendaba no llevar pantalones o cualquier tela que pudiera rozar con la venda y la herida, por al menos cuatro días; también había escrito una receta de medicamentos para curar la herida, y esos mismo estaban dentro de una bolsa de farmacia sobre la mesa.

Tenía que cambiar la venda cada cinco horas, además de repetirlo al despertar y antes de irme a dormir.

Doblo el papel dejándolo en su lugar, al menos no tenía que tomar medicina, todo sólo era para curar de forma superficial el corte que ya estaba cosido al parecer.

Lo único malo es que tenía que pasármelas en bragas por aquí cuando había hombres todo el rato entrando y saliendo de la habitación.

Y eso era un problema, yo no llevaba bragas que me cubrían completamente, sino lencería fina y bastante inexistente por la parte de atrás.

Tendría que comprar algún tipo de pantalón muy corto, o una malla.

Giro mi rostro hacia la puerta al escuchar como piden permiso para entrar.

— ¿Quién es? —pregunto sosteniendo la comida.

— Yo, ¿Quién va a ser? —se escucha la voz de Jungkook.

Suspiro dejando la comida en el plato de aquel carrito que habían traído y miro hacia abajo. Como me había dado una ducha, ahora sí que sólo llevaba una camiseta de tirantes y la ropa interior.

Y yo no podía abrir la puerta a ese idiota estando así.

— Espera un momento —ordeno mientras comenzaba a cojear hacia la cama— Mierda... esto duele —murmuro.

Agarro una sábana y me envuelvo en ella teniendo el máximo cuidado posible para que no chocara con la herida.

— Entra —hablo antes de que abriera la puerta.

Él lo primero que mira es el carrito con la comida, y cuando entra me mira a mí. Lo primero que capta mi atención es que también parecía estar tratando algunas heridas en sus brazos, pero al menos él sí podía caminar.

— ¿Cómo estás? —sonrío con diversión.

— Viva —me mira con ironía— Vamos, déjame bromear con estas situaciones —cojeo hacia la mesa— Pero esto duele como su puta madre... —me quejo.

Tortura +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora