NARRADOR.
Los ojos de Shin recorrían aquella sala repleta de hombres que se dedicaban al mismo servicio que él. Aquel hombre llevaba allí ya una semana, y no le habían encargado hacer nada interesante para su plan, además de que no podía robar información por la alta seguridad que había.Ya sentía que había subestimado a los Ryeo, y pensaba que quizás hubiera sido mejor infiltrarse con los Jeon.
Ya que su hermana sí que llevaba bien su plan, y había conseguido volverse cercana a Lea; alguien que les permitiría tener acceso directo a la información de aquella pandilla.
Ya se estaba molestando demasiado por esta situación lenta.
Gira su rostro hacia uno de los grupos de hombres al escuchar como uno de ellos se quejaba.
— Mierda... —aquel hombre toma asiento— Otra carta de estas de nuevo.
— ¿Otra carta de ____________? —la atención de Shin estaba fija en esa conversación— Últimamente envía muchas cartas.
— Se las envía a su prometido —bromean— Seguramente se mandan mensajes cachondos —ríen.
— Esos dos tienen pinta de echar unos polvos... —suspira— Se matan seguro en la cama.
— Que suerte... yo llevo más de dos semanas sin nada.
— Bueno, yo tengo que entregar esto —se vuelve a levantar— Aunque me da pereza...
Shin se levanta y camina hacia aquel grupo de hombres sin miedo. Todos le miran, cómplices de la situación, sabiendo que su jefa había acertado y ahora debían seguir con el resto del plan.
— Sino quieres llevarla, yo puedo hacerlo por ti —estira su mano para que le entregara la carta— Llevo aquí poco tiempo y necesito que sepan que hago bien mi trabajo.
Todos le miran sin decir nada.
— Está bien... —le entrega la carta— Suerte.
Shin asiente apretando la carta y girándose para salir hacia el pasillo de aquel edificio en el que estaba el casino de las afueras de la ciudad.
Sonríe de forma victoriosa sintiendo que al fin había conseguido algo. Él estaba seguro de que esas cartas contenían información, e iba a descubrir cualquier cosa que les llevara a conseguir asesinar a esos dos jóvenes.
Ellos iban a pagar por lo que un día sus padres hicieron.
Cuando aquella sala queda completamente en silencio con la ausencia de Shin, el hombre que Jano traido la carta saca su teléfono de su bolsillo mientras suspiraba.
Sus compañeros lo miran.
— ¿Y por qué te piden ahora dar mensajes falsos? —el hombre busca entre sus contactos el número de teléfono del despacho central.
— Es una trampa, _____________ dice que Shin es sospechoso de algo, no se... —lo lleva a su oreja— Incluso los escoltas le siguen de cerca.
— ¿Un infiltrado? —asiente— Pero si se va a casar con ese Jeon, ¿Cómo van a infiltrarse?
— Ya sabes que ______________ solo tiene películas en la cabeza... el jefe la deja jugar para que no estorbe —todos asienten.
El teléfono se descuelga dejándole escuchar una voz femenina al otro lado.
— Qué —aquel hombre rueda sus ojos al escuchar el tono seco.
— Le acabo de entregar la carta.
— Sí... veo por las cámaras que está saliendo a los aparcamientos... bien hecho.
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Tortura +18 ©JJK
Fanfiction"La verdadera tortura era mantener en silencio lo que sentían el uno por el otro" En un mundo donde la rivalidad entre dos familias dedicadas al narcotráfico, apuestas y saqueos, los Jeon y Ryeo, se mantenía constante un odio marcado por la competit...