Sigo mirando como una idiota ese gran cuadro que había encima de la chimenea de la sala principal. Tal vez mi sonrisa se dibujaba sola, pero es que era irremediable; era completamente imposible no sonreír frente al cuadro de la foto de nuestra boda.
Jungkook salía tan guapo con su traje ahí, se me aceleraba el pulso sólo de verle; y yo estaba a su lado con, tal vez, la sonrisa más sincera que había mostrado en mi vida.
No habría podido imaginar una boda mejor que esa, incluso lo que yo siempre soñé era pequeño en comparación con el resultado que había tenido. Yo me había sentido como una princesa todo el tiempo, recibí cumplidos preciosos de mi familia, gente desconocida, y de los padres de Jungkook.
Además de que todo el mundo pareció divertirse.
Tal vez mi momento favorito de la boda fue el desastre que había sido el baile de los novios de Jungkook y mío. Era cierto que ambos deberíamos haber practicado antes, pero se nos había olvidado por completo, y ambos parecíamos dos muñecos de palo mientras la gente se reía de nosotros.
Debía admitir que yo lloré de la risa todas las veces que ninguno nos poníamos de acuerdo para los pasos o yo le pisaba los zapatos.
Fue un desastre, pero al menos nos reímos y nos divertimos mucho. Dejamos más que claro que lo nuestro eran las armas y mafia, no el baile.
Aunque fue reconfortante que Jungkook bailara, y conmigo.
En la foto que nos tomaron después de la ceremonia, y que habíamos decidido colgar encima de la chimenea, yo me había asegurado de que se viera muy bien mi parte favorita de mi estilo de novia.
Mi anillo hermoso.
Bajo la mirada hacia mi mano y la estiro mientras tapaba mi boca para verlo ahí. Aún no me creía que fuera real, este anillo sólo existía en mis pensamientos, y era exactamente igual en la realidad. Me sorprendió tanto, Jungkook había pedido un anillo para mí, habíamos pensado en lo mismo.
Y junto con la alianza se veía demasiado bien.
Sonrío deshaciéndome de mis gafas para dejarlas sobre la mesa cuando me acerco allí. Tenía muchos documentos de trabajo, debido a que seguíamos con nuestras vidas como antes, aunque ahora sí que había una sensación de unidad en esta casa.
Se notaba en el ambiente.
Jungkook y yo nos marchamos de madrugada, despidiéndonos de todos los invitados, hacia el avión para viajar directamente hasta Japón. Los dos elegimos ir hacia allí para pasar unos días y poder ver cerezos en flor mientras yo vestía kimonos. Estuvimos en Tokio y en dos pueblos pequeños, y a mí me hubiera gustado que hubieran sido más de cinco días, pero nuestros puestos nos reclamaban.
Aún había dos pandillas separadas, por lo que nuestros trabajos eran independientes. Yo quería poder trabajar con Jungkook como ahora, ya que él llevaba seis días fuera por un viaje. Se marchó con su padre por asuntos de su pandilla, y yo tenía que quedarme aquí con mi trabajo, debido a que nada estaba unificado aún.
Esos dos viejos necesitaban que los matáramos a golpes para que hicieran las paces; pretendían amargarnos la existencia a Jungkook y a mí al parecer.
Llevábamos siete meses casados legalmente, tan sólo dos desde nuestra boda oficial, y aún así solo habíamos compartido un trabajo de mi pandilla juntos cuando prácticamente hacíamos exactamente lo mismo para nuestras pandillas.
Que aburrido era, podríamos hacer todo este trabajo juntos, yo podría estar en misiones con él y no aquí sola.
Giro mi cabeza hacia mi teléfono en la mesa cuando comienza a sonar. Me apresuro a tomarlo con una sonrisa al ver que era él. Yo dejaba que fuera él quien me llamara primero para no incordiar en su trabajo fuera, pero aún así me llamaba todo el tiempo.
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Tortura +18 ©JJK
Fanfic"La verdadera tortura era mantener en silencio lo que sentían el uno por el otro" En un mundo donde la rivalidad entre dos familias dedicadas al narcotráfico, apuestas y saqueos, los Jeon y Ryeo, se mantenía constante un odio marcado por la competit...