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Veo como el doctor quitaba el suero de mi brazo y lo dejaba todo sobre una bandeja de metal que sostenía una enfermera a su lado.

— Y ya estás libre, _____________ —le doy una leve sonrisa.

— Gracias —él se levanta.

— Bueno, tu alta está preparado, puedes irte cuando quieras durante veinticuatro horas más —asiento.

— Doctor —me mira— ¿Me puede recetar calmantes? —él suspira.

— No, ______________ —le miro con tristeza— No es sano abusar de los calmantes.

— Pero me ayudan...

— No, no te ayudan, te inhiben el nerviosismo durante un tiempo —me explica— Nada de calmantes, sólo ten una buena dieta, haz ejercicio, y lleva una vida tranquila...

Asiento varias veces. Aquel hombre se marcha hacia la salida mientras la enfermera le seguía.

Eso sería imposible, esos calmantes eran mágicos, me gustaba tomarlos para estar tranquila. No quería salir de aquí, yo quería quedarme, aquí no estaba sola, siempre había enfermeras y doctores que hablaban conmigo de forma amable.

Nadie cuestionaba cómo me sentía y se preocupaban por mí.

Yo quería quedarme aquí.

Me tumbo sobre la cama y me giro para ver a Kija dormido en uno de los sofás. Kallia se había tenido que ir a clase, y él podía venir porque no iba ya a las clases de arte. Se las pasaba deprimido y cansado, ya le obligaban a entrenar, y se notaba que no le gustaba.

Él no estaba feliz, y por eso yo tenía que mejorar un poco.

Sólo tenía que esperar unas semanas y yo me ocuparía, cuando tuviera fuerzas mataría a todos los socios y me proclamaría heredera por la fuerza de las armas.

No iba a dejar que mi hermano viviera así.

Mis ojos se mueven hacia mi teléfono cuando la pantalla se enciende. Veo que era un mensaje y el número era desconocido.

"¿De visita en el hospital, pardilla?" Número desconocido, 16:12.

¿Por qué seguía molestándome esta inútil? ¿Acaso no le bastaba con saber que casi muero por ansiedad? Había tenido un ataque de pánico por culpa del rumbo que tomaba mi vida, y me dijeron que podría volver a tener episodios de ansiedad y pánico sino descansaba y me alejaba de lo que sea que me producía este estado.

Necesitaba que me dejara en paz.

Cierro mis ojos con la intención de dormir, pero vuelvo a abrirlos al escuchar otro mensaje.

"¿Se divierte Kija gracias a mis insistencias para que lo hicieran heredero?" Número desconocido, 16:14.
"Debe ser divertido ver cómo ya nunca podrá volver a ser artista" Número desconocido, 16:14.

Me incorporo con molestia, y agarro el puto teléfono para decirle un par de cosas.

"Déjame de una puta vez en paz y vete a la mierda" Yo, 16:15.
"¿Tan patética eres como para comportarte así sólo por un hombre? Acepta ya que eres una perdedora, hija de puta" Yo, 16:15.

"Pareces alterada, ¿no te ha bastado ya con tu ataque para llamar la atención? Hubiera sido mejor que te hubieras muerto"  Número desconocido, 16:15.

Me estaba enfadando demasiado, y no me hacía bien este estado emocional, pero es que yo me volvía loca si se atrevían a hablar de los míos.

Me daban ganas de volarle la cabeza.

"Vete a la mierda, no voy a malgastar mi tiempo contigo"  Yo, 16:16.

"Sólo te lo voy a dejar claro una vez, zorra. Tu hermano nunca podrá dejar ese puesto de heredero, simplemente porque mi pandilla apoya la idea... ¿quieres que lleguemos a un acuerdo?"  Número desconocido, 16:16.

Tortura +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora