Tortura +18 ©JJK

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Al final había conseguido salirme con la mía en eso de que se fuera a llevar a cabo mi plan, y nadie podía llevarme la contraria. Tenía mi físico completamente preparado para que, no solo un pervertido, sino para que cualquier hombre quisiera raptarme.

Ya en la mañana noté la molestia de Jungkook, y también descubrí que era muy fácil engatusarle, demasiado, ya que sólo fueron un par de besitos y una disputa cuerpo a cuerpo en la ducha cuando iba a empezar a prepararme, para que no se quejara ni una sola vez.

Que fácil era contentar a un hombre, y más si era un tontito que cuando le enseñaba un poco de más ya estaba perdiendo la razón.

Me iba a servir mucho saber que había un cierto poder al acercarme de forma tentadora.

Al menos hasta que todo esto acabara.

Giro mi rostro cerrando el pequeño espejo que tenía para verle girado hacia la ventana mientras vestía un traje beige bajo su abrigo oscuro. Debía admitir que se veía atractivo cuando se arreglaba con su corbata para asistir a un lugar importante.

Pero seguía manteniéndose muy en silencio, distante y molesto. Sus brazos estaba cruzados y ni siquiera me miraba.

Frunzo mis labios. ¿No me iba a mirar? Pero si yo era un bombón esta noche con esta clase de vestido con el que prácticamente se me podría salir una teta con un mal movimiento.

Me pego un poco a él en los asientos traseros de vehículos que nos llevaba hacia ese casino desconocido. Él gira su rostro, agachando su mirada cuando llevo mi mano ligeramente hacia los botones de su chaleco para subirla a su corbata.

— ¿Tú no estás especialmente serio hoy? —me mira a mí.

Sonrío cuando sus ojos bajan hacia mi vestido y luego vuelve al frente mostrando una expresión fría. Debía admitir que el Jungkook frío y distante era excitante, muchísimo, te daban ganas de tentarlo para ver hasta donde llegaba.

Suspiro imitando su gesto de cruzar mis brazos, pero mis piernas descubiertas ya estaban cruzadas desde antes.

— En realidad estoy expectante —noto su mirada puesta en mí— No es un hombre tan mayor...

— Treinta y seis es ser mayor —lo miro con una sonrisa.

— ¿Cuántos tienes tú, cariño? —me sostiene la mirada. Yo sabía que él era algunos años mayor que yo, incluso había superado ya los treinta— Eso creía —vuelvo a mirar al frente— Rezaré para que sea bueno a la vista... ¿quién sabe? Quizás sea yo la que quiera aprovecharme de...

Mantengo la respiración cuando tira de mi brazo. Le miro, y veo como acerca su rostro hasta estar cerca. Sonrío cuando sostiene mi mentón mirándome con mucha frialdad.

Que divertido.

— ¿Con quién has follado en la ducha hoy? —sigo sonriendo— Responde.

Yo iba a mojar las bragas ya.

— Contigo —respondo, siguiéndole el juego como una idiota.

Sigo viéndole mientras su mano en mi mentón se movía levemente hasta que su pulgar pasa sobre mi labio inferior.

— ¿Y con quién vas a volver a follar esta noche?

— Contigo —vuelvo a repetir la misma palabra.

Él no vuelve a decir nada más, sino que se lanza de lleno a mis labios con fuerza, más de lo esperado. Mis brazos pasan por sus hombros hasta entrelazarlos en su cuello, y él se inclina hacia mí, pegando mi espalda a la ventana del vehículo.