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NARRA JUNGKOOK.
Le doy una última mirada a ________________ antes de salir de la habitación y cerrar la puerta con cuidado. Veo como todos se acumulaban alrededor del doctor y la enfermera, los mismos que ya la atendieron hacía días, y los que parecían conocer a su familia.

_______________ había despertado, pero lo peor fue la manera en la que lo hizo. Me sobresaltó mientras yo dormía, y es que empezó a llorar, temblar, sus constantes se volvieron locas, y solo respiraba de forma entrecortada y se cubría con dificultad.

La sedaron, y cuando despertó de nuevo en la mañana, pareció actuar más tranquila.

Demasiado para el gusto de todos.

— La herida de su pierna está sanando bien —el doctor hablaba bajo para que nadie más se enterara— Y la quemadura también, no se preocupen.

— ¿Ella sufre dolor con esas curas? —pregunta la señora Ryeo con preocupación.

— Tal vez bastante... —lleva su mano a su boca— Tenía dos puñaladas, y una quemadura de tercer grado... mejora, pero obviamente de forma lenta, está muy herida.

Sí, yo mismo había escuchado desde el pasillo como gritó cuando le curaron esas heridas por primera vez estando consciente. La medicina le ayudaba, pero aún así eran dos puñaladas, quemaduras y demasiados hematomas. Incluso uno de los huesos de su pierna estaba débil, y no podría caminar hasta curarse.

— Les seguiré informando...

— Gracias, doctor —aquel hombre se marcha.

Todos vemos cómo se alejan antes de que el silencio se cortara.

— Yo no puedo soportarlo más... —la señora Ryeo lleva sus manos a su rostro— ¿Por qué sigue así?

— Dale un poco de tiempo... —le responde mi madre calmándola.

_______________ no había abierto la boca desde que despertó. Todos creíamos que tal vez también tenía algún problema en su garganta, y no podía comunicarlo, pero al parecer no es que no pudiera hablar, es que no quería hablar.

Las enfermeras dijeron que a ellas les habló con desgana, pero no parecía haber problema. También pareció hablarle a Kallia y Kija cuando vinieron a verla, pero no decía nada más, sólo lloraba en silencio y nos miraba a todos con un vacío enorme.

Veo como todos ahí seguían hablando e intentando no discutir por ese tema tan complicado. Retrocedo hasta la puerta y la abro para volver a la habitación.

Ahora la situación estaba un poco más clara, pero no quería decir que estuviéramos libres de peligro. Nunca hubiera esperado escuchar que mi padre y el señor Ryeo hubieran sido amigos muy cercanos hacía muchos años.

Ambos fueron subordinados de lo que antes fueron las pandillas, y ambos acabaron de la manera en la que se veían hoy.

Todo por el hijo de puta que había ordenado hacerle esto a _______________.

Pero por ahora no podía informarla a ella de todo esto. Necesitaba recuperarse y descansar, necesitaba separarse un poco de estos asuntos para sanar por completo.

La veo sentada sobre la cama mientras su espalda estaba apoyada en aquel montón de cojines, y la sábana sólo la cubría hasta su regazo. Miraba de forma seria hacia el frente, hacia una pared completamente vacía; y así estaba todo el tiempo hasta que la medicina le hacía efecto y acababa durmiéndose por horas.

Yo me acerco un poco a la cama, y tomo asiento a su lado sin que en ningún momento me mirara. Estiro mi mano hacia una de las suyas, la cual estaba casi vendada al completo, al igual que la gran mayoría de su cuerpo, y la sostengo con cuidado.

Tortura +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora