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NARRA JUNGKOOK.
Salgo del vehículo una vez que llego a la casa y cierro la puerta con fuerza. Nunca en mi vida pensaba que iba a estar experimentando tantas cosas al mismo tiempo, y me alteraba demasiado.

¿Qué mierda estaba pasando? Yo pensaba que _____________ se iba encontrando mejor poco a poco, pero sólo hacía dar señales de que estaba cansada y desanimada.

De verdad que no entendía nada, y menos el puto papel que llevaba en la mano.

Empujo la puerta con fuerza y subo las escaleras con mucha molestia para llegar a la habitación. Escucho allí la voz de esa mujer que conseguía que ______________ comiera mejor, pero la ignoro para entrar igual.

— ¿Qué mierda es esto? —ambas me miran cuando me detengo frente a la cama con molestia— Dime que puta mierda es esto, ______________.

Ella mira el papel arrugado que le estaba mostrando, y luego me mira a mí. Había decepción en su rostro, y tristeza.

¿Para qué mierda me pedía el divorcio si iba a actuar como sino quisiera realmente?

Me había vuelto loco completamente cuando me trajeron este asqueroso papel ya firmado por ella en el que me solicitaba el divorcio amistoso. Pedía que vendiéramos esta casa con beneficios a medias y que siguiéramos con nuestra vida.

Y yo me negaba en rotundo a seguir mi vida sin ella.

— ¿Puede salir un momento, señora Kim? —le habla a la mujer.

— Sí... me retiro —agarra los platos de comida para poder marcharse.

______________ sigue mirando como esa mujer se marchaba cerrando la puerta a su paso, y yo seguía mirando hacia ella con frialdad mientras mi otra mano estaba hecha un puño. Estaba realmente molesto.

Ella vuelve a fijar sus ojos en los míos. A mí no me iba a engañar, ella no quería esto, y yo tampoco.

— Divorciémonos —habla con desánimo.

— Ni muerto —mira hacia sus manos— ¿Llevamos un mes y medio casados y ya quieres divorciarte? ¿Qué mierdas estás diciendo? —le hablo con molestia— No, no vamos a divorciarnos.

— Yo quiero el divorcio —vuelve a mirarme— No quiero... estar contigo, yo no... —agacha la cabeza de nuevo.

Yo sonrío de forma irónica.

— Pero si ni siquiera puedes decirlo mirándome, deja de mentirte a ti misma —no dice nada— No estás en condiciones de tomar decisiones así, por eso es mejor que después de que descanses hablemos de...

— ¡Te he dicho que me des el puto divorcio! —grita sobresaltándome. Ya estaba llorando de nuevo— ¡No quiero estar aquí, no quiero nada de esto! —golpea la cama— ¡Tú y yo no nos teníamos que haber casado en primer lugar! ¡Esto no era lo que acordamos!

Me acababa de estallar en la cara la molestia, yo me sentía muy furioso.

— ¡Tú aceptaste igual que yo! —le grito de vuelta— ¡Deja de tomar decisiones sola, somos un matrimonio!

— ¡No quiero que lo seamos!

— ¡A mí me da igual lo que quieras mientras no estés bien! —solloza— ¡¿Es mi puta culpa que yo me haya enamorado de ti, eh?! —llora con más fuerza agachando la cabeza— ¡Y tú también sientes las mismas cosas que yo, pero te las guardas! ¡Deja de hacerlo, joder, me desesperas!

Ella vuelve a mirarme cuando rompo el puto papel en millones de pedazos y los lanzo al suelo con furia. Sigo escuchando sus sollozos mientras le sostenía la mirada con frialdad.

Tortura +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora