Tortura +18 ©JJK

BONUS 4 (083)

Me asomo un poco por la puerta de uno de los despachos de la casa mientras escondía en mi espalda la caja que se suponía que tendría el regalo completo de Jungkook; aunque estaba un poco decepcionada por cómo había acabado esto.

Él tenía que marcharse mañana a trabajar fuera por casi un mes, así que no podía ocultarle por tanto tiempo esto, era mejor decírselo ya, aunque aún no fuera su cumpleaños.

Aunque obviamente cuando todos lo supieran, yo iba a matar a mi propio suegro por quitarme a mi esposo por un mes entero para trabajo.

Había intentado por todos los medios, al menos, tener algo más que un test de embarazo positivo y unas ecografías médicas, pero había sido imposible conseguir a tiempo algo en conjunto nuestro con ropa de bebé como yo quería, o algo para revelárselo como un pastel o algo así que estuviera personalizado.

Me había quedado sin tiempo para las ideas tan grandes que yo tenía.

Así que sólo tenía un pequeño gorro blanco y un chupete porque estaba completamente perdida y decepcionada de no haber conseguido completar mi plan de revelación.

No sabía qué podía comprar o no, y esta forma de sentirme perdida sólo se superaba de una forma.

Diciéndoselo ya de una vez.

Entro en el despacho viendo como giraba con su silla mientras tenía el teléfono en su oreja. Al verme deja de dar vueltas, pero aún hablaba.

— Como llegamos mañana por la noche, hazles saber que cenaremos la primera noche en uno de los salones del hotel... nosotros invitamos —me quedo a su lado— Pues reservas el salón entero, eso no es un problema.

Le doy una sonrisa nerviosa cuando él sonríe primero llevando una de sus manos hacia mi pierna para acercarme un poco más a su posición. Pego la caja más a mi espalda, ya que su mano se movía por detrás de mi pierna, e incluso subía a mi trasero como si nada.

Le doy una mirada cómplice a esa mano.

— Sí, vosotros planead todo lo que tengamos que hacer cuando ellos nos visiten... nosotros pagamos —vuelvo a mirarle— Sí, venga, hablamos mañana... adiós —cuelga el teléfono haciendo que mi corazón se acelerara— Siempre hay los mismos problemas cuando viajamos, ya sabes lo complicado que es mi padre con la gente —se queja.

Llevo una de mis manos a su cabeza cuando deja su frente sobre la zona de mi vientre emitiendo quejidos molestos por su trabajo. Siempre era muy complicado que todo saliera bien en esos viajes, yo solía planificar los de mi padre y eran dolores de cabezas asegurados.

— Sí, bueno... a mí la gente también me saca de quicio la mayor parte del tiempo —sonríe levemente mirándome ahora.

Hacía calor, y estaba mezclada con unos nervios y ansiedad muy fuertes. Claramente iba a estar muy feliz con la noticia, pero aún así yo me tornaba nerviosa por culpa de la inseguridad.

Fuera esos pensamientos, tenía que hacerlo y ya.

Saco la caja de mi espalda y visualizo como él mira la caja con curiosidad.

— Toma —se incorpora en su silla mientras sonreía.

— ¿Es un regalo? —asiento.

Mis manos sudaban cuando agarró la caja con una sonrisa.

— Quería dártelo en tu cumpleaños, pero... —me mira sin abrir la caja, yo me quedo a su lado— ...bueno, ahora también está bien.

Sonríe levantándose mientras yo daba un paso atrás. Iba a echar el corazón por la boca mientras veía como sus manos iban hacia la tapadera para quitarla. Iba a arrancarme la camiseta por cómo tiraba de ella por los putos nervios.