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NARRA JUNGKOOK.
Me quedo quieto cuando ____________ me quita las bolsas que yo llevaba en mis manos y se marcha a toda velocidad sin dejar de sonreír, buscando algún lugar que le gustara.

Deja las bolsas a un lado y saca una manta o toalla enorme para acomodarla en la arena de la playa casi vacía. Camino hacia ella viendo como su vestido largo se movía por el viento.

— ¡Hoy hace un día genial para los picnics! —se deja caer de rodillas— ¡Y a mí me encantan los picnics!

Hoy me había arrastrado a la playa con ella, pero no habíamos venido en bicicleta, sino caminando. Básicamente les dio el día libre a todo el mundo, y mostró su tremenda hiperactividad al comenzar a planear sin dejar de hablar.

Muchas veces me hacía sentir como un mueble, yo estaba quieto y callado mientras ella corría hacia todas partes dando gritos.

Aunque al menos no estaba triste o algo por lo que me dijo ayer en la noche.

Seguramente debía ser muy frustrante que la gente en su pandilla no la tomaran en cuenta y quisieran de heredero a su hermano, pero yo sabía que lo normal es que un hombre tomara el mando.

Estaba seguro de que si ella lo tomaba en el futuro, yo siempre tendría que tener un ojo atento a ella por lo que pudiera hacer.

Esta mujer era una suicida y estaba completamente loca, podría destrozar mi pandilla sola.

— Vamos, siéntate —palmea un lado de aquella toalla. Hago lo que me pide— Toma —me entrega un bote de crema.

No sabía de donde salía su emoción de hoy, pero al menos no estaba de mal humor o llorando. Era mejor verla sonreír, aunque muchas veces daba miedo.

Si triste o enfadaba explotaba el planeta, con buenos ánimos podía destruir la galaxia.

Me deshago de mi camiseta antes de que ella hiciera lo mismo con su vestido, pero coloca unas gafas de sol grandes frente a sus ojos.

— ¿Hoy querías que te acompañara?

— Por eso estás aquí, ¿no? —asiento— Toma y disfruta de eso —me entrega una botella pequeña de cerveza mientras señalaba la playa— Ojalá pudiéramos tener esto todos los días —se deja caer hacia atrás.

Miro hacia el agua para ver a varias personas allí jugando. Era la misma sensación que cuando la invité a cenar para que no se enfadara por aquel malentendido. Ella se notaba feliz por la situación, y a mí me impresionaba mi propia tranquilidad hacia eso.

Era mejor dejarme fluir un poco, yo también estaba cansado de la tensión de todo esto.

Y sobretodo ahora que sabíamos que ya no teníamos más que hacer, era mejor al menos relajarse un rato.

Dejo la bebida sobre la arena y me tiendo hacia atrás como ella. Dejo uno de mis brazo detrás de mi cabeza mientras suspiraba, pero no llego a cerrar mis ojos al notar como se movía un poco.

Ella eleva sus gafas mientras su otra mano estaba sobre mi pecho y su cuerpo casi estaba sobre mí.

— ¿Cuándo volvemos a Seúl? —pregunta como si yo supiera la respuesta de eso.

— No lo se... ya hemos acabado el tema de por aquí —asiente de forma pensativa.

Al parecer ese hombre pervertido le había dicho a ___________ que le vendió la empresa a un hombre mediante un intermediario, y que el comprador era del extranjero.

Le dijo que aquel hombre no solía venir a Jeju y que tenía personas que llevaban la empresa por él.

Obviamente no teníamos nada más que hacer aquí, no había más pistas, y quien fuera que estaba detrás de esto, no iba a estar aquí.

Tortura +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora