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NARRA JUNGKOOK.
No se que me producía más dolor de cabeza, si haber tenido que soportar la mirada del señor Ryeo y su hijo mientras pasaba a buscar a _____________, o que esta mujer llevara literalmente el armario entero en esas maletas.

Ya de por sí tenían el doble de tamaño que la mía, pero es que eran multiplicadas por cuatro. Llevaba cuatro maletas de la nada, habíamos tenido que usar dos coches para sus maletas.

Pensé en bromear un poco sobre ello, e incluso pretendí divertirme mientras le decía que si pretendía irse a vivir a Jeju, pero ella sólo me miro de forma seria y se marchó hacia el coche.

No dijo nada, y no decía nada mientras yo conducía hacia el bar. Llevábamos dos secretarios detrás, uno de ella y otro mío que sí que iban conversando, pero ella estaba callada, con sus brazos cruzados y mirando por su ventana.

Ya la había mirado un par de veces, y hasta aquí sentía yo que estaba como decaída, pero no sabía si tenía que decir algo o mejor quedarme callado y ya.

Detengo el coche en uno de los aparcamientos del bar del señor Park y desabrocho mi cinturón.

— Voy a entrar a recoger lo último que han conseguido los rastreadores —asiente sin mirarme— Ahora vuelvo.

Los secretarios más bien parecían discutir aunque no elevaban mucho la voz. Cierro la puerta del coche y me apresuro a llegar hasta el local con algunas personas. Solo iba a tomar esa información y nos marcharíamos, aún teníamos que tomar el avión y pasar el control del hotel.

Mierda, no habíamos llamado para reservar las habitaciones, se me había olvidado.

Empujo la puerta y recorro el lugar con la mirada hasta ver al grupo que tenía mi información. Me acerco hasta ellos haciendo que me miraran.

— ¿Tenéis lo que os pedí? —asiente.

— Sí —uno de ellos busca en una bolsa de trabajo a su espalda.

Ambos habíamos decidido no decirle a nadie, ni siquiera a nuestras familias, que íbamos por trabajo. No le dije a mi padre que nos llevaríamos un secretario cada uno y algunos escoltas por protección y seguridad, porque seguramente lo vería mal.

Aunque en realidad iba a ser para que nos acompañaran en las misiones físicas.

— Esto es —tomo la carpeta.

La abro para corroborar que definitivamente estaba lo que les había pedido. Habían accedido a las cámaras cercanas a esa empresa y tenía imágenes de las personas que entraban.

Así sería más fácil para nosotros.

— Ya sabéis que si conseguís localizar a alguno, tendréis que enviármelo por el teléfono —asienten.

Me giro cerrando la carpeta para volver al coche, pero me quedo quieto al ver a una mujer ahí. Frunzo mis cejas viendo a Lea ahí quieta con una gran sonrisa, pero no parecía Lea.

— Jungkook —no digo nada— Llevas unos días que corres de un lado para otro —sonríe— ¿Cómo te va?

Esto daba miedo, y no porque acababa de decir que me había visto estar ocupado todo el tiempo, sino porque se veía como una imitación de ____________. Ahora no tenía atado su pelo como siempre, e incluso se había hecho leves ondas como hacía ella algunas veces.

Estaba seguro que incluso el vestido que llevaba, se lo había visto a ______________ alguna vez.

No entendía nada.

— Ah, sí, bien... —ella sigue sonriendo— Tú estás... cambiada.

— Sí, fui de compras el otro día, y he renovado mi armario un poco.

Tortura +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora