4-Mami estaba malita

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*Lara*

-Samu por favor, desayuna-le pedí con el plato de fruta cortada delante.

Me dolía todo y no tenía ganas de nada, solo tenía ganas de acostarme y dormir.

-Mami tienes sangre-me dijo mi hijo señalando mi espalda y yo llevé la mano hasta ahí mojandome los dedos con mi propia sangre.

Me apoyé en la encimera cogiendo aire intentando no llorar delante de Samuel, hasta que cogí fuerzas para girarme.

-Amor, mami esta malita hoy, ¿por qué no nos vamos a tu habitación y nos dormimos otro ratito?-le pedí y el asintió conforme levantándose de su silla.

Era lo que más amaba de mi niño, que no podía ser más bueno y obediente.

-Vamos, hoy yo cuido de ti mami-me dijo mi niño cogiendo mi mano con cariño y yo sonreí subiendo las escaleras con él.

Nos tumbamos en su cama los dos y el se apoyó en mi pecho mientras jugueteaba con mi pelo y me daba besos en la cara como le hacía yo a él cuando estaba malito.

Conseguí quedarme dormida por unas horas y cuando me desperté samu me sonrió ampliamente.

-¿Estás mejor, mami?-me preguntó y yo asentí acariciando su flequillo.

-¿Te has quedado todo el rato aquí conmigo?-le pregunté sorprendida, como todos los niños con esa edad mi hijo no podía parar quieto ni diez minutos.

Pero para mi sorpresa el asintió.

-Te estaba cuidado el sueño mami-me dijo y yo sonreí, esa era la frase que yo le decía siempre que el estaba malito o preocupado y me quedaba con el a dormir.

-Pues muchas gracias mi amor, he dormido muy bien con mi pequeño guardián vigilando-le dije y el sonrió cuando le hice cosquillas.

Miré la hora en el móvil, Toni estaría a punto de salir de entreno y aun no tenía nada hecho de comer asique bajé abajo dejando a Samu jugar en el salón y me puse a preparar lo que le tocaba comer hoy a Toni por su dieta.

En cuanto llegó a casa se acercó a mi y dejó un beso en mi cuello, si esto llega a pasar hace tres años me hubiese parecido lo más romántico del mundo, pero a estas alturas me daba asco cualquier roce que pudiese tener conmigo.

-¿Qué has hecho de comer?-me preguntó abrazandome rozando sus partes íntimas con mi culo y yo me removí incómoda disimuladamente.

-Patata hervida y pollo-le dije y el asintió haciéndose hueco en mi cuello, odiaba sus caricias, lo odiaba a él, y por suerte samu entró a la cocina contento enseñándome su dibujo alejando a su padre de mi haciendo que este soltara un suspiro molesto.

-Mira mami, es para ti-me dijo y yo lo cogí agachándome a su altura.

Salíamos tres personas en el dibujo, él se había dibujado a él mismo con la camiseta de barça, a mi con un vestido y a su padre vestido también del barça.

-Que bonito cariño, es precioso-le dije acariciando su carita y el sonrió orgulloso.

Volvió al salón diciéndome que quería retocarlo y perfeccionarlo y yo le aparté la comida a Toni para que comiese y pudiese irse al gimnasio o a donde quisiese, tampoco preguntaba porque no me interesaba.

Y así fue, comió y se fue de casa como hacia cada día desde que llegamos, y yo cuando él no estaba respiraba absoluta paz...

*Gavi*

-¿En qué piensas tanto cabezón?-me preguntó Aurora y yo negué volviendo en sí jugando con la comida.

-En nada, no es nada-dije sumido en mis pensamientos.

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora