69-Llevate lo que quieras

5.4K 496 91
                                    

*Lara*

Las semanas habían pasado y nosotros estábamos más que felices, seguramente en nuestro mejor momento.

Después de nuestro día en la playa fuimos contándole a amigos y familiares la noticia de que nos casábamos y todo el mundo nos felicitó por todo lo bonito que teníamos creado.

También el tema de Toni había quedado zanjado después de enviarle una carta donde le explicaba que lo perdonaba para que se fuese en paz, pero que no quería que Samu pasase por un mal trago y que quería que respetase mi decisión.

Pablo se quedó más tranquilo después de eso y yo también pensé que había sido lo mejor para nuestro hijo, demasiado había vivido el pobre ya como para tener que ver tambien a Toni en esas condiciones siendo tan pequeñito, no pensaba dejarlo pasar por eso.

-Pa...pa...papapa..pa-balbuceaba Martina imitando a Pablo que jugaba con ella en el sofá contento.

La primera palabra de nuestra hija había sido papá y él no podía ser más feliz desde ese momento.

La pequeña estaba a punto de cumplir un año y llevaba varios días queriendose poner de pie e intentando andar, pero aún era demasiado pronto.

Pablo se pasaba las tardes jugando con ella, haciéndole ejercicio en la puertas o jugando con ella a cualquier cosa.

Samu cada vez estaba más contento en la masía, había hecho muchos amigos y se había hecho a los entrenos y al equipo en muy poquito tiempo.

Por mi parte yo también estaba bastante bien, Aurora y mi hermana Alba se encargaban de ayudarme en todas las cosas de la boda aunque estaban las dos siempre tan emocionadas que ninguna reparaba en mi opinión o la de Pablo, cosa que a los dos nos hacía mucha gracias.

-¡Amor esta niña va a andar de un momento a otro!-me dijo él emocionado y yo sonreí acercándome al sofá-que rápido esta creciendo...hace nada era un bebé recién nacido...-murmuró él con nostalgia y yo asentí mordiendo mi labio.

Martina jugaba a apilar unos dados con ayuda de Pablo y después de unos minutos en silencio él me sonrió estirando su brazo para que se sentase a su lado junto a Martina.

Besé su mentón mientras el me apoyaba la espalda en su pecho y me rodeaba dejando sus manos en mi abdomen.

-¿No te gustaría tener otro bebé?-me preguntó acariciando mi abdomen y yo solté una carcajada mirándolo de lado.

-Pablo nos casamos en diez meses no pienso estar embarazada o recién parida para ese momento-le recordé y el sonrió besando mi mejilla.

-¿Es un más adelante?-me preguntó y yo me giré en su dirección mientras asentia dejando un piquito dulce en sus labios.

Quizá era demasiado pronto para tener otro bebé pero en un año Martina ya tendría dos y quizá eso también nos ayudaba a sanar un poco la herida de que no pudimos vivir juntos el embarazado de martinita.

Sabía la ilusión que tenía el de vivir todo el proceso desde el principio y yo también la tenía, pero íbamos a tener que esperar porque con dos bebés y una boda ya era demasiado el estrés que llevábamos encima.

-No sabes lo que te quiero, no lo sabes-murmuró él cogiendo mis mejillas con sus manos para besarme intensamente y yo sonreí apoyando mis manos en su pecho.

-Yo también te quiero amor-correspondí a sus palabras.

Hicimos tiempo jugando con Martina mientras llegaba la hora de buscar a Samu.

Pablo era un padrazo y no me importaría tener diez hijos más con el porque nunca se escaqueaba y los dos remabamos en la misma dirección.

Siempre estaba dispuesto a cambiar un pañal, dar la comida o bañar a los niños sin rechistar y además disfrutaba de ello. Prefería pasar su tiempo libre con nosotros que yéndose con sus amigos o en otra cosa y disfrutaba jugando con los niños y eso lo admiraba muchísimo de él.

Cuando llegó la hora de ir a por samu decidí recogerlo yo y que Pablo de quedase con Martina.

Llené de besos a la bebé, siempre me costaba separarme de ella porque vivía con ella pegada a mi, aunque por fin había conseguido quitarle el pecho.

Y después pase a llenar de besos al papá, que hoy estábamos ambos más cariñosos de lo normal como estas semanas atrás.

-Te amo, ve con cuidado-me dijo al separarnos.

-Te amo más-le dije cogiendo las llaves del coche para salir de casa.

Paré en la puerta de la masía en doble fila y me acerqué rápido a recepción donde avisaron a samu que ya habían venido a recogerlo y salió como todo los días súper contento a recibirnos a mi o a su padre y darme un abrazo mientras empezaba a contarme como le había ido el entrenamiento.

Lo monté en el coche asegurándolo en su sillita y puse rumbo a casa con el coche mientras mi hijo me iba contando las anécdotas del día y yo reía por todo lo que le pasaba en un ratito.

Amaba escucharle hablar de lo que más le gustaba, y me recordaba muchísimo a Gavi en ese aspecto, puede que no fuese su hijo de sangre pero se notaba que estaba criando a mi niño y no podía estar más orgullosa de que el ejemplo a seguir de mi hijo fuese Pablo.

No pensé nunca que ese día no volveríamos a casa.

Un furgón se atravesó en nuestro camino haciéndome dar un frenazo de golpe asustada.

De él salió una persona con un pasamontañas que se subió a mi coche por el asiento del copiloto mientras me apuntaba con un arma.

-Llévate lo que quieras, dejame salir con mi hijo y llévate el coche o lo que quieras-fue lo primero que se me ocurrió decir muerta de miedo.

Escuché a samu llorar asustado desde atrás y maldije cientos de veces la de veces que Pablo me pedía que siempre llevase el coche con el seguro echado.

-Hijo, tranquilo venga, soy papá, estáis a salvo...-dijo esa persona mirando hacia atrás mientras se quitaba el pasamontañas y yo dirigí mis ojos con miedo hasta el mientras el pecho me subia y bajaba con dificultad.

Era él. Era Toni. Mucho más delgado y con una vía puesta en su brazo mientras parecía estar consumido.

-Pero...¿Cómo te....-me cortó pegando la pistola a mi sien y yo cerré los ojos mientras samu lloraba en la parte de atrás desesperado.

-Arranca, tenemos muchas cosas que solucionar-me dijo él mientras tosía y yo solté un sollozo mientras el miedo me invadía.

No me podía estar pasando esto por favor.

Me quede paralizada, hasta que el hincó aun más el metal sobre mi cabeza.

-¡Qué arranques! ¿¡Es que estas sorda?! No tengo mucho tiempo joder...-murmuró mientras volvía a toser esta vez soltando un hilo de sangre por su boca...

(CONTINUARÁ...)

¡Os leo!❤️

¿Alguien se había creído que Toni los dejaría tranquilos?

Se vienen capis intensos y aunque se que muchos no queréis...él final está cerca✨️

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora