70-Mi final

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*Lara*

Mi cabeza iba más rápido que en toda mi vida. Empecé a seguir sus indicaciones, pero no podía permitir hacerle caso, no podía y necesitaba pensar en algo.

-Estoy muy mareada no puedo conducir-dije apartándome a un lado en la carretera.

-¡Venga ya¡ ¿Te crees que soy imbecil?-me preguntó y yo tragué saliva.

-Deja que el niño baje del coche y me iré donde quieras contigo-le dije bastante seria, entre llena de miedo e incertidumbre.

El abrio los ojos mientras me seguía apuntando con el arma y después...rió a carcajadas limpias como si la vida le fuese en ello.

Era malo, estaba en lo que serían seguramente sus últimos días de vida y hacía todo esto.

-¿Tú que te creías? ¿Qué yo me iba a morir y vosotros ibais a vivir una vida de ensueño con el gilipollas ese?-preguntó con ironía para dirigir su mirada a Samu que lo miraba entre lágrimas asustado- ahora no está tu papi para salvarte, dime a ver, ¿¡qué vas a hacer sin tu papi ahora eh?!-dijo alzando la voz intentando asustar al niño haciendo que este llorase más y yo me armase de valor para darle un puñetazo intentando quitarle la pistola, cosa que consegui.

Me quité el cinturón bajando del coche mientras él se intentaba recomponer y abrí la puerta de samu rápidamente soltandolo del agarre de la silla del coche.

No estábamos lejos de casa solo teníamos que correr.

-¡Corre samu!-le dije poniéndolo en el suelo.

Pero antes de poder dar un paso más noté como Toni agarraba mi pelo tirándome con fuerza contra la acera.

-¡Mamá!-gritó samu al ver que no iba detrás de él.

-¡VETE A CASA!-Le grité mientras intentaba luchar con Toni.

Vi como mi hijo volvía hasta mi decidido y solo pude hacer lo único que se me ocurrió para que al menos él estuviese a salvo.

Volver a montarme en el coche seguida de Toni y arrancar dejando a Samu atrás.

Las lágrimas me salían solas sin poder parar, sabía que este sería mi final. Toni me lo había repetido tantas veces que no se como pude olvidarlo; "si no eres mia no vas a ser de nadie nunca".

Esta vez si que seguí todas sus indicaciones, acabando en una antigua fabrica abandonada en mitad de un polígono industrial.

Mientras me apuntaba con el arma me obligó a salir de coche y nos metió en una nave dándome empujones.

-Me has jodido el plan, ¡Eres una perra!-gritó dándome una patada en el abdomen tirándome al suelo haciendo que mi cabeza se golpease con el suelo y me quedase aturdida.

-No vas a hacerle daño a mi hijo-le dije desde el suelo justo cuando él volvía a golpear mi abdomen una vez más haciendo soltar un gemido de dolor.

-Agradecele tu muerte al gilipollas de Gavi, estas aquí gracias a él-murmuró dándome otro golpe aún más fuerte que los anteriores.

-Gavi es lo mejor que tengo en el mundo, así te pudra por dentro-le dije como pude- es el hombre más maravilloso del mundo y el que amare siempre, seremos felices y tú te morirás en cuestión de días-le dije y él, enfurecido cogió mi pelo enredandolo en su muñeca dejando su cara cerca de la mía.

-No vas a ser feliz mientras yo estoy muerto Larita, antes te mando al otro barrio conmigo-me dijo abofeteando mi cara hasta que noté el sabor de la sangre en mi labio.

Recibí muchísimos golpes después, pero mi cabeza después del golpe contra el suelo casi dejó de sentir dolor y fue como saber que ese era mi final.

Los últimos meses de mi vida se reproducieron uno a uno obviando las partes malas, y por suerte la mayoría era bonito.

La sonrisa tímida de Pablo, la admiración de Samu por él, las primeras caricias, las miradas cómplices, la primera vez que lo llamó papá, nuestro primer beso y nuestra primera vez, las sonrisas, las caricias, los besos, la rutina, el amor, nuestra niña, El primer gol de samu, celebrar en la grada los goles de Pablo, el primer te quiero y El primer te amo, los besos en la ducha, dormir los cuatro en la cama, la pedida de mano...tener otro bebé...

Nos queríamos. Habíamos sido felices y yo me iba tranquila pensando en la suerte que había tenido de encontrarlo y de dejar a mis hijos en sus buenas manos, sabía que el los cuidaría por los dos..

*Gavi*

Preparaba la cena para cuando llegasen samu y Lara estuviese casi planteado todo.

Aurora había aparecido en casa poco después de irse Lara para pasarse a ver a los niños, estaba loca con ellos y después de darle la merienda a Martinita esta se había quedado dormida y mi hermana me estaba haciendo compañía después de convencerla de que se quedase a cenar con nosotros.

-Voy a llamar a Lara, esta tardando mucho-dije yendo hasta el salón a por mi móvil mientras Aurora rodaba los ojos con una sonrisa.

-Jamás pensé que te iba a ver así cabezon, de verdad-dijo ella con una sonrisa- aunque tengo que admitir que me encanta-me dijo feliz y yo sonreí encogiendome de hombros.

Y justo cuando iba a marcar el número de mi mujer el timbre de casa empezó a sonar de forma descontrolada, igual que gritos de "papá" que reconocí al instante.

Mi niño estaba llorando desesperado y a mi hermana y a mi se nos descompuso el cuerpo mientras yo salía a por samu a toda pastilla.

Mi pequeño lloraba desconsolado.

-¡Samu! ¿Qué...-él me cortó.

-Toni, ¡Toni se ha llevado a mamá!-sollozó desesperado y no puedo expresar lo que sentí en ese mismo instante.

-¡¿Qué estás diciendo samu?! ¿¡Dónde está mamá?!-le pregunté desesperado mientras notaba como mis latidos se disparaban.

No podía ser, no porfavor no.

-Se la ha llevado papá, mamá me sacó del coche y él se la llevó-sollozó mi niño sin consuelo mientras yo sentía que me iba a dar un infarto y las lágrimas me empezaban a salir solas.

Era un gilipollas, jamás debí confiarme hasta que ese imbecil se hubiese muerto.

Aurora agarró a samu entre sus brazos y la cosa empeoró aún más cuando él le confeso a Aurora que Toni llevaba una pistola en sus manos y que apuntaba a su mamá.

El aire me faltó por un momento, la sangre se me congeló, jamás había pasado por un ataque de pánico pero lo estaba teniendo.

No tenía ni idea de donde podían estar, hasta que...él coche.

Teníamos una app para saber donde estaba nuestro coche en todo momento sobre todo para cuando íbamos al camp nou por separado y luego queríamos volvernos juntos.

Abrí mi móvil entrando en la aplicación y conseguí la dirección del coche.

-Llama a la policía y dales esta dirección, ¡Rápido!-le dije a Aurora mientras entraba en casa a por las llaves del otro coche.

-¡Pablo! ¡Dónde crees que vas!- me dijo Aurora-¡Pablo!-me gritó pero ni siquiera la escuché, yo tenia que llegar a tiempo antes de que ese imbecil le hiciese algo a mi niña.

Yo no podía llegar tarde, esta vez no.

(CONTINUARÁ...)

Os leo...✨️

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora