MARATON 2/2: 42:La chica de mis sueños

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*Lara*

-Eres tan bonita-le dije a mi niña con una sonrisa mientras le cambiaba de ropa-tan pequeñita, con esos ojitos-seguí mientras me la pegaba al pecho y dejaba un par de besos en su cabeza con delicadeza.

Me senté en mi sillón de lactancia para darle el pecho, mis padres y mi hermana se habían ido el fin de semana a Cádiz pero yo había decidido quedarme en casa con los niños porque aún Martina tenía solo una semana de vida y no me apetecía sacarla mucho de casa.

Estaba disfrutando del momento de paz que era darle el pecho a la bebé, cuando escuché a Samu llorar desde abajo.

Rápidamente solté a la niña en su cuna dejándola llorando por haberle quitado el pecho de esa forma y bajé las escaleras encontrandome a Samu con la cabeza llena de sangre mientras lloraba desconsolado.

-¡Samu!-grité yendo hasta él que lloraba en el suelo-¡¿que te ha pasado?!-le pregunté alarmada, pero el solo lloraba.

Lo cogí en brazos liandole una toalla para cortar la sangre para subir a por su hermana que también lloraba y los monté a ambos en el coche con los nervios a flor de piel mientras ponía rumbo al hospital.

Me pegué todo el camino hablándole a samu para que no se durmiese, la herida parecía superficial, pero no quería descartar nada y prefería que lo mirasen en el hospital.

-¿Cómo te has caído samu?-le pregunté desesperada por qué me lo dijese.

-Quería coger la foto de papá...-sollozó y yo apreté las manos contra el volante-quería hacer un dibujo fijándome en la foto pero estaba muy alta y me caí de la silla dándome un golpe con el pico del mueble-sollozó mientras lloraba desconsolado, y a mi me rompía el corazón aun más.

No quise regañarle, ni siquiera contesté porque no sabía ni que decirle.

Si yo echaba de menos a Gavi y era la que había tomado la decisión no quería ni imaginar lo que podía sentir mi bebé, que habían pasado ocho meses y seguía teniendo a su padre presente todos los días.

Solo le pedí que dejase de llorar porque estaba poniendo a su hermanita nerviosa, y así conseguí que se relajara un poco mientras le pedía que me ayudase a calmar el llanto de Martina.

Era el mejor hermano para su hermana, se había pasado todo mi embarazo pendiente de mi, hablándole a la bebé y con lo protector que era con su hermana fue el mismo el que se obligó a calmarse mientras le tarareaba la nana que yo siempre le tarareaba a él.

Aparqué en el primer sitio que vi y bajé a los niños del coche corriendo hasta la entrada, y no me hizo falta decir mucho, en cuanto vieron a samu así se lo llevaron indicándome donde tenía que esperar.

Mi hijo lloró por separarse de mi, pero le tenían que coser la herida y a mi no me dejaban entrar con Martina, asique después de explicarle que tenía que estar tranquilo y ser muy valiente aceptó que tenía que entrar solito.

Me senté en las sillas de la sala de espera esperando noticias de Samu, una vez más sola.

*Gavi*

Ya llevábamos casi dos horas en el hospital y nadie había salido a decirnos nada sobre papá, solo que había sufrido una arritmia.

-Mama tranquila, todo va a estar bien-le dije mientras ella lloraba pegada a mi pecho.

A mi padre le había dado una arritmia cardíaca y aún no nos habían dejado pasar a verle, y mi madre estaba con un ataque de nervios enorme.

-Mama, va a estar bien-la consolaba Aurora también intentando que se calmase.

-Sin vuestro padre me muero-sollozó y yo la apreté más contra mi pecho dejando un beso en su pelo.

-Mamá, no va a pasarle nada-la intentaba consolar, aunque yo también estaba muy preocupado por mi padre.

Los minutos pasaban, y ni nadie nos daba información ni a ninguno nos venía bien esta situación.

Me levanté para pedirle a una enfermera algun calmante para mi madre, y me dijo que tenía que bajar a la planta de urgencias para pedírsela a los enfermeros de ahí.

-Aurora, voy a bajar a urgencias a por la pastilla, quédate con ella-le dije a mi hermana y ella asintió mientras mi madre se acurrucaba con ella.

El hospital era enorme, y como era obvio me perdí.

Odiaba este sitio porque me habia pasado casi tres semanas en este lugar después de mi accidente.

Camine por los pasillos un buen rato, hasta que conseguí encontrar la sala de urgencias donde no había ni un solo enfermero en recepción.

Resoplé cabreado y estuve unos minutos esperando a ver si aparecía alguien, y al ver que no lo hacía decidí andar hasta la sala de espera haber si alguien podía indicarme donde podía encontrar un enfermero.

La sala estaba vacía, solo había una chica de espaldas en toda la sala asique me acerqué a preguntarle a ella.

-Disculpa, ¿sabes donde puedo....-en cuanto levantó la cabeza y la ví, me callé de golpe mirándola con detenimiento-eres tú, tú eres la chica de mis sueños-dije sorprendido- dios eres tú, esos ojos, eres la chica de mis sueños...

(CONTINUARÁ....)

Si tiene mucho apoyo, esta noche subo otro!!!❤️❤️

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora