24-Te quiero más

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*Lara*

-¡Vamos Samu!-le gritaba Gavi mientras íbamos en bici por el campo.

Habíamos decidido hacer algo diferente y decidimos pasar el día en el campo, y como no había mejor plan para Samu que venir en su bici nueva, asique pablo y yo habíamos alquilado unas para acompañarle.

Samu aceleró el paso para llegar hasta Pablo que se había adelantado y ambos se pararon cuando hubo una zona verde y bonita para esperarme.

-¿Te apetece que comamos aquí, cariño?-me preguntó Gavi y yo asentí parándome al lado de ellos.

Dejamos las bicis a un lado y Pablo sacó de una cesta que llevaba detrás de la bici un mantel enorme para sentarnos.

-Papi, ¿podemos jugar a la pelota?-preguntó mi hijo señalando el balón que se había traído en su mochila.

Gavi no le contestó, simplemente corrió hacia él subiéndoselo a la espalda como un saco de patatas haciéndolo reír a carcajadas mientras corría hacia el centro.

Sonreí viendo como los dos jugaban con el balón, como Pablo le daba consejos o le enseñaba trucos con el balón para que mejorase y aprendiese.

Mi hijo ya nos habia dicho que quería que lo apuntaramos a fútbol para ser como Gavi, pero hasta que no cumpliese tres años no podíamos hacerlo.

Aún así para su edad era muy inteligente con el balón y no se le daba nada mal.

-¡Mami, ven a jugar!-me dijo Samu y yo sonreí levantándome para ir hacia ellos-Yo soy equipo con mamá-dijo el pequeño sonriendo pillín mirando a Gavi.

-¿Los dos contra mi?-preguntó Pablo haciéndose el dolido mirando al pequeño.

-Papi tu eres mejor, tú solo nosotros contra ti-le explicó mi hijo y yo reí igual que Gavi.

-Venga, reto aceptado, que ganen los mejores-le dijo Gavi poniéndole el puño para que chocase, y cuando mi hijo lo hizo me lo puso a mi para que hiciese lo mismo.

Gavi sacó "desde el centro" del improvisado campo que habíamos hecho y mi hijo fue directo a robarle el balón que lógicamente Pablo dejó que le quitase con facilidad.

Corrí con él y justo cuando estába a punto de chutar después de que samu me la pasase gavi me la quitó con muchísima facilidad sonriendo orgulloso.

Fui a intentar quitársela, pero eso parecía misión imposible, la movía de un lado a otro con una facilidad fascinante, y no fue hasta que mi hijo volvió a intentar quitársela que dejó de chincharme con el balón.

Samu volvió a correr hasta portería y me la volvió a pasar para repetir lo mismo de antes, en cuanto yo tocaba el balón Pablo venía hasta mi para chulearme.

Lo miré alzando las cejas mientras el llevaba su lengua a un lado aguantándose una sonrisa socarrona.

Mi hijo me miró poniendo los brazos en jarra y yo decidí darle un empujón a Gavi para tirarlo y quitarle el balón, pero fue más listo que yo y me agarró por la cintura haciendo que yo también cayese con él.

-¡Corre Samu, chuta!-le dije a mi hijo y él sonrió corriendo a por él balón mientras Gavi intentaba zafarse de mi agarre para quitarle el balón.

Rió al ver como samu chutó y daba vueltas celebrando su gol y se acercó hasta nosotros tirándose encima mía a modo de celebración.

-Vaya golazo, campeón-lo felicitó Gavi mientras nos incorporábamos.

-Te lo dedico, mami-me dijo y yo sonreí sentándolo en mi regazo.

-Gracias mi amor-le dije y el sonrió abrazándome.

-Tengo hambre, ¿podemos comer ya?-preguntó Samu.

Pablo y yo empezamos a sacar los tupper con comida que habíamos preparado en casa, la bebida para todos y frutas cortadas de postre mientras hablábamos de todo un poco y de nada en específico.

Y así fue pasando la tarde, jugamos otro rato, pintamos un poco, miramos el cielo, cogimos flores y cuando se fue yendo el sol tuvimos que volver a casa.

Desde hacía unos días me había cambiado a la habitación de Gavi después de que este convenciera a samu de dormir solo prometiendole decorar su habitación como mi peque quisiese.

La relación mía y del sevillano iba viento en popa y no podía estar más feliz de tener a alguien como él junto a mi.

Mientras yo me duchaba en nuestro baño el fue el encargado de duchar a samu en el otro y después yo me tumbé con samu para contarle un cuento antes de dormir mientras se duchaba él.

A mi hijo le encantaban las historias que me inventaba para que se durmiese pronto, pero después de llevar todo el día para arriba y para abajo sin parar ese día se quedó dormido en cuanto le solté dos frases.

Lo arropé bien y le encendí la lámpara de luz tenue de su habitación dejando un beso en su frente antes de salir.

En mi habitación ya estaba Gavi en la cama con él móvil y en cuanto me vio sonrió viendo como andaba por la cama hasta su pecho y me acurrucaba en él pasando mi brazo por su torso desnudo.

Suspiré relajada disfrutando del aroma de Pablo recién salido de la ducha.

-¿Estás muy cansada?-me preguntó y yo frunci el ceño mirándolo.

-¿Qué?-le dije y el sonrió mientras me daba la vuelta y se posicionava encima mía entre mis piernas escondiendo su cara en mi cuello.

Sonreí llevando las manos a su nuca y cuello dejando caricias en él, y llevé una de mis manos al elástico de su pantalón de pijama.

Él me quitó la camiseta dejándome desnuda de cintura para arriba y beso mis pechos desnudos con cariño para dirigir sus ojos a mi embobado.

-Te quiero-me dijo y yo sonreí cerca de sus labios.

-Te quiero más-repetí sus palabras sacándole una sonrisa enorme que fue cortada por mis labios cuando chocaron con los suyos...

(CONTINUARÁ...)

Uno tranquilito antes de que empiece lo bueno...no digo más✨️

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora