MARATON 1/2: 41-¿los conozco?

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*Gavi*

-Vamos Gavi...hace mucho que no hacemos nada, estamos solos-me dijo Ana besando mi cuello y yo suspiré apartándola un poco.

-Estoy cansado Ana-le dije poniendo toda mi atención en el partido que estaban echando en la tele, hasta que ella se cruzó de brazos mirándome sería.

-¿Estás de coña, Pablo?-me preguntó y yo negué-me tienes a dos velas joder, no se que te pasa-me dijo echándose en el sofá seria y yo suspiré.

Me acerqué a darle un abrazo, pero ella se apartó malhumorada mientras negaba sin mirarme.

-Ana, estoy haciendo sesiones muy pesadas para poder volver a jugar, podrías ponerte en mi lugar-le dije para que entrase en razón y ella me miró alzando las cejas dándome cuenta que mis palabras le habían sentado aún peor.

-¿Qué me ponga en tu lugar? ¡Es lo que hago! ¡Tu eres el que no me tiene en cuenta para nada! ¡Seguro que si fuese....-se calló de golpe pegando un grito mientras daba un golpe al sofá-No se ni que hago aquí rogándote cuando se nota que tu no quieres esto-acabó para justo después levantarse del sofá.

Me quedé callado sin saber qué decirle, la podría haber parado, pero verdaderamente yo no quería seguir con ella y quizá era la oportunidad de dejarla ir y no hacerle más daño.

Ella recogió su bolso y su chaqueta mientras yo seguía fijo mirando la tele.

-¿No piensas decir nada?-me preguntó desde la entrada y me levanté suspirando mientras me paraba frente a ella.

-Ana, Lo siento, lo siento de verdad, pero es que no quiero seguir con esto más-le dije cogiendo sus manos mientras ella me miraba con los ojos aguados.

-¿Pero porque? Yo te quiero..-acabó de decir con la voz rota mientras soltaba un sollozo y yo la pegué a mi pecho dándonos los dos un abrazo que duro varios minutos.

-Me encantaría tenerte como amiga, pero nada más Ana, esto hace mucho tiempo que dejó de funcionar y los dos lo sabemos-le dije y ella asintió cogiendo aire mientras yo le secaba las lágrimas con mi pulgar-me vas a tener siempre, pero como un amigo, nada más, ¿Vale?-le dije y ella asintió volviéndose a pegar a mi cuerpo en un abrazo.

Acaricié su pelo y seque sus lágrimas antes de despedirme de ella.

Cuando salió por la puerta me volví a sentar en el sofá sintiéndome algo más por ella, pero sabiendo que estaba haciendo lo correcto.

Esperaba tener un momento de paz, pero fue interrumpido por mi madre que entró por la puerta de casa llamándome.

-¿Qué le has hecho a Ana? Me la he encontrado ahí fuera llorando-me dijo y yo solté un chasquido.

-No te metas mamá, son mis cosas-me quejé resoplando.

Ya lo estaba haciendo otra vez, siempre se ponía del lado de Ana.

-Hijo siempre estas igual con ella, no te entiendo con todo lo que ella te quiere-me dijo y yo la miré poniendo mis brazos en jarra mientras suspiraba.

-¿No te ha dado por pensar que puede ser que yo no la quiera a ella y le esté haciendo más daño sin sentir lo mismo? ¿Qué clase de obsesión tienes con qué este con ella? No me gusta-le dije alterado ya por su comportamiento y ella solo me miró en silencio.

Al ver que no contestaba cogí mi chaqueta y las llaves del coche de mala gana.

-¿Dónde vas? Es tarde-me dijo mi madre.

-A tomar el aire-le dije saliendo por la puerta de casa sin darle tiempo a contestarme.

Me fui a las afueras, a una zona tranquila donde poder aparcar el coche y ver como caía el sol, era algo que me gustaba hacer desde lo del accidente.

Me había vuelto algo más antisocial, seguía saliendo con los chicos pero no como antes y estos momentos me daban mucha paz.

Estaba tan relajado que cerré los ojos y..la vi de nuevo.

Ella reía abrazandome por la espalda mientras yo le daba de cenar al pequeñín.

Rubio, igual que ella, con sus ojitos azules y sus mejillas y labios rosaditos.

-Siempre juntos, los tres-me dijo el pequeño y ella y yo nos miramos sonriendo.

-Siempre juntos-le repetimos al pequeño mientras yo lo cogía pegandolo a mi pecho y sentí como entraba por mis fosas nasales un olor familiar, a hogar, a familia.

Y abrí los ojos.

Y volvía a estar solo y confundido.

Ahora no estaba dormido, no había sido un sueño, pero si no había sido un sueño...¿quienes eran?

Mis padres me habían dicho que en todo este tiempo mi vida había sido la misma, mis amigos, mi fútbol y mi familia.

Pero si eso era así...¿porque ahora no salían de mi mente la chica rubia y el bebé? Cada vez estaba más confundido en vez de tener todo más claro.

Volví a casa poco después, mamá preparaba la cena mientras mi padre estaba viendo la tele en el salón.

Me senté a su lado y el me miró pasando su brazo por mis hombros.

-¿Todo bien? Tu madre me ha contado lo de Ana-me susurró para que mamá no lo escuchara, y yo solo asentí.

-No me importa Ana, solamente me da pena y por eso no era lo mejor ni para ella ni para mí-le dije y el asintió despacio.

-Pues si hijo, has hecho lo correcto, al final hubieses acabado haciéndole más daño-me dijo y yo asentí mientras ambos volvíamos la vista a la tele.

-Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Pues claro-me dijo él.

-He tenido unos sueños últimamente....raros-empecé y el me miró confuso.

-¿raros?

-raros si-le dije asintiendo.

-¿Qué sueñas?-me preguntó y yo cogí aire.

-Sueño con un niño de unos dos años y con una chica rubia preciosa que me pone los bellos de punta incluso en sueños-le dije con los ojos cerrados y cuando los abrí, la cara de mi padre estaba pálida como la pared.

No decía nada, simplemente tragaba saliva casi sin mirarme y empezó a ponerse nervioso y casi hiperventilar.

-¿Papá? ¿Papá los conozco? ¿Es eso?-le pregunté ansioso al ver su reacción, pero mi padre se llevó la mano al pecho haciendo una mueca mientras mi madre salía de la cocina por mis gritos.

-¿Qué pasa?-me preguntó ella y yo suspiré.

-¡Papá!-dije ahora más alarmado cuando vi que empezaba a llevarse la mano al pecho adolorido.

-Lo siento hijo, perdoname, yo no quería...-fue lo último que dijo antes de cerrar los ojos y perder el conocimiento...

(CONTINUARÁ....)

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora