MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVI

10-El alta

*Lara*

-Mamá, ¿cuando nos vamos a casa?-me preguntó samu impaciente por volver a casa.

-Pronto cariño, si te portas bien seguramente mañana estaremos en casa-le dije acariciando su cabecita y el suspiró aburrido.

Llevábamos dos días en el hospital y aunque por una parte tenía ganas de llegar a casa, por otra tenía mucho miedo.

Toni no había aparecido por aquí ni mucho menos había preguntado por samu, no había dado señales de vida y eso me tranquilizaba y me ponía nerviosa a partes iguales.

Sabía por Gavi que había faltado a los entrenos, pero que hoy sí que había ido a entrenar.

El sevillano era el que no había dejado de venir a pasar ratos con mi hijo para entretenerlo y también para revelarme para que yo pudiese ir a ducharme y cambiarme.

Aurora también aprovechaba sus ratos libres para venir y charlar de todo un poco, al final agradecía que la vida me hubiese puesto en el camino a los hermanos Páez.

-¿Cuando viene Gavi?-me preguntó y yo me encogí de hombros al mismo tiempo que dos toquecitos hacían eco en la habitación y el sevillano asomaba la cabeza por la puerta.

-Toc, toc, ¿es la habitación del futuro futbolista más bueno de todos?-preguntó y mi hijo rió abriendo los brazos hasta él.

Sonreí viendo como ambos se abrazaban y el sevillano se sentaba en la cama con samu sobre sus piernas.

-¿Cómo te encuentras hoy campeón?-le preguntó y mi niño sonrió inocente.

-Muy bien-le dijo-quiero que ya me dejen irme para que podamos jugar con la pelota en casa, me prometiste que me llevarías a tu casa a jugar al balón-le recordó samu y Gavi rió.

-Te prometo que será lo primero que hagamos cuando salgamos de aquí, iremos a casa jugaremos al balón y después veremos una peli con mamá en el salón, ¿te gustan las pelis?-le preguntó y Samu asintió súper feliz.

-¡Me encantan! Sobre todo las de súper héroes-le dijo y Gavi asintió acariciando su cabecita con cuidado.

-Veremos la que tu quieras, enano-le dijo y mi hijo sonrió.

Estuvieron un rato más interactuando hasta que por fin samu se quedó dormidito en el regazo de Gavi mientras el sevillano lo acunaba con su cuerpo.

-¿Tú como estás?-me preguntó y yo me encogí de hombros.

-Bien, cansada-reí y el sonrió dulce.

-Tengo pensado quedarme más rato, asique puedes dormirte un rato que yo me quedo pendiente de Samu-me dijo y yo negué.

-No tengo sueño-le dije y el asintió.

Suspiré dándole vueltas a la cabeza como siempre hacia últimamente, y se ve que Gavi lo notó.

-Oye, no tienes que preocuparte por nada, sé que no me conoces mucho, pero quiero que sepas que no va a pasaros nada ni a ti ni a Samu-me dijo dejando a samu en la cama mientras se sentaba a mi lado en el sofá y yo sonreí asintiendo.

-Gracias Gavi, te agradezco todo lo que estás haciendo por nosotros, Samu te adora y cuenta las horas para verte todos los días-le dije y el sonrió ensanchado.

-Está lleno de vida-dijo mirándolo con nostalgia y yo asentí.

-Muchas gracias por lo que estás haciendo por él-le dije y el me miró confuso-venir, estar aquí en tus ratos libres..-enumeré.

-Me gusta a mi más que a él-me dijo y yo reí haciendo que el riese también.

El doctor entró en la habitación y me levanté a la vez que él sevillano.

-Buenos días señora-me dijo y yo le repetí las palabras.

Miró al pequeño y lo revisó, mirando y anotando números de su pantalla y después me dio un papel.

-El pequeño ya está perfectamente, pueden irse a casa-dijo dejando una caricia en la mejilla de samu.

Una ráfaga de miedo, temor y dudas se asomo en mi cabeza con esas palabras.

El médico empezó a hablarme, pero Gavi fue el encargado de tomar nota de todo mientras yo vivía mi burbuja de dudas y miedos.

Sabía que en el hospital estábamos protegidos, Toni no iba a acercarse, pero estando en casa era totalmente diferente.

Había sido valiente en un momento de rabia de plantarle cara frente a todos destapando su careta de padre de familia, pero ahora me sentía muy vulnerable.

Miraba por la ventana del hospital fijamente con todos los temores en mi mente cuando gavi tocó mi hombro asustándome.

-Perdona-me dijo y yo negué volviendo a la realidad-¿Estás bien?-me preguntó suave y yo, víctima de un ataque de nervios negué mientras empezaba a temblar.

Tenía muchísimo miedo, más que en toda mi vida.

-Lara, no va a haceros nada-me dijo y yo rompí a llorar tapando mi cara con las manos mientras la ansiedad me consumía.

Gavi me abrazó contra su pecho y fue lo que me faltó para romper a llorar en el pecho del sevillano. Él acarició mi espalda como si de un hermano mayor se tratase.

-Lara, tranquila, venga-me dijo y poco a poco conseguí calmar mi llanto.

-Lo siento-murmuré secando mis lágrimas.

-No tienes que pedirme perdón-me dijo y yo asentí avergonzada.

El soltó un suspiro y miró a samu que dormía en su cama al margen de todo lo que estaba pasando en nuestras vidas.

-Si quieres puedes quedarte en mi casa el tiempo que necesites-me dijo y yo lo miré negando rápidamente.

-No puedo hacer eso-le dije obvia-es tu casa, es tu intimidad-le dije.

-Te lo estoy ofreciendo de corazón, puedes quedarte en casa con Samu, de hecho, si te incómoda mi presencia puedes quedarte con él y yo me voy con mi hermana unos días-me dijo y yo lo miré abriendo los ojos.

-Gavi no puedes irte de tu casa para que yo me quedé ahí-negué en rotundo.

-Piénsatelo, mi casa tiene dos habitaciones y un jardín enorme donde Samu puede jugar, ahí no va a pasaros nada-me aseguró y yo lo miré por unos segundos confundida.

No lo conocía prácticamente de nada, pero fue el único que se dio cuenta de que algo malo pasaba, el único que se había implicado en querer ayudarme desde un primer momento.

Pablo era la única persona que había venido todos los días a vernos al hospital y había gastado su tiempo en pasar tiempo con samu y jugar con él para animarle.

Pero irme a su casa era abusar demasiado de su hospitalidad, ¿o no..?

(CONTINUARÁ...)

¿Qué hará? O qué queréis que haga....😉

¡Os leo!!❤️