57-Casarme con ella

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*Gavi*

No se como Lara había acabado convenciendome de darle una oportunidad a mis padres y mi hermana.

Y justo después de salir de la ciudad deportiva llamé a mi padre nervioso.

-¿Pablo?-fue su contestación, como si no se esperase que yo lo fuese a llamar-¿Estás bien hijo?

-Si, todo bien, papá-dije mientras juegueteaba con los dedos en el volante parado aun en el aparcamiento de la ciudad deportiva.

-Me alegra escucharte-me dijo con nostalgia en su voz y yo cogí aire.

-Te llamaba porque quiero...quiero invitaros a casa a cenar hoy, a ti, mamá y Aurora para que...conozcáis a Martinita-acabé cerrando los ojos de la impotencia que sentía.

Un cúmulo de emociones encontradas en mis propias palabras.

No es que Lara me hubiese obligado, pero si que lo había hecho por ella más que por nadie.

Fue la que me convenció de no dejar que el odio me cegase, y aunque nunca les iba a perdonar del todo porque el tiempo no se recupera, al menos enseñarle a mis hijos la importancia de saber perdonar.

-Por supuesto que si Pablo, estamos encantados de ir-me dijo notándose la emoción en su voz-ya veras cuando se lo diga a mamá y a Aurora-me dijo.

-Estupendo, te pasaré la dirección entonces-le dije.

-Vale hijo-me dijo soltando un suspiro casi a la vez que yo cogía aire- muchas gracias Pablo, y dale las gracias a Lara también, nos vemos más tarde-me dijo y después de yo contestarle un "si" colgué la llamada sintiéndome raro.

Mientras conducía de camino a casa iba pensando en cómo mi vida había cambiado tanto desde que samu y Lara llegaron a mi vida.

Como antes solo me importaba yo mismo, y ahora solo me importaban ellos.

Como antes yo iba primero, y ahora ellos iban por delante.

Como mis prioridades habían cambiado.
Y no os voy a engañar, ser padre no era fácil.

Era la sensación más satisfactoria que había conocido en mi vida, pero también era aguantar llantos, pataletas y fastidiarte momentos. Pero volvería a repetirlo todo sin dudarlo, porque ser padre también era lo más maravilloso del mundo.

Escuchar sus risas, jugar con samu, dormir a Martina, besar a Lara entre medias y abrazarlos a los tres, eso era lo que más me gustaba de mi día a día.

Y solo intentaba mejorar cada día para que ellos estuviesen orgullosos de mi.

Cuando llegue a casa Samu estaba merendando en la cocina mientras Lara recogía y tenían a Martina en su hamaca para bebés.

-Hola papi-me dijo el pequeño bebiendo su vaso de colacao y yo besé su cabeza para después repetir el gesto en la de Martina.

Lara acortó la distancia entre ambos andando también hasta mi dirección y dejó un beso en mis labios abrazandome.

Ya le había mandado un mensaje avisándole que mi familia vendría a cenar antes de arrancar el coche.

-Estoy muy orgullosa de ti, papá-me susurró al separarnos y yo llené mi pecho de aire sintiendo lo que era la felicidad.

Nos sentamos a merendar con samu y más tarde acabe convenciendo a Lara de pedir la cena en un restaurante para que no se tuviese que pringar.

Al final acabó aceptando y aprovechando que se acercaba el verano nos salimos al jardín a que Samu jugase aunque no tarde en unirme a él dejando a las chicas en el cesped mientras Lara intentaba que Martina se quedase sentada.

Nuestra hija ya tenía sus cinco meses, y era increíble lo rápido que pasaba el tiempo cuando eres padre.

Siempre me llevaba a Samu a los partidos conmigo cuando jugábamos en casa, y a la mayoría también venían Lara y Martina.

Me encantaba cuando al final del partido miraba a la grada y los veía a ellos, y sabía que era lo que quería para el resto de mis días.

Quería tener todos los hijos que Lara quisiese, quería llenar nuestra casa de anécdotas, risas, juguetes y felicidad, aunque eso implicara llenarla también de lloriqueos, rabietas y protecciones en los enchufes.

Quería casarme con Lara.

Verla de blanco andar lentamente hasta mi.

Estar unidos para siempre.

Poder presumir de mi mujer como hasta ahora.

Quería compartir mi vida con ella.

Que llevase un anillo para que todos supiesen que era mía y yo suyo.

La quería a ella en todas sus facciones.

Como ahora mismo, que samu me dio un bajonazo por estar mirándola a ella embobado en vez de estar pendiente del partido.

-¡Papá!-rió a carcajadas y yo lo miré divertido.

-Te vas a enterar enano-le dije saliendo corriendo tras él mientras el corría gritando y riendo de mi, hasta que lo alcance unos metros más atrás para tumbarlo en el suelo y hacerle cosquillas sin parar.

-¡Para, para papi!-dijo riendo a carcajadas.

-¿Vas a volver a hacerlo?-Le pregunté amenazante y el negó en risas casi sin poder hablar, por lo que paré para que pudiera coger aire.

-Es que mirabas a mamá embobado-me dijo cogiendo aire con una sonrisa mirando a donde estaba su madre con Martina sentada, o al menos intentándolo.

Yo miré también hacia ellas.

-Por qué estoy enamorado de mamá-le dije y el frunció el ceño.

-¿Qué es enamorado?-me preguntó.

-Es cuando conoces a una persona que te gusta mucho, te parece la más guapa del mundo y te encantaría tener muchos hijos con ella-le dije y el sonrió asintiendo.

-¿Sabes una cosa papá?-me dijo y yo negué.

-¿Qué?

-Siempre voy a agradecerte que hagas a mamá tan feliz-me dijo y yo sonreí sin esperarme algo así dicho por un niño de cuatro años.

Lo cogí en brazos dándole besos por toda la cara y el rió sin parar.

-Yo siempre voy a agradecerte que me quieras como un papá, mi niño-le dije y el sonrió complacido abrazandose a mi mientras andábamos hasta las chicas...

(CONTINUARÁ...)

¡Os leooo!❤️✨️✨️

MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora