MARCAS DE GUERRA-PABLO GAVI

43-La he visto

*Gavi*

La cara de ella era de sorpresa, emoción, no sabía como descifrarla.

-Perdoname-Le dije tocando mi sien nervioso al ver que no decía nada-pero es que he soñado contigo varias veces, eres tú,estoy seguro joder-le dije sorprendido sin poder creérmelo mientras la miraba de arriba a abajo-¿nos conocemos de algo?-le pregunté.

-Yo...-empezó a decir levantándose justo cuando un doctor salía de una habitación.

-¿Lara López?-preguntó el señor y ella dejó de mirarme a mi para mirarlo a él.

-Si-dijo cogiendo su bolso para dirigirse ahí, pero cogí su brazo con cuidado de no hacerle daño al bebé que tenía en sus brazos, y solo tocar su piel hizo que la mía se herizase como en mis sueños, y me pareció que a la suya le había pasado lo mismo.

-Contestame, ¿nos conocemos?-le pregunté con angustia en la voz, necesitaba saberlo, no podía irse sin yo saberlo.

Sus ojos parecían querer decirme cientos de cosas, eran tan azules como los recordaba de las veces que soñé con ella, pero no le brillaban como ahí, ahora parecían apagados.

-Tengo prisa-me dijo zafandose de mi agarre para entrar a la sala donde el doctor la había llamado.

Quise ir tras ella, pero no quería parecer un loco, aunque ese encuentro me había dejado casi temblando.

Farfulle cosas sin sentido cabreado, ¿como me iba a ir de ahí? La había visto, era ella, estaba seguro de que era ella y ahora no quería volver a perderla sin que me aclarase porque soñaba con ella, todo era tan extraño.

Pero mientras esperaba que ella saliese, Aurora me llamó alarmada que mi madre estaba mucho peor y tuve que dar otra vuelta hasta dar con un enfermero que me acompañó hasta donde estaban mi madre y mi hermana.

Le dieron el calmante a mi madre y después de un buen rato le hizo efecto porque se acabó quedando dormida en el hombro de Aurora.

Yo movía mis piernas nervioso de un lado a otro hasta que me levanté.

-¿Qué haces?-me dijo Aurora mirándome extrañada-deja de moverte, me estás poniendo nerviosa-farfulló.

-Ahora vuelvo-le dije cogiendo mi chaqueta.

Bajé las escaleras del hospital a toda pastilla hasta la sala de espera de urgencias esperando encontrarme de nuevo a la chica, pero la sala donde había entrado tenia la puerta abierta y no había nadie dentro.

-Mierda-mascullé.

Me di una vuelta por prácticamente todo el hospital, pero muy a mi pesar, no la encontré...

Joder, la habia tenido ahí y había desaprovechado la oportunidad.

*Lara*

-Me gusta mi tirita de campeón-me dijo Samu de camino a casa sonriente.

-Por ser valiente cariño-le dije con un nudo en la garganta horrible.

-Si, como papi-me dijo súper feliz sonriendo mientras miraba por la ventana.

Lo miré por el retrovisor mientras le asentia, si el supiese que su papi había estado a escasos metros de nosotros.

Por suerte su herida era superficial, he habían echado un par de puntos superficiales y al dia siguiente tendría que ir a que se lo curaran de nuevo y listo.

Pero no podía ir más nerviosa, lo había visto, lo había tenido delante, frente a mi, y no había sido capaz de decirle todo.

Estaba en shock.