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*:・゚Capítulo 14*:・゚

˗ˏˋEntonces, ¿se acabó?




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Hay tres cosas que hacemos solos: Nacemos, morimos, y si estamos en la secundaria e iremos a la universidad, tomamos el examen SAT.

Y aunque dicen que la prueba mide nuestros mejores rasgos, prepararse para ella inevitablemente saca a relucir los peores.

La humildad se convierte en inseguridad. El esfuerzo se convierte en obsesión. Algunos tienden a automedicarse, mientras que otros se aferran a la seguridad de ser parte de un grupo. Y el que está acostumbrado a violar las reglas, se verá violándolas. 

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Nina: 

Mi lápiz se mueve frenéticamente en mi mano, mientras leo por milésima vez el mismo párrafo del libro frente a mi. Estoy segura de que podría decirlo de memoria, pero eso no es suficiente, tengo que seguir estudiando. Los exámenes SAT están a la vuelta de la esquina y tengo el objetivo de salir con un puntaje bastante alto para poder entrar a Columbia.

Cuando mi concentración está en su punto máximo, Chuck abre mi puerta bruscamente, logrando que me sobresalte. —Toc, toc. —Dice y lo fulmino con la mirada.

—¿Traes café?

—No.

—¿Vienes a ayudarme a estudiar?

—No.

—Entonces, largo. —Ordeno, pero mi hermano hace caso omiso y se acuesta en la cama. —Toda la noche he estado pegada a este escritorio estudiando, así que te advierto que no estoy de buen humor.

—Eres encantadora cuando no duermes. —La sonrisa de su rostro se borra cuando un borrador se estampa con él. —Si dejas de ser tan agresiva, te cuento un secreto.

—Tienes mi atención. —Alzo mi ceja con interés.

—Georgina es la admiradora secreta de Serena. —Dice con una sonrisa y mis ojos se abren con sorpresa.

—¿Geogina Sparks? ¿Volvió? —Cuestiono abandonando la silla de mi escritorio y reemplazándola con la orilla de mi cama.

—Lamentablemente, no. —Ruedo los ojos. —Serena vino a mí pidiendo ayuda, así que la busqué.

—¿Y la encontraste?

—Según mis muy confiables fuentes, Georgina Sparks está muy lejos de nuestra isla. Está en Suiza, saliendo con el príncipe de Belfort.

—Increíble, no tenía idea de que había un príncipe en Belfort. —Me encojo de hombros. —Son buenas noticias para Serena, supongo.

—Me dijo que no contestas sus llamadas. —Me levanto para abrir mi closet, evitando la conversación —Bella, aprecio tu lealtad, pero...

—¿Pero? —Me cruzo de brazos y lo miro seria.

—No quieres hablar, entiendo. —Alza sus manos rendido. —Tienes la mirada asesina de nuestro padre, ¿sabías?

I wanna be yours  ★  Nate ArchibaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora