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*:・゚Capítulo 13 *:・゚*

˗ˏˋ El relicario del dolor ˗




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"Era la mejor de las épocas. Era la peor de las épocas." Parece que Dickens conocía algo sobre la vida en el lado Este de Manhattan, donde lo único en lo que puedes contar es que el tiempo lo cambia todo.

Se dice que L y S dejaron la política a un lado para escuchar a su corazón.

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Nina:

Nate y yo pasamos el descanso invernal con los Vanderbilt. Y a decir verdad, la pasé increíble. Tal vez se deba a que casi todo el tiempo sólo estuve con Nate, encerrados en una habitación, dando increíblemente románticos paseos y conversando hasta altas horas de la madrugada. Después de la cantidad de trabajo que he tenido, la escuela y el reciente aniversario de la muerte de mi padre, ese tiempo a solas con mi novio era totalmente necesario.

—Amor, de verdad no tienes que cargar mis maletas. Silas pudo haberlas dejado en mi departamento. —Digo, tratando de tomar uno de los muchos bolsos que lleva cargando Nate en sus manos, pero de inmediato los aleja y me distrae dejando un beso en mi mejilla.

—Dejar que Silas lleve tus maletas no sería muy caballeroso de mi parte. —Responde con tranquilidad. —Y la caballerosidad es parte de mi paquete como novio.

—¿Ah, si? —Me cruzo en su camino antes de que lleguemos a la puerta. —¿Y qué más es parte de tu paquete como novio? —Pregunto con una sonrisa.

Nate deja caer las maletas y con un movimiento rápido, me coloca con cuidado en una pared y me acorrala con su cuerpo. Una de sus manos toma con firmeza mi cintura y con la otra, toma mis muñecas y eleva mis brazos sobre mi cabeza. No tarda mucho en capturar mis labios, haciéndome soltar un jadeo. Siento como acerca su cuerpo más al mío y una vez que mis manos son liberadas, me encargo de ahora yo tomarlo con firmeza y no dejarlo ir. La temperatura comienza a subir en ambos, y es cuando cortamos el beso y las respiraciones vigorosas comienzan a sonar.

—Quizá deberíamos entrar. —Sugiere Nate en un murmullo, muy cerca de mi boca. —Rápido. —Solo logro contestar con un asentimiento.

—¡Ya basta, Lorenzo! ¡Esto es absurdo! —Unos gritos provenientes de mi departamento, llaman nuestra atención. No tardo mucho en reconocer de quien proviene la voz. He escuchado gritar a Michael Cowen demasiadas veces. —¡Divertirse es una cosa! ¡¿Pero una relación?!¡Es una estupidez!

—¡Si solo viniste a desacreditar lo que siento, la puerta está detrás de ti! —Se escucha otra voz que también reconozco de inmediato.

—¡No te atrevas a darme la espalda!

La puerta al final del pasillo se abre y de ella sale un muy furioso Enzo, espera a que su padre también salga del departamento y señala de manera desafiante al camino donde Nate y yo observamos la escena con las cejas alzadas. Michael lo mira de manera seria por unos segundos y después de soltar un suspiro ruidoso, finalmente se da la vuelta para irse. Es en ese momento en que ambos se percatan de nuestra presencia. Enzo desvía la mirada, dando a entender que lamenta que hayamos escuchado esos gritos y Michael simplemente camina a nuestra dirección.

I wanna be yours  ★  Nate ArchibaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora