Escucho la puerta del baño abrirse y seco rápidamente mis lágrimas, mi madre me da un beso en la mejilla y ambos miramos a Scott que ha salido cambiado del baño.
-Buenos días señora Parkin.
-Buenos días ¿Cómo está?
-No tuvo fiebre en la noche, ni sudoración, la enfermera dice que su pierna está desinflamada y una vez que venga la doctora podrá darlo de alta.
Mi madre y yo sonreímos.
-Yo lo preguntaba por usted. –De verdad que es divertido ver a Scott apenado y sonrojado, son nulas las ocasiones que pasa y es agradable verlo así.
-Bien, estoy bien. ¿Y el señor Parkin?
Mi madre ve su celular y luego nos mira a ambos.
-Acaba de llegar, fue al banco por dinero para pagar la cuenta, irá a caja, nos encontramos hace un rato con la doctora y nos confirmó el alta.
- ¿Qué? No, yo me haré responsable, yo voy a pagar por todo. –Scott lo dice alterado.
-Mmm está abajo. –Mi madre le contesta dubitativa.
Scott sale corriendo de la habitación, ambos reímos un poco, mi madre voltea a verme.
-Seria bueno verlos discutir en plena recepción, pero prefiero estar contigo. –Me río un poco.
-Sí, hubiera pagado por verlos.
-Sanarás mi amor, también tu corazón, estamos juntos.
Mi madre me sigue abrazando y siento que entre los pleitos entre mi padre y Scott y lo divertido que será esto, mi madre y yo la pasaremos bien, solo deseo sanar pronto.
La doctora me da de alta, mi corazón duele horrible al ver la expresión en la cara de Scott cuando me toca tomar la decisión de dónde iré saliendo del hospital. Al decir que me voy con mis padres, siento que a Scott le clavo un puñal en el corazón, pero es lo mejor, si grito, él no lo soportará y no me guardé los gritos de dolor en vano, sabiendo que él me estaba escuchando, si lo hice fue por él, todo esto, fue por él.
Scott me toma en brazos, me pone en la silla de ruedas y todos salimos del hospital, poco movimiento y la pierna punza, me sube en su camioneta, la cual manejará Cristian, todos se saludan bien, Cristian, me ayuda a acomodarme en la camioneta.
-El señor Williams ha dispuesto todo para que estés en su casa.
-Sabes que, si necesito algo, si grito por dolor él no lo soportará.
-... ¿Solo es por eso?
- ¿Qué otra razón tendría?
Cristian me sonríe, yo lo veo con cara de "Estás loco", pero volteo a ver a Scott que sigue triste, entonces creo entender las cosas, Cristian sigue sonriéndome, cierra la puerta y vamos rumbo a mi casa, cuando llegamos, mi madre abre las puertas, Cristian ayuda con la maleta y mi padre supervisa que Scott me tome correctamente. Todos entramos a la casa, Scott me vuelve a tomar en brazos y me deja despacio en la cama, acomoda las almohadas y antes de que se separe, lo tomo de las mejillas y le doy un beso en los labios, corresponde, después nos separamos y nos vemos a los ojos.
-Ve a descansar, yo estaré bien.
-Quiero estar contigo...
-Lo estás. –Le sonrío y mi madre entra, por lo que nos separamos por completo. Cristian ha traído mucho medicamento, jeringas, gasas, cinta, parece que trajo la farmacia completa. Vaya que serán días largos.
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Mi querido Scott pensaba que no se iba con él, porque mi Jan no lo quería, qué otra idea se les ocurre para pensar que Scott se quedaba triste?
Nos leemos pronto lunitas.
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EL SONIDO DE TU VOZ
RandomJan Parkin un chico problemático, incapaz de controlar la ira. Scott Williams un hombre que no tolera el descontrol. Uno debe aprender que las cosas no se resuelven con violencia. El otro que no puede tener el control de todo. Ambos vivirán circuns...