EL SONIDO DE TU VOZ

SONIDO 85

Después de dos horas, una enfermera nos informa que la operación salió bien, que una vez que lo pasen a una habitación nos llamarán. Es hasta ese momento que me dejo atender, mi madre ha ido y regresado a la casa por ropa para cambiarme, estoy sucio y ensangrentado, tanto por haber abrazado a Scott, como por haber peleado.

- ¿Cómo está? –Cristian entra corriendo a la sala de espera donde estamos solo nosotros tres.

-... Tiene dos costillas rotas y los golpes han sido tratados... salió bien de la operación.

- ¿Operación, cuál operación?

-Señor Parkin. –El médico entra a la sala y nos giramos para ponerle atención.

-El señor Williams despertó. –Todos hacen un sonido de relajación, pero yo sigo esperando que continúe.

-Vamos a seguir esperando que sus oídos se desinflamen, en un par de horas más.

- ¿Por qué?

-...La operación salió bien, pero él nos indica... que no escucha. Lo lamento.

Siento un balde de agua fría cayendo sobre mí.

- ¿Autorizaste una operación? ¡Él no quería! ¡Él no la quería!

Sigo viendo al doctor, que no deja de mirarme, pese a que Cristian está zarandeándome, aunque la verdad quisiera que estuviera golpeándome, sí, pese a que nunca tocamos el tema, sabía que no quería, pero el final sería el mismo, solo que... lo único que hice, fue apresurar el momento.

-Señor York por favor, vamos a tomarlo con calma. El médico nos dijo los riesgos y de alguna u otra manera el fin sería ese. El señor Williams tenía perforación en ambos tímpanos, no había gran diferencia, por favor, tranquilícese. Vamos a esperar que se desinflamen sus oídos y tal vez mejore, pero por favor, suelte a mi hijo.

Sé que entre ambos han logrado separar a Cristian de mí, el doctor sale una vez que ve que Cristian se ha calmado, pero yo siento un vacío en mi interior.

Después de una hora puedo entrar a ver a Scott, Cristian se fue, debe seguir apresando a gente, dar informes y solo vino a ver cómo estaba, se fue sumamente enojado conmigo, pero no fue grosero con mis padres. Ellos me esperarán en la cafetería, en lo que la policía habla con ellos, también deben reportar el cómo sucedieron las cosas, pues los vidrios de la casa están quebrados al igual que varias cosas dentro.

Entro a la habitación y Scott está ligeramente sentado, con los ojos cerrados, cierro la puerta, me muevo despacio, pese a que sé que no me escucha, sigo haciendo lo mismo de siempre, me siento en el sillón que está a un lado, con las piernas ligeramente abiertas y mis brazos en cada una.

-Vete no quiero verte. –Mi corazón duele... duele mucho.

No me muevo, ahí me quedo observándolo, los ojos me empiezan a picar, algo que nunca he vivido, es el desprecio de Scott y vaya que duele. Gira su cara, abre los ojos y me mira, está serio y muy enojado, le sonrío un poco y me levanto.

- ¿Cómo te sientes?

- ¿Me hablas, sabiendo que no te puedo escuchar?

-Lo harás.

- ¿Por qué? ¿Por qué tomaste una decisión tan abrupta? ¿Por qué?

A Scott se le quiebra la voz y yo cierro los ojos, intentando no llorar, saco de mi bolsillo el celular y se lo entrego, para que podemos seguir hablando con la escritura como siempre, pero al siguiente segundo, me encojo en mí mismo lugar al ver volar mi celular.

Lo ha arrojado hasta la puerta, la cual se abre, mi madre entra y recoge el celular, yo le doy la espalda a mi madre porque me he puesto a llorar.

-Ve a comer algo hijo, yo me quedo cuidando a Scott. Tu padre te está esperando.

Mi madre me acaricia la espalda, aspiro mi nariz y salgo de la habitación. Llego al restaurante y al ver a mi padre me siento junto a él, me acaricia la espalda como hace rato lo hizo mi madre y yo me tallo los ojos para que desaparezcan mis lágrimas.

-Debes tenerle mucha paciencia, entiende que para él fue un cambio muy brusco, que no tenía idea de lo que pasaría, pero ahora deberás enfrentar su desesperación y alejar de tu cabeza los pensamientos negativos, él te quiere, aunque llegara a culparte, no tendrá que ver una cosa con otra.

-Él me culpa.

-Lo sé, pero si no hubieras decidido eso ahorita, a la larga el fin hubiera sido el mismo, tal vez con más dolor por las infecciones, además, esto no está definido, dijo el médico que debemos seguir esperando, esto es una prueba más y no hablo de ustedes sino de ti, Eliud te permitió estar sin medicamento, fueron meses en los que estuviste en tratamiento, pero él tiene esperanza de que todo mejora a tu favor, si logras tener la paciencia necesaria, si controlas tu temperamento, si haces que él salga adelante, lo habrás ganado todo.

- ¿Crees que siga conmigo si queda sordo definitivamente?

-Sí. Porque están juntos porque se aman, se han cuidado, defendido y sacrificado mutuamente. O dime ¿Si te hubieras quedado cojo, él se habría alejado de ti?

-...No, no lo creo.

-Porque él no escucha ¿Lo dejarás?

-No.

-Dale tiempo, deja que sanen sus oídos, cuídalo y ámalo como hasta ahorita y si al final no logra escuchar, entonces buscaremos otras alternativas para que logren comunicarse, solo deberás aumentar la dosis de paciencia y amor.

Solo asiento con la cabeza y la mesera nos trae los platos.

-El caldo aquí es muy sabroso, come, después sigues cuidando a Scott, tu madre y yo te traeremos una muda para que te cambies por la noche. Te quedarás a cuidarlo ¿Verdad?

-Sí, hasta que salga del hospital y después en su casa.

-Así debe ser, come antes de que se enfríe.

Comemos, pago y mamá nos ha alcanzado, dice que Scott está más tranquilo y que se quedó dormido, los despido y regreso a la habitación, en menos de una hora mi padre ha regresado para entregarme una pequeña maleta con cambio de ropa y utensilios de aseo personal, le agradezco y se va.

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Qué difícil llega a ser, tomar decisiones que repercuten en la otra persona, ahora sabremos qué tan fuerte es la unión entre ambos.

Una lunita más comentó, así que, aquí está un nuevo capítulo.