Al anochecer llevo a Scott a su casa, como sea sus heridas están curadas, ha descansado, yo lo he hecho por igual, me he quedado en la cama junto a Scott, creo que jamás habíamos dormido juntos, ambos en diferentes ocasiones nos hemos curado y cuidado, cogido, pero así dormir uno al lado del otro no.
Por lo que he escuchado desde la recámara, mi padre se enteró de lo que sucedió por la gente, el rumor corrió rápido, pese a que cuando llegaron los uniformados, no había nada en las calles, nadie dijo que fui yo, no dieron pistas, más que había sido un secuestro frustrado, que un chico y su madre habían ayudado, pero lo que realmente le ha molestado a mi padre, es el que ella haya estado en peligro.
Mi madre le dijo que, le pedí que viviera a casa, que ella así lo hizo, que incluso se puso a sacar las cosas que habíamos comprado, que estaba esperando que tocara el timbre, pero que, al no escucharlo, se ponía cada vez más nerviosa y que solo quería saber que estuviera bien, que sabe que fue imprudente, pero como me lo dijo en ese momento, no quería volverme a perder.
Después de ello un silencio de palabras, pero sin duda mucho llanto, Scott me abrazó y me quedé en su pecho por horas.
Me he disculpado con mi padre un millón de veces, ayudé con la comida y la cena, en lo que Scott dormía, como sea a él lo han golpeado entre dos, sin poder defenderse, pues sin duda lo agarraron desprevenido, venía a la casa a buscarme, así que no traía arma, aun no me dice para qué, pero estaba bastante mal.
Le sonreí a mi madre un poco cuando salí de la casa, ella acaricia mi cara, me da un beso y salgo en compañía de Scott, me he despedido de mi padre, pero obviamente no me habla, solo afirmó con su cabeza que entendía que ya me iba.
Tomamos un taxi y hemos llegado a su casa, lo meto a la cama, quiere bañarse, pero le sugiero que lo haga mañana que, si quiere regreso, todo con ademanes, pero estando acostado extiende su mano al otro extremo de la cama y da pequeños golpecitos en ella, dándome a entender que me acueste junto a él. Nos miramos a los ojos y solo le sonrío un poco, afirmo con la cabeza y voy al baño a lavarme un poco la cara, checo debajo del lavabo y hay cepillo dental nuevo, así que, tomo uno, me lavo los dientes, salgo del baño, apago las luces, me quito la playera, el pantalón y me meto a la cama, Scott extiende su brazo y con algo de nervio me acurruco con él y nos quedamos dormidos.
Estiro un poco mi cuerpo, abro un poco los ojos y hay luz de día, deben ser las ocho de la mañana, abro por completo los ojos al no reconocer dónde estoy, giro lentamente la cabeza y unos ojos muy despiertos me están mirando, sonríe un poco, cierro los ojos, pero por igual sonrío, los abro para mirarlo, no solo me mira a los ojos, sino mi cabello, mi boca, recorre toda mi cara, yo hago lo mismo, bajo mi mirada cuando su mano roza mi brazo, así que sigo su mano, solo acaricia mi brazo, estoy nervioso lo admito, volteo a verlo cuando su mano sujeta la mía.
Él me mira por igual, se acerca un poco a mí y besa mi frente, me acerco por igual para aceptar el beso, descanso mi cabeza en su brazo, soltamos nuestras manos, pero para acercarnos más, gime un poco y hace una mueca de dolor, seguro el abdomen le sigue doliendo.
Quiero incorporarme para ayudarlo, para checar si la venda se ha aflojado y debo cambiarla, pero no me lo permite, me abraza y yo no pongo resistencia, me quedo en sus brazos.
Ligeramente con su mano, levanta mi quijada, se acerca y me besa, correspondo a su beso, el corazón se me calienta, siento que empezaré a sudar, quiere girar su cuerpo para estar sobre mí o al menos un poco, pero el gemido de dolor se lo impide, así que, lo hago yo, lo giro despacio para que quede boca arriba y yo me incorporo, lo beso, me separo de él solo para darle besos en el cuello, en su pecho, voy dando besos húmedos por todo su pecho, hasta su abdomen, aun con la venda puesta.
Cuando llego al resorte del pantalón, me quedo quieto, nuevamente no sé qué hacer, tengo miedo de solo ver su miembro y quedarme en shock justo como ahora, sé que podría darle una buena mamada, que podría hacer lo que las chicas hacen conmigo, pero mejor, porque nadie debe guiarme, ni decirme dónde se siente más placer, pues yo lo sé, pero antes de que diga o haga algo, el sonido de su estómago rugir, nos saca de la burbuja en la que estábamos, ambos reímos un poco, él pone un brazo sobre sus ojos, sin duda apenado y yo siento un completo alivio, pero más que nada porque escuchar la risa de Scott es una de las pocas cosas que he podido hacer y me gusta mucho.
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Estas escenas de tranquilidad y convivencia me gustan mucho, justo en estas, siento que uno se puede hacer las preguntas correctas "¿Estoy bien con esto?" "¿Me siento feliz?" "¿Podría vivir cada día así?"
Ambos han dado pasos muy grandes!!!
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EL SONIDO DE TU VOZ
RandomJan Parkin un chico problemático, incapaz de controlar la ira. Scott Williams un hombre que no tolera el descontrol. Uno debe aprender que las cosas no se resuelven con violencia. El otro que no puede tener el control de todo. Ambos vivirán circuns...