¿Que podría salir mal en una noche de diversión?
• Segunda historia
•+18, violencia, drogas...
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En la mansión Ta, llegaron las camionetas con todos los hombres, incluso los heridos.
Por fortuna, el patriarca de la casa había solicitado algunos conocidos médicos su apoyo para ellos.
Al parecer, ninguno sufrió en gravedad, se habían empeñado en protegerse de mejor forma para evitar perdidas.
De la misma forma al enemigo solo constaba de hombres golpeados y con heridas en zonas de poco riesgo. Eran concientes de que en esos momentos los muertos y más extranjeros era un verdadero problema en el sentido político.
Wei WuXian sin decir ni una palabra, camino escaleras arriba a encerrarse en la habitación que se le asignó ha su llegada.
Nadie entendió el comportamiento tan silencio del Omega. Si, era líder de una mafia, pero no impedía ser muchas veces burlón y juguetón. En esas ocasiones ya hubiera estado viendo a cada uno de sus hombres y dando un estilo de motivación, además de pedir servirle con especial afecto a los "pacientes enfermos".
Para la mañana siguiente, todos parecían más recuperados.
Wei WuXian despertó hasta tarde pues, durante casi toda la noche no había dormido.
Aunque normalmente así era, jamás se había pasado así toda una tarde.
Al bajar a ver a sus hombres, solo los saludo sin emoción y a la distancia.
Se le ofreció comer, aunque no tenía los ánimos acepto. Con mucho trabajo probó bocado aunque jugaba con la comida.
En la tardecer, se reunió con su socio.
– Ta LiuGao, tu situación está resuelta. Te he asignado hombres de la división oscura, ellos son confiables y muy buenos estrategas, te ayudarán a que tus cargas, de ahora en adelante estén seguras en llegar a su destino donde sea que valla – le da un sobre con la información de sus hombres – Estoy seguro que en algunos días te vendrá una visita del enemigo, solo puedo decirte que está bajo tu decisión, pero antes de traicionarme tienes que hablar directamente conmigo, es lo menos que espero – dijo mientras daba una media vuelta.
El señor Ta estaba totalmente pasmado, ni si quiera sabía que decir respecto a la palabrería tan controversial. Se quedó pensando hasta dar el anochecer.
Mientras que, el Omega salió al patio a tomar un respiro. Uno de sus hombres se acercó – Patriarca Yiling – saludo. Wei WuXian hizo un asentimiento aún dando la espalda – ¿Qué hacemos con estos hombres? – pregunto mientras señalaba a aquel par de rehenes.
El Omega soltó un suspiro frustrado respondiendo – No se, no se, hay tanto, pero no tengo ánimos. Díganme, le cortamos la lengua, lo torturamos hasta morir, ¿Qué hacemos? No quiero hacer nada... Quizás... – volteo y los miro fríamente – Devuelvanlos con su líder principal, no creo que quiera a dos perros traicioneros, nos evita mancharnos de sangre. Eso sí, denle un mensaje claro de que sé de su traición – aclaró.
Los hombres asintieron con una reverencia y arrastraron a aquellos rehenes.
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