🔹Capítulo 57

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Cuando un avión ascendía a los cielos otro justamente llegaba.

Dos almas gemelas se volvían a encontrar sin darse cuenta, si tan solo hubieran volteado en el momento preciso, iban a ser capaces de reconocerse.

Hanguang Jun descendía del avión junto a sus hombres, fue raro no ser esperado por su "esposa", pero siendo sinceros no podía sentirse más aliviado.

Cómo siempre, tenía autos propios en el aeropuerto que no dudo en utilizar.

Parecía no cambiar en nada Italia, así que no se interesó en ver a su alrededor. Estaba un tanto agotado por el viaje, así que, de acuerdo a sus enseñanzas, lo que hizo fue meditar, aunque sea en su auto, puesto que dudaba hacerlo en casa.

Casi una hora sintió como su auto se detuvo, el alfa respiro profundo y lentamente abrió los ojos, su mirada mostró un toque de confusión, pero era muy imprescindible.

El chofer bajo del auto y abrió la puerta.

Los autos que lo seguían, también lo hicieron.

La escena era sorprendente. Había un tráfico infinito, pero aún así, podía notarse desde lejos los campos de un color negro y llamas siendo apagadas por el agua que los bomberos echaban.

Suspiro resignado, pues no eran sus terrenos, pero había hecho previo aviso a las dueñas de que era mala idea comprar esas zonas por la lejania de fuentes de agua. Si contaba con sistema de agua de riego, pero para esas escalas de fuego no servía de mucho.

A los segundos solo optó por volver a entrar al auto y marcar a unos de sus hombres confiables.

A pesar de que las llamadas salían no eran atendidas.

Cómo última opción miro por unos segundos dudoso aquel contacto. Resopló y con pesar marco, se mentalizo para guardar todo tipo de cordura. A su sorpresa tampoco fue atendida.

Después de mucho tiempo pudo notarse una reacción al fruncir el ceño ligeramente. El chofer desde afuera lo percibió quedando completamente sorprendido. Tuvo que tomar compostura cuando la ventana de su jefe fue abierta con la intención de dar alguna orden - Demos la vuelta, entremos por el otro lado - dijo seriamente.

El hombre asintió y se acerco a sus compañeros para que siguieran el transcurso que todos sabían. Al minuto, las camionetas daban la media vuelta y continuaban en carretera, tras una media hora, tomaron una desviación. Otra hora después podían visualizar la mansión, a nadie se le paso el dato de que estaba vacía, no se podía apreciar ningún tipo de movimiento, aún así, no había indicios de lucha. Los hombres de las camionetas bajaron casi corriendo revisando a su alrededor.

Lan WangJi se fijo en el auto rosa frente a la entrada de la mansión, su esposa estaba ahí.

Con tranquilidad bajo y rodeo el auto. Los hombres precavidos, se colocaron a la guardia de cualquier peligro al rededor de su jefe. 

Como pudieron entraron a la casa donde el mismo silencio se percibía, se dispersaron por todos los cuartos, un grito hizo que todos miraran a la dirección - Hanguang Jun, venga a ver esto -.

El mencionado apresuro sus pasos y siguió a la voz que percibía por el comedor. 

Se detuvo al ver a la figura de su esposa atada al lado junto con la que era su sirvienta de la misma forma, pero esta sin un signo de vida.

Miro al rededor en busca de respuesta hasta llegar a la vista de una hoja  blanca pegada tontamente en el borde de la mesa del comedor, justo al lado derecho de ambas mujeres.

Se acerco para tomarla y leer el contenido - Desátenlas - ordeno a sus hombre. 

Miro la hoja y pudo percibir una letra desordenada a su parecer, en realidad parecían más jeroglíficos, mostrando una evidente poca atención en lo estético, pero aún así podía entenderse:

¿Cómo que tu esposo es un mafioso? /WangXian (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora